Padre cubano se autodeporta a Cuba para evitar ser detenido deja a su hija con tres cirugías de corazón en EE.UU

Cubanos en EE.UU. Foto: Video de Facebook de Javier Díaz

El caso de Deivy Alemán Oropesa, un padre cubano residente en Orlando desde hace siete años ha puesto en evidencia el dilema que enfrentan miles de inmigrantes en Estados Unidos. Tras recibir una orden de salida emitida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), Alemán tomó la dolorosa decisión de autodeportarse para evitar ser arrestado y deportado bajo custodia, dejando atrás a su esposa y a su hija, quien padece una grave enfermedad cardíaca.

Su partida está programada para el 14 de septiembre de 2025, fecha límite impuesta por las autoridades.


La salud de su hija, un factor ignorado

El drama familiar se agrava por la situación médica de la menor. La niña ha sido sometida a tres cirugías a corazón abierto y aún necesita nuevas intervenciones. La familia presentó toda la documentación clínica ante el ICE en busca de una consideración humanitaria, pero no obtuvo respuesta favorable.

«En la cita con ICE me informaron que si me quedo tendrían que dejarme en detención y me deportarían ellos por su propia cuenta. De lo contrario, tenía que presentar mi boleto de salida de Estados Unidos este domingo. Creo que la mejor opción es salir voluntario», comentó el afectado al periodista cubano Javier Díaz en una entrevista.

El padre destacó que es lo que más le afecta de su autodeportación a la isla caribeña: «Lo que más me preocupa de todo es dejar a mi familia aquí, a la niña que está pendiente de otra cirugía.

La cita decisiva con ICE

El pasado 8 de septiembre, Alemán acudió a su cita rutinaria con el ICE en Orlando. Allí se le exigió presentar un boleto de avión para demostrar su salida antes del 14 de septiembre. Si no lo hacía, sería detenido inmediatamente y deportado por la fuerza.

Alemán, consciente de que cualquier intento de permanecer en el país agravaría su situación legal, decidió aceptar la “salida voluntaria”, una figura que permite al inmigrante abandonar EE.UU. por sus propios medios, pero que en la práctica conlleva las mismas consecuencias de una deportación: separación, pérdida de estabilidad y la imposibilidad de regresar en el corto plazo.


Un historial sin delitos

A diferencia de otros casos de deportación vinculados a crímenes, Deivy Alemán no tiene antecedentes penales ni historial delictivo. Su única falta fue haber ingresado al país de forma irregular hace siete años. Sin embargo, ese antecedente bastó para que se activara una orden de deportación definitiva, que la ley no permite suspender por motivos humanitarios.

El periodista Javier Díaz resumió el caso como “una muestra de que ni las razones médicas ni la conducta intachable de un inmigrante son suficientes para frenar la maquinaria de deportación en EE.UU.”

Según relató su esposa, Yisel Miguel Sarduy, la noticia los dejó desconcertados y todavía no encuentran una manera inmediata de sobrellevar la situación. «La esperanza que me queda es que cuando esté en Cuba me llegue la petición de reunificación que me puso mi esposa. Y estar juntos aquí lo antes posible», explicó la esposa.

Yisel advirtió que en la oficina de ICE en Orlando el panorama se ha vuelto cada vez más complejo para numerosas familias cubanas. Relató que, pese a entregar informes médicos y toda la documentación requerida, la respuesta fue negativa. “No sirvió de nada”, lamentó.

La historia no es nueva: hace semanas se conoció que la pequeña había enfrentado tres complejas operaciones a corazón abierto y que aún necesita más intervenciones médicas. En medio de esa realidad, la madre se concentra en atenderla día y noche, mientras Deivy sostiene solo la economía familiar.

La esperanza de reunificación

A pesar de la inminente separación, la familia mantiene la esperanza de que prospere el proceso de reunificación familiar (I-130) que su esposa presentó tiempo atrás. De prosperar, Alemán podría regresar a EE.UU. de manera legal, aunque se trata de un trámite largo y con resultados inciertos.

Mientras tanto, deberá rehacer su vida en Cuba, separado de su hija en pleno tratamiento médico.

Un patrón que preocupa en la comunidad cubana

Este caso no es aislado. En los últimos meses, organizaciones de inmigrantes han denunciado un aumento en las deportaciones y autodeportaciones de cubanos, incluso en situaciones con claros elementos humanitarios. Muchos de ellos, como Alemán, carecen de antecedentes criminales y han vivido años en Estados Unidos con familias establecidas.

La comunidad cubana en Florida ha reaccionado con indignación y temor, al considerar que se trata de un ejemplo de cómo el endurecimiento de las políticas migratorias afecta de manera directa a familias vulnerables.

Antecedentes recientes

En 2025, varios reportes han documentado deportaciones de cubanos con hijos enfermos o procesos médicos en curso. A la vez, los vuelos de deportación hacia la isla se han reanudado con regularidad desde 2023, tras varios años de pausa durante la pandemia y la crisis migratoria.

Defensores de inmigrantes han criticado que las autoridades apliquen las leyes de manera estricta, sin considerar factores humanitarios como enfermedades graves, arraigo familiar o procesos legales en trámite.

Un reflejo del sistema migratorio

La historia de Deivy Alemán Oropesa se convierte en un símbolo de las contradicciones del sistema migratorio estadounidense: por un lado, ofrece vías de reunificación familiar; por otro, ejecuta deportaciones que separan a padres de hijos en situaciones extremas.

La salida de Alemán hacia Cuba este domingo dejará una herida profunda en su familia y en la comunidad cubana en Orlando, que lo despide con incertidumbre y dolor, pero también con la esperanza de que algún día pueda regresar de manera legal.


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