Se le fastidiaron las compras a Lis Cuesta: cubanos se burlan de Díaz-Canel tras exclusión de Cuba de la Cumbre de Las Américas en República Dominicana

La República Dominicana anunció oficialmente que Cuba, Venezuela y Nicaragua no fueron invitados a la X Cumbre de las Américas que se celebrará en Punta Cana. El argumento fue claro: el encuentro busca “priorizar la representación democrática” y esos tres países no forman parte activa de la Organización de Estados Americanos (OEA), organismo que coordina el evento.

La decisión marca un precedente, pues en anteriores ediciones, aunque con tensiones, los gobiernos excluidos habían intentado presionar para ser incluidos en el foro continental.


El rechazo del gobierno cubano

Miguel Díaz-Canel reaccionó con rapidez acusando al gobierno dominicano de ceder ante “las presiones de Estados Unidos”. El mandatario afirmó en sus redes sociales que una cumbre basada en exclusiones está “condenada al fracaso” y denunció que la isla sigue siendo marginada por motivos ideológicos.

“Rechazamos decisión impuesta por el gobierno de EE.UU. a la República Dominicana de excluir a tres países, incluida #Cuba, de la X Cumbre de las Américas”, escribió el dictador en Facebook. No obstante, la denuncia oficial no logró el efecto esperado: lejos de generar solidaridad regional, abrió un nuevo capítulo de críticas contra el propio régimen cubano.

La cancillería cubana también reaccionó: mediante un comunicado del MINREX, acusó a los organizadores de rendirse ante la influencia estadounidense y de promover una “ofensiva ideológica”, advirtiendo que cualquier cumbre erigida sobre la exclusión carece de futuro.

La reacción institucional quedó diluida frente a la avalancha de comentarios irónicos y cuestionamientos ciudadanos. Según muchos cubanos, lo que más incomoda al régimen no es la falta de invitación a la cumbre, sino la imposibilidad de contar con otro escaparate mundial para exhibirse y acceder a placeres suntuosos.

La otra cumbre: la de las redes sociales

Mientras La Habana insistía en denunciar una injusticia diplomática, las redes sociales se convirtieron en un campo de batalla donde miles de cubanos expresaron frustración, indignación y humor. Los comentarios en publicaciones oficiales se multiplicaron en pocas horas, transformando la exclusión en un motivo de burla contra el gobierno y, en particular, contra Lis Cuesta, esposa de Díaz-Canel.


“Preocúpense por la miseria que tiene el pueblo cubano, que es lo que tienen que hacer”. “A llorar se les cayó el viajecito a ti y a la Machi”. “Se le chivó a la Machi la compra en los mall de La Romana”. “¿Se quedaron con las ganas del all inclusive en Punta Cana? No te vistas que no vas”, dijeron varios usuarios que ironizaron sobre los viajes oficiales y el gusto por el lujo de la llamada “primera dama no oficial” de Cuba. El contraste entre los apagones, la falta de alimentos y medicinas, y las apariciones de Cuesta con accesorios de marcas internacionales fue uno de los temas más comentados.

En la cuenta de X del mandatario el video superó las 18 mil visualizaciones y las acusaciones fueron más directas aún. “Dialoga con los presos del 11J”, “Abajo el comunismo”, “Las dictaduras no son bienvenidas, basura”.  “Ojalá y ya no gobiernes tu país, debe ser libre”. “Con terroristas no se dialoga, se les elimina”. “Ustedes apestan en todas partes”, dijeron otros internautas.

Lis Cuesta, símbolo de la desconexión

Aunque nunca ha ocupado un cargo de poder, Lis Cuesta se ha vuelto figura recurrente en la narrativa de la inconformidad ciudadana. Sus viajes, atuendos y publicaciones personales en redes sociales han sido percibidos como un símbolo de la desconexión entre la élite política cubana y la realidad de la población.

Para muchos, ella representa la brecha creciente entre el discurso oficial de “resistencia y austeridad” y la ostentación de quienes gobiernan. Teléfonos que superan los mil dólares, vestidos de alta costura y relojes de marca han marcado sus apariciones públicas, convertidas en blanco de críticas y sarcasmos.

Durante un foro sobre desarrollo humano, Cuesta fue captada portando un reloj Aigner, detalle interpretado como un nuevo contraste entre el llamado a la austeridad y la ostentación de la élite gobernante.

Antecedentes de exclusiones diplomáticas

No es la primera vez que Cuba queda fuera de un foro hemisférico. En 2012 y 2015, la polémica sobre su participación marcó las Cumbres de las Américas, y en varias ocasiones líderes de izquierda reclamaron la inclusión de la isla.

Sin embargo, esta vez la decisión parece más firme, en un contexto donde la OEA ha reiterado su condena a la falta de libertades democráticas en países como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

Más allá de las acusaciones del gobierno cubano, el verdadero desenlace se está viviendo en el terreno digital: una sociedad cada vez más crítica, que utiliza el humor y la sátira como herramientas para desnudar los contrastes del sistema.

La exclusión diplomática, que el régimen buscó presentar como una derrota del multilateralismo, terminó exhibiendo ante la opinión pública internacional un escenario distinto: el creciente rechazo interno hacia un modelo político que prioriza las disputas ideológicas mientras ignora las urgencias cotidianas de su pueblo.

En palabras de un usuario que resumió el sentir colectivo: “Más que en la cumbre, Cuba debería preocuparse por la falta de luz y de pan en las casas”.


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