Realtor cubana cuenta las causas que la motivaron a mudarse fuera de Miami: «Es algo que pensamos mucho y entendimos que ya no encajábamos”

Foto: Video de Instagram de gisellellrealstate

La noticia de que la reconocida agente inmobiliaria cubanoamericana Giselle Vargas, conocida en redes sociales como @gisellesellsrealestate_, decidió abandonar Miami tras 25 años de residencia ha generado debate en la comunidad latina del sur de Florida. Su testimonio no solo refleja una experiencia personal, sino que pone sobre la mesa las tensiones urbanas, sociales y económicas que atraviesa la ciudad.

Una decisión meditada y no impulsiva

Vargas enfatizó que el cambio no obedeció a un impulso repentino, sino al resultado de años de observación y reflexión. “No fue de la noche a la mañana. Es algo que pensamos mucho y entendimos que ya no encajábamos”, aseguró en un video publicado en sus redes.


Pese a trabajar en el sector inmobiliario, criticó el modelo de crecimiento urbano de Miami, donde la construcción de torres y complejos residenciales no siempre ha ido acompañada de la infraestructura necesaria para sostener a la población. “Estamos hablando de la pérdida de la calidad de vida en Miami”, sentenció.

Sobreconstrucción y deterioro de la convivencia

Entre sus principales críticas, la agente destacó la proliferación de proyectos en áreas sin servicios básicos ni planificación integral. La congestión del tráfico, dificultad para acceder a servicios públicos y aumento del costo de vida.

Y en tercer lugar mencionó que las interacciones cada vez son más tensas en la vida cotidiana. Vargas relató que incluso tareas simples como hacer compras se han convertido en experiencias incómodas. “Es un lugar donde sales al mercado y no puedes ni tan siquiera tener una conversación amena con la cajera porque pareciera que le molesta”, lamentó.

Un nuevo inicio en High Springs

La familia Vargas decidió establecerse en High Springs, una pequeña ciudad del norte de Florida que describe como un lugar tranquilo, con buenos colegios, centros comerciales cercanos, menor densidad poblacional y una comunidad más cohesionada.

La agente inmobiliaria expresó gratitud hacia Miami, donde llegó desde Cuba, formó una familia y cimentó su carrera profesional, pero admitió que la urbe ya no ofrecía el estilo de vida que buscaban. “Conocimos el amor, creamos una linda familia y crecimos personal y profesionalmente”, afirmó.


La salida de la realtor cubana de Miami no solo es un relato personal, sino también un síntoma de los profundos cambios que atraviesa la ciudad. Mientras unos celebran el dinamismo económico y el auge inmobiliario, otros se sienten desplazados por una urbe que, según dicen, ya no se parece a la que conocieron al llegar desde Cuba.

Reacciones en redes y un debate más amplio

Su testimonio ha provocado miles de reacciones en redes sociales, donde muchos cubanos y latinoamericanos residentes en Miami se identificaron con sus motivos. Algunos destacaron su valentía al reconocer los problemas de la ciudad; otros compartieron experiencias similares, al considerar mudarse por razones económicas, sociales o de bienestar familiar.

Una tendencia entre los cubanos en Florida

Lo que vive la familia Vargas no es un caso aislado. En los últimos años, numerosos cubanoamericanos han comenzado a mudarse hacia ciudades como Cape Coral, Lehigh Acres, Tampa o Jacksonville, buscando menores costos de vivienda y servicios, más espacio y tranquilidad en comparación con la densidad de Miami, así como estilos de vida más accesibles, especialmente para familias jóvenes.

Este movimiento se inserta en una tendencia mayor: la migración interna dentro de Florida, donde miles de residentes del sur del estado se trasladan hacia el centro y norte en busca de estabilidad.

Un espejo de los retos de Miami

El caso de Giselle Vargas refleja una paradoja: la ciudad que durante décadas fue el principal destino de los cubanos en Estados Unidos, símbolo de prosperidad y punto de encuentro cultural, hoy enfrenta cuestionamientos sobre su sostenibilidad y calidad de vida.

Urbanistas y economistas locales han advertido que el rápido encarecimiento de la vivienda, la desigualdad en el acceso a servicios y el deterioro en la convivencia social podrían seguir alimentando este fenómeno de migración hacia otras áreas del estado.

La salida de la realtor cubana de Miami no solo es un relato personal, sino también un síntoma de los profundos cambios que atraviesa la ciudad. Mientras unos celebran el dinamismo económico y el auge inmobiliario, otros se sienten desplazados por una urbe que, según dicen, ya no se parece a la que conocieron al llegar desde Cuba.

Para nadie es un secreto que Miami continúa consolidándose como uno de los centros urbanos de mayor crecimiento en Estados Unidos. En los últimos cinco años, la ciudad y su condado han registrado un incremento poblacional que supera el promedio nacional, en gran parte debido a la llegada de inmigrantes internacionales.

Según estimaciones recientes, la ciudad de Miami alcanzó en 2025 cerca de 465,000 habitantes, lo que representa un aumento de casi un 5 % respecto al censo de 2020. Otras proyecciones elevan la cifra hasta 487,000 residentes a mediados de 2024, reflejando un salto de más del 10 % en apenas cuatro años.

El condado de Miami-Dade, por su parte, sobrepasó los 2.7 millones de habitantes en 2025, con un crecimiento anual del 0.5 %. Solo entre julio de 2023 y julio de 2024 sumó más de 64,000 personas, lo que equivale a un alza del 2.3 %, el doble del promedio nacional.

En el ámbito metropolitano, que incluye a Fort Lauderdale y West Palm Beach, la población ronda los 6.37 millones, con un crecimiento más moderado pero constante en los últimos años.

Expertos señalan que la migración internacional es el principal motor de este repunte, posicionando a Miami-Dade como el condado número uno en Estados Unidos en la recepción de nuevos residentes extranjeros. La diversidad cultural, el dinamismo económico y su papel como puente con América Latina continúan atrayendo a miles de familias y profesionales que buscan nuevas oportunidades en el sur de Florida.


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