Pescador submarino sufre ataque de tiburón en una de sus piernas mientras nadaba en una zona de Florida

Lo que inició como una salida rutinaria de pesca submarina terminó convirtiéndose en una experiencia de vida o muerte para Chance Armand, un joven de 28 años oriundo de Milton, Florida. El pasado 2 de agosto, mientras se encontraba junto a un grupo de amigos en aguas abiertas del golfo de México, lo atacó un tiburón toro a unos 32 kilómetros (20 millas) de la costa, en las proximidades de Pensacola Pass, según  de Escambia County Fire Rescue.

El momento del ataque

De acuerdo con el relato de la víctima, el tiburón, de aproximadamente 2,4 metros de largo (ocho pies), se abalanzó sobre él y le mordió la rodilla. Armand cree que el animal no tenía la intención directa de atacarlo, sino que buscaba recuperar el pez que había capturado minutos antes. En una publicación en Facebook, narró con crudeza el momento: “Un tiburón toro picante decidió que también quería mi pez…”.


El joven recordó que, en cuestión de segundos, una actividad recreativa se transformó en un episodio que pudo costarle la vida. “Un día de rutina puede ser el último”, advirtió.

Reacción crucial para salvarle la vida

La rápida intervención de sus compañeros resultó determinante. Al percatarse de la gravedad de la herida, lo subieron inmediatamente al bote y le aplicaron un torniquete improvisado para frenar la hemorragia. La llamada de emergencia movilizó a Santa Rosa EMS y a personal de la Naval Air Station Pensacola, que acudieron para evacuarlo de forma urgente hacia un hospital cercano. Allí recibió atención especializada para tratar la profunda lesión provocada por la mordida.

Según recogió USA TODAY, la rápida intervención de los acompañantes de Armand resultó crucial. Ellos le brindaron los primeros auxilios antes de que arribaran los equipos de emergencia, logrando estabilizarlo y evitar un desenlace fatal. Este episodio pone de relieve la importancia de contar con nociones básicas de atención médica en entornos acuáticos, donde la reacción inmediata puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en situaciones imprevistas.

Florida y la estadística de ataques de tiburón

El ataque a Armand no es un caso aislado. Según datos recopilados hasta el 12 de agosto de 2025, Florida ha registrado ocho ataques de tiburón en lo que va del año. El más reciente incidente previo en aguas de Florida se registró el 22 de julio en Hollywood, una ciudad costera situada a unos 1.062 kilómetros (660 millas) al sureste de Pensacola. En aquel episodio, un turista canadiense terminó en el hospital tras sufrir la mordida de un tiburón.

De acuerdo con el informe de Hollywood Fire Rescue and Beach Safety, el visitante disfrutaba del mar en compañía de otra persona, con el agua a la altura del pecho, cuando un pez saltó de forma inesperada sobre su cabeza. Ese instante de confusión fue suficiente para que un tiburón lo atacara, mordiéndolo antes de que lograra ponerse a salvo.


Florida es históricamente el estado con mayor número de encuentros con tiburones en Estados Unidos. De acuerdo con el Archivo Internacional de Ataques de Tiburón de la Universidad de Florida, aproximadamente el 40% de los ataques no provocados en el mundo ocurren en aguas del estado, especialmente en zonas turísticas y pesqueras.

El tiburón toro: fuerza y temperamento impredecible

El tiburón toro (Carcharhinus leucas) es una especie conocida por su agresividad y por habitar tanto aguas saladas como dulces, siendo capaz de remontar ríos y estuarios. Su comportamiento territorial y su tendencia a cazar en aguas poco profundas lo convierten en un riesgo potencial para pescadores y bañistas.

En el caso de Armand, el hecho de estar manipulando un pez herido pudo haber atraído la atención del animal, que reaccionó de forma instintiva.

El testimonio de Armand ofrece detalles que coinciden con patrones ampliamente documentados en ataques de tiburón. El pescador relató que el animal fijó su atención en el pez que acababa de atrapar y que, tras un primer mordisco, intentó apoderarse de la captura.

Este tipo de comportamientos, según el portal especializado trackingsharks.com, son frecuentes en incidentes registrados durante actividades de pesca. Los expertos señalan que el olor a sangre, sumado al movimiento desesperado de la presa, actúa como un potente imán para estos depredadores, incrementando las probabilidades de un encuentro cercano con humanos en su afán por alimentarse.

Precauciones y recomendaciones

Expertos en seguridad marina recomiendan una serie de medidas para reducir el riesgo de ataques:

  • Evitar nadar o pescar en zonas donde haya actividad de peces heridos o bancos grandes.
  • No entrar al agua con heridas abiertas o sangrado visible.
  • Mantenerse alerta al amanecer y atardecer, cuando los tiburones suelen estar más activos.
  • Pescar o bucear siempre en compañía, y tener a mano un botiquín con torniquetes y equipos básicos de primeros auxilios.

A nivel global, las estadísticas sobre ataques de tiburón y su gravedad se han mantenido relativamente estables en los últimos años. El International Shark Attack File (ISAF), un proyecto que recopila y analiza de forma científica este tipo de incidentes desde su sede en el Florida Museum of Natural History, establece que el promedio anual ronda los 65 ataques confirmados en todo el mundo.

De ellos, apenas seis suelen tener un desenlace fatal, lo que refuerza la idea de que, aunque estos encuentros generan gran atención mediática, las probabilidades de que resulten mortales siguen siendo bajas.

Una advertencia desde la experiencia

A pesar de la gravedad del incidente, Chance Armand continúa recuperándose y ha decidido compartir su historia como un recordatorio del respeto que merece el mar. Para él, la jornada del 2 de agosto es una lección sobre la delgada línea que separa la aventura de la tragedia.

En un estado donde el turismo costero y las actividades acuáticas forman parte de la vida cotidiana, incidentes como este subrayan que, aunque el océano ofrece belleza y recursos, también es hogar de criaturas salvajes cuya conducta no siempre puede preverse.


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