Playas de EE. UU. bajo la lupa por contaminación fecal y bacteria “come carne” en plena temporada turística

Durante el feriado del Labor Day, millones de personas acuden a las playas de Estados Unidos para disfrutar de los últimos días de la temporada de verano. Sin embargo, un nuevo informe y diversas alertas locales han encendido las alarmas sobre los riesgos sanitarios que enfrentan bañistas y turistas debido a la combinación de altos niveles de contaminación fecal en el agua y la proliferación de la peligrosa bacteria Vibrio vulnificus, conocida popularmente como “come carne”.

Un problema recurrente en las playas del país

De acuerdo con Environment America, casi dos tercios de las playas evaluadas en 2024 presentaron al menos un día en que el agua no fue segura para nadar. En la Costa del Golfo, la situación resultó aún más preocupante: el 84 % de las playas superaron los estándares de contaminación fecal.


El problema afecta a destinos emblemáticos de gran afluencia turística. Entre las playas bajo advertencia figuran Keyes Memorial Beach en Cape Cod (Massachusetts), Benjamin’s Beach en Long Island (Nueva York) y tramos de Imperial Beach en California. En Hawái, el popular Kahaluu Beach Park, en la Isla Grande, también registró altos niveles de bacterias.

Las causas apuntan a una combinación de infraestructuras de alcantarillado obsoletas, lluvias intensas y el crecimiento urbano, que arrastran desechos hacia la costa y provocan brotes de contaminación. En zonas costeras de Florida y otros estados sureños, los episodios de lluvias torrenciales agravan el problema, aumentando el riesgo justo en la época de mayor concurrencia turística.

Entre las acciones propuestas destacan la modernización de plantas de tratamiento, la reparación de alcantarillados, el monitoreo constante de la calidad del agua y la implementación de sistemas de alerta temprana para cerrar playas cuando los niveles de bacterias superan los límites seguros. Asimismo, se promueve un mayor control sobre embarcaciones y puertos para evitar vertidos ilegales.

A nivel comunitario, se impulsan campañas de educación para reducir la basura en las playas y garantizar el buen uso de fosas sépticas en viviendas costeras. Los especialistas advierten que solo con un enfoque integral —que combine infraestructura, vigilancia y participación ciudadana— será posible disminuir la contaminación y proteger tanto la salud de los bañistas como la economía local que depende del turismo.

“Estas playas son un tesoro para las familias… necesitamos invertir para asegurarnos de que nuestros propios desechos humanos no terminen en los lugares donde nadamos”, dijo el director de agua limpia de Environment America, John Rumpler.


Vibrio vulnificus: una amenaza creciente en Florida

A la contaminación fecal se suma la bacteria Vibrio vulnificus, que prolifera en aguas cálidas y salobres como las que posee el Estado del Sol. Esta bacteria puede provocar infecciones graves, especialmente cuando entra en contacto con heridas abiertas, y en los casos más extremos, derivar en septicemia o amputaciones.

En lo que va de 2025, el Departamento de Salud de Florida ha confirmado 5 muertes y 23 contagios, con reportes en 16 condados, entre ellos áreas turísticas de gran actividad. Aunque la cifra es menor que la de 2024 —cuando se contabilizaron 19 fallecidos y más de 80 casos—, los expertos recuerdan que las condiciones climáticas extremas pueden disparar los contagios. El año pasado, los huracanes Helene y Milton favorecieron la proliferación del microorganismo al generar inundaciones y desbordamientos.

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) han catalogado a Vibrio vulnificus como una de las bacterias más peligrosas vinculadas al agua de mar, con una tasa de letalidad que en algunos casos puede superar el 30 %.

Riesgos para la salud pública y el turismo

El impacto sanitario no solo preocupa a médicos y autoridades de salud pública, sino también a los sectores económicos vinculados al turismo y la gastronomía.

  • Turismo de playa: Cierres temporales o advertencias de “agua no apta para el baño” generan pérdidas en hoteles, restaurantes y negocios costeros, sobre todo durante fines de semana largos.
  • Industria pesquera y mariscos: El consumo de ostras crudas y otros mariscos contaminados es una de las principales vías de contagio de Vibrio, lo que pone bajo la lupa a productores y distribuidores.
  • Percepción internacional: Estados como Florida, que dependen en gran medida del turismo de playa, podrían ver afectada su imagen si las alertas sanitarias se multiplican en temporada alta.

Recomendaciones de las autoridades

Las autoridades locales y estatales insisten en que los bañistas deben extremar precauciones:

  • Evitar nadar en playas bajo advertencia sanitaria.
  • No entrar al mar con heridas abiertas o cortes recientes.
  • Lavar y desinfectar inmediatamente cualquier herida tras el contacto con agua salada.
  • Buscar atención médica urgente si se presentan síntomas como fiebre, vómitos, diarrea o lesiones cutáneas tras visitar la playa.

El Labor Day, que marca el final extraoficial del verano, suele congregar a millones de visitantes en playas desde Miami Beach hasta Cape Cod, lo que aumenta la presión sobre los sistemas de vigilancia sanitaria y la necesidad de campañas de prevención.

Una advertencia para el futuro

El repunte de estos problemas refleja un desafío estructural: la falta de inversión en infraestructuras de saneamiento y los efectos del cambio climático, que incrementa las lluvias torrenciales y mantiene las aguas costeras más cálidas durante más tiempo.

Expertos coinciden en que, sin medidas de modernización y un monitoreo más estricto, la combinación de contaminación fecal y bacterias marinas podría convertirse en una amenaza recurrente cada verano.


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