“Presta atención, deja el iPad”: tensión en el aire entre un vuelo de Spirit Airlines y el Air Force One presidencial

El lunes, un vuelo de Spirit Airlines que cubría la ruta Fort Lauderdale–Boston recibió una advertencia inusual de parte del control de tráfico aéreo cuando se encontraba sobrevolando Long Island, Nueva York.

En la comunicación, que se grabó y difundió en medios especializados en aviación, un controlador le ordenó al piloto apartarse de la trayectoria del Air Force One, el avión presidencial de Estados Unidos que transportaba al presidente Donald Trump, su esposa Melania y varios funcionarios quienes tenían como destino el Reino Unido. La instrucción vino acompañada de una frase que generó polémica: “Pay attention. Get off the iPad” (“Presta atención. Deja el iPad”), sugiriendo falta de atención por parte de la tripulación.


De acuerdo con las grabaciones de liveatc.net un controlador aéreo en repetidas ocasiones alertó a los pilotos de Spirit que girara la aeronave hacia otra posición por seguridad: «Spirit 1300 gira 20 grados a la derecha. Presta atención, Spirit 1300 gira 20 grados a la derecha. Spirit 1300 gira 20 grados a la derecha, ahora. Las alas espirituales 1300 giran 20 grados a la derecha, inmediatamente».

Tras la respuesta de la tripulación de Spirit, el controlador no dudó en enfatizar la situación: «Presta atención. Spirit 1300 tráfico fuera de su ala izquierda por seis millas, u ocho millas, 747. Estoy seguro de que puedes ver quién es. Estén atentos a él, es blanco y azul».

Distancias y protocolos de seguridad

Según los registros de FlightRadar24, el Airbus A321 de Spirit y el Air Force One se encontraban volando de manera paralela a unas 8 millas (13 km) de separación, distancia que se redujo a 11 millas en el punto de mayor aproximación de trayectorias.

Aunque las cifras podrían parecer preocupantes, la Administración Federal de Aviación (FAA) aclaró en un informe preliminar que no se violaron los estándares de separación. Estos protocolos establecen márgenes mínimos para evitar riesgos de colisión: generalmente, al menos 3 millas horizontales y 1.000 pies verticales en espacio aéreo controlado.

Reacciones de Spirit y de las autoridades

Spirit Airlines defendió la actuación de su tripulación y aseguró que en todo momento se siguieron las instrucciones del control aéreo. «La seguridad es siempre nuestra principal prioridad. El vuelo 1300 de Spirit Airlines siguió los procedimientos y las instrucciones del Control de Tráfico Aéreo (ATC) mientras se dirigía a Boston y aterrizó sin incidentes (en Boston)», explicó el lunes por la noche un vocero de la aerolínea a CBS News.


La FAA, por su parte, destacó que el Air Force One cuenta con protocolos de protección especiales, dado que transporta al presidente de EE.UU. En este caso, las alertas y maniobras se activaron por precaución, no porque se hubiera producido un escenario de emergencia real. «La investigación preliminar muestra que las aeronaves mantuvieron la separación requerida», dijo la FAA en un comunicado.

Seguridad presidencial en el aire

La presencia del Air Force One en el espacio aéreo impone restricciones adicionales. Normalmente, la aeronave vuela acompañada de una estricta burbuja de seguridad gestionada por la FAA y la Fuerza Aérea.

Históricamente, incidentes similares han ocurrido en otras partes del país cuando aviones comerciales o privados se acercan más de lo debido a la trayectoria presidencial. Aunque pocas veces trascienden al público, suelen derivar en llamados de atención inmediatos y, en casos extremos, en sanciones para las aerolíneas o pilotos implicados.

El trasfondo: tráfico aéreo y riesgos en EE.UU.

El espacio aéreo del noreste estadounidense es uno de los más congestionados del mundo, con la cercanía de aeropuertos como JFK, LaGuardia, Newark y Boston Logan. Esta densidad incrementa la complejidad de la gestión del tráfico aéreo y multiplica las posibilidades de cruces estrechos entre aeronaves de distinto perfil.

Expertos en seguridad aérea señalan que episodios como el de Spirit y el Air Force One ponen en evidencia la necesidad de máxima concentración en cabina y de comunicaciones claras entre controladores y pilotos.

Balance y lecciones

El incidente no pasó de ser un susto, pero dejó tres lecciones claves:

  1. El rol crítico de los controladores aéreos, capaces de detectar y corregir a tiempo cualquier cruce no deseado.
  2. La necesidad de disciplina absoluta en cabina, reforzada por la advertencia “deja el iPad”, que se interpretó como un recordatorio del rigor que exige la aviación moderna.
  3. La importancia de los protocolos presidenciales, que refuerzan la seguridad en torno a la aeronave más protegida del mundo.

Aunque no hubo riesgo real para los pasajeros ni para el presidente, el episodio se convirtió en un recordatorio de lo delicado que puede ser el manejo del espacio aéreo en un país donde convergen miles de vuelos diarios y donde, a veces, un simple cruce puede transformarse en noticia internacional.


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