
La familia Bacardí y su compañía de ron fueron expulsadas de Cuba en 1959 después de la revolución de Fidel Castro. La presencia de los hermanos Castro en el poder y el embargo de Estados Unidos a Cuba obligaron a la compañía a abrir una oficina central en las Bermudas, una destilería en Puerto Rico y otras oficinas operativas en Miami.
«Debido a que la propiedad ha sido abandonada por muchos años – a pesar de que está siendo operado para producir otros rones – sabemos que las condiciones de operación que son muy pobres; no mantienen muy bien. Por lo tanto, va a requerir una importante inversión de capital» dijo el actual presidente de Bacardi sobre las instalaciones en Cuba.
Otro tema que debe resolver Bacardi para regresar a Cuba es su disputa con el gobierno de la isla por la marca Havana Club.






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