Padre cubano con I‑220A celebra tres años en EE.UU. y desafía a Díaz-Canel: “En tres años aquí he logrado más que en 47 años en Cuba”

Cubano con I-220A. Foto: Video de TikTok de @jorgerodriguez1324

Jorge Rodríguez, un migrante cubano acogido bajo el estatus migratorio I‑220A, ha conmovido a miles de seguidores en redes sociales tras compartir un emotivo video en el que celebra, junto a su familia, haber cumplido tres años viviendo en Estados Unidos. Para Rodríguez, el breve periodo en territorio estadounidense ha significado más progreso y estabilidad que las casi cinco décadas vividas en Cuba.

“En tres años aquí he logrado lo que no hice en 47 allá”, afirmó el cubano en su cuenta de TikTok @jorgerodriguez1324, quien mostró con orgullo los frutos de su esfuerzo: vehículos propios, ausencia de deudas y la posibilidad de sostener a su familia trabajando y contribuyendo con el pago de impuestos. “No vinimos por comodidad ni por pan con bistec. Vinimos buscando libertad, independencia y soberanía”, enfatizó, dejando claro que su decisión de emigrar tuvo motivos políticos y personales más allá de lo económico.


Un momento especial de su testimonio fue cuando hizo mención a las posibilidades estudiantiles que posee su hijo, pero depende en gran medida de la legalización de su estatus. “Mi hijo se acaba de terminar el 10º grado y está recibiendo ya oferta de universidades, y solo está en 10º grado y recibiendo oferta de universidades, y si no tiene la residencia no puede ir a ninguna universidad”, dijo preocupado el padre.

Libertad por encima de la comodidad

En su mensaje, Rodríguez insistió en que su emigración no estuvo impulsada únicamente por necesidades materiales, sino por el deseo de vivir en libertad. “Muchos dicen que somos pan con bistec, que somos no sé qué… no, aquí venimos buscando libertad, buscando independencia, buscando soberanía y trabajando”, expresó, rechazando la narrativa que reduce la migración cubana a una simple búsqueda de beneficios económicos.

@jorgerodriguez1324 Razones por las que no somos fracasados#patriayvida🇨🇺🇨🇺🇨🇺 ♬ sonido original – jorgerodriguez1324

Pese a sus avances, la vida de Rodríguez y la de miles de cubanos bajo el I‑220A permanece marcada por la incertidumbre. El documento les permite residir y trabajar legalmente en EE.UU., pero no constituye un estatus migratorio definitivo. Muchos viven con la constante preocupación de una posible deportación si sus casos migratorios no se resuelven de forma favorable en los tribunales.

Esa situación impacta directamente el futuro de su familia. Rodríguez reveló que su hijo, quien cursa el décimo grado, ha recibido ya ofertas de universidades en Estados Unidos. No obstante, sin la residencia legal, su acceso a estudios superiores podría verse limitado. “Ese es el miedo más grande que uno tiene. Aquí pagamos taxes, pagamos todo. Queremos nuestros papeles, queremos seguridad”, sostuvo.

En otro momento del clip mencionó los malabares que hay que hacer para mantener un vehículo viejo en Cuba mientras que en EE.UU es fácil tener uno moderno en poco tiempo. “Yo viví 47 años en Cuba, y lo que tenía eran unos motores rusos que no servían, que había que darle más llave que a una locomotora… y en solo tres años miren lo que he logrado… trabajando aquí, yo, mi mujer, mi hijo, mi familia”. Mostró los carros de su familia y afirmó: “Esos carros están pagos, aquí está todo pago, no le debo nada a ningún banco”, aseveró el cubano.


Respuesta a Díaz-Canel

Rodríguez también aprovechó el video para responder a recientes declaraciones del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien calificó de “fracasados” a quienes abandonan la isla. “Verdad que éramos unos fracasados… en Cuba, sí, éramos unos fracasados en Cuba. No aquí. Aquí hemos logrado encontrar la libertad, encontrar la independencia”, dijo el migrante, rechazando de manera tajante esa etiqueta.

Llamado político

El cubano agradeció públicamente el respaldo de la congresista María Elvira Salazar y del Partido Nacionalista Cubano, quienes han impulsado proyectos para regularizar el estatus migratorio de los cubanos bajo I‑220A. Su testimonio es parte de una creciente ola de voces que reclaman soluciones permanentes para miles de migrantes atrapados en un limbo legal.

“Muchas gracias por lo que está haciendo por nosotros, muchas gracias por tenernos presentes, y que siempre sepa que no somos pan con bistec, que somos cubanos que vinimos a buscar libertad, buscar la independencia, buscar soberanía”, manifestó Rodríguez al mismo tiempo que expresó: “Queremos tener nuestros papeles. Queremos que siempre se sepa que no somos pan con bistec. Somos seres humanos que vinimos buscando libertad”, subrayó Rodríguez en un mensaje cargado de emoción y esperanza.

Un reflejo de la comunidad cubana

Historias como la de Jorge Rodríguez se repiten a lo largo de la comunidad cubana en EE.UU. Miles han dejado atrás décadas de vida en la isla para reconstruirla en apenas unos años, aunque con el peso de la incertidumbre migratoria. Su caso ilustra el contraste entre las limitaciones de la vida en Cuba y las posibilidades que, aunque no exentas de desafíos, ofrece el sistema estadounidense.

Mientras tanto, Rodríguez continúa trabajando, criando a su hijo y soñando con la plena legalidad que le permita sellar definitivamente el capítulo más importante de su vida: la conquista de la libertad y la estabilidad para su familia.

Una historia similar es la de Yasmeli, una joven cubana bajo estatus migratorio I‑220A, hizo un llamado público en redes sociales para salvar su pequeño negocio recién inaugurado en Miami. Hace poco, Yasmeli abrió un salón de belleza que ofrece servicios de peluquería, spa, manicura y cejas. Sin embargo, el mismo día de la apertura, fue víctima de un robo que la dejó sin equipos, obligándola a invertir nuevamente para poder continuar.

Lejos de pedir donaciones, la cubana busca apoyo ofreciendo en alquiler los espacios de trabajo dentro de su salón, conocidos como “sillones”, para profesionales interesados en sumarse a su proyecto. Su historia se viralizó gracias al influencer Dairon Cano, quien compartió su caso y la animó a no rendirse. En pocas horas, Yasmeli recibió numerosas muestras de solidaridad, ofertas de empleo y mensajes de personas dispuestas a colaborar o convertirse en clientes. La situación de Yasmeli refleja los retos que enfrentan muchos cubanos con I‑220A, quienes, aunque pueden trabajar legalmente, suelen encontrar barreras económicas y legales al intentar emprender en Estados Unidos.

Congresistas como María Elvira Salazar han abogado públicamente por los inmigrantes con I-220A, resaltando su contribución económica y social. “Estos cubanos han demostrado ser trabajadores, cumplir con la ley y pagar impuestos. Merecen una solución justa”, declaró recientemente la legisladora republicana.

Organizaciones de derechos humanos y activistas migratorios también se han sumado al reclamo, destacando casos de cubanos como Jorge Rodríguez, quien en apenas tres años en EE.UU. ha logrado estabilidad económica, o Yasmeli, emprendedora en Miami que lucha por salvar su pequeño negocio pese a enormes obstáculos.


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