“No somos Chicago, no somos Los Ángeles»: voces de Miami se levantan contra plan federal de seguridad

La posibilidad de que agentes federales refuercen la seguridad en Miami ha abierto un intenso debate en la comunidad, entre quienes lo ven como una medida innecesaria y quienes consideran que podría ayudar a frenar delitos complejos. La frase que se repite en voces locales es tajante: “No somos Chicago, no somos Los Ángeles, no somos Memphis y no somos Washington D.C.”.

El rechazo no es menor, la idea de equiparar la situación de Miami con ciudades que encabezan los índices de violencia en Estados Unidos ha sido recibida con suspicacia, pues los datos oficiales muestran realidades distintas.


Contexto político y de seguridad

Durante una audiencia de supervisión en el Senado, el director del FBI, Kash Patel, adelantó que Miami y St. Louis figuran como posibles próximas ciudades en ser incluidas en una ofensiva federal contra el crimen. La declaración despertó atención inmediata, especialmente en el sur de la Florida, donde la comunidad local ha mostrado inquietud por un eventual incremento de la presencia de agentes federales.

Falta de detalles concretos

Patel no ofreció información precisa sobre fechas, número de agentes ni el alcance operativo de la iniciativa. Tampoco quedó claro cuáles serían los delitos prioritarios, aunque en declaraciones anteriores ha mencionado la amenaza de cárteles, inmigración ilegal y posibles riesgos de seguridad vinculados a Irán como focos de preocupación para el sur de la Florida.

El anuncio se enmarca en un discurso político de seguridad de “mano dura” que busca proyectar firmeza ante la criminalidad en grandes urbes. Sin embargo, en Miami-Dade —donde conviven fuertes dinámicas migratorias, narcotráfico y delitos callejeros— la propuesta genera dudas sobre si responde a una necesidad real o a un cálculo político.

Reacciones encontradas en Miami

Algunos comisionados y líderes municipales han advertido que Miami cuenta con agencias de seguridad sólidas, como la Policía de Miami-Dade y el Departamento de Policía de la Ciudad de Miami, que trabajan en coordinación con el FBI y la DEA en operaciones contra el crimen organizado. Señalan que un refuerzo federal masivo podría generar duplicidad y tensiones jurisdiccionales.

“Yo creo que el señor Patel está completamente equivocado, yo no creo que en Miami se necesitan tropas federales, no tenemos ningún tipo de problema de crimen”, dijo a Noticias 23 el congresista por Florida, Carlos Giménez.


Miami es hogar de una de las poblaciones inmigrantes más grandes del país, con fuerte presencia cubana, venezolana, haitiana y centroamericana. Organizaciones comunitarias temen que una mayor presencia de agentes federales pueda derivar en redadas migratorias encubiertas o en un clima de desconfianza, afectando la relación entre residentes y autoridades.

En redes sociales, los mensajes de rechazo a la comparación con otras ciudades son constantes. Muchos usuarios insisten en que, pese a sus problemas, Miami tiene particularidades que la diferencian: una economía turística robusta, diversidad cultural y un crecimiento inmobiliario dinámico que no puede compararse con la crisis social de urbes como Chicago o Memphis.

Niveles de criminalidad: Miami frente a otras ciudades

Aunque Miami-Dade enfrenta retos importantes, como el tráfico de drogas, la violencia armada en algunos barrios y el robo de vehículos, las estadísticas muestran que no se ubica en el mismo nivel de violencia que Chicago, Memphis o Washington D.C.

Chicago registró en 2024 más de 600 homicidios, con picos de violencia en barrios del sur y oeste. Washington D.C. superó los 250 asesinatos en el mismo período, alcanzando el nivel más alto en dos décadas. Memphis mantiene una de las tasas de homicidios más elevadas del país, cercana a 60 por cada 100,000 habitantes.

En contraste, Miami-Dade reportó aproximadamente 180 homicidios en 2024, con una tasa que ronda los 12 por cada 100,000 habitantes, por debajo de las ciudades más violentas, aunque todavía por encima del promedio nacional.

Antecedentes de despliegues federales en EE.UU.

El gobierno federal ha desplegado agentes en otras ciudades en momentos de crisis. En 2020, durante la llamada Operation Legend, se enviaron agentes a Kansas City, Chicago y Albuquerque para combatir el crimen violento. Ese mismo año, Portland vivió un despliegue en medio de protestas, lo que generó fuertes tensiones con autoridades locales.

En el caso del sur de la Florida, durante los años 80 y 90, Miami fue foco de operaciones federales contra el narcotráfico en el marco de la “guerra contra las drogas”, especialmente tras la violencia desatada por carteles colombianos. Aunque esas operaciones marcaron un antes y un después, también dejaron una huella de estigmatización que la ciudad ha buscado superar desde los años 2000.

“No somos Chicago, no somos Los Ángeles, no somos Memphis, y no somos Washington D.C. tampoco, así que yo tengo llamada con Pam Bondi (fiscal general de EE. UU.) que es la jefa del señor Patel para decir qué pasa aquí, porque nos nombraron ustedes a nosotros”, agregó Giménez.

Desde la oficina de Rick Scott remarcaron que el estado de Florida representa un referente en la aplicación del orden público y valoraron positivamente que “el presidente Trump actúe para salvaguardar a las familias”.

Factores actuales de seguridad en Miami

A pesar de que el nivel de homicidios no se encuentra entre los más altos del país, existen problemáticas que generan preocupación. La posición estratégica de Miami como puerta de entrada desde el Caribe y Sudamérica la mantiene como punto clave en el tráfico de drogas. Barrios como Liberty City y Little Haiti concentran episodios de tiroteos recurrentes. Además, el condado ocupa lugares destacados en estadísticas nacionales de fraudes financieros y delitos cibernéticos.

Estos desafíos son enfrentados por agencias locales con el apoyo de entidades federales como el FBI y la DEA, lo que lleva a cuestionar la necesidad de un despliegue adicional de agentes.

Escenarios a futuro

Por ahora, no hay confirmación oficial de un operativo federal en Miami. Sin embargo, la discusión ya ha colocado a la ciudad en el centro de un debate nacional sobre seguridad, autonomía local y relaciones entre comunidades e instituciones.

Si el plan se concreta, podría reavivar recuerdos de épocas en las que Miami era sinónimo de violencia y narcotráfico. Si se descarta, quedará como un ejemplo más de cómo el discurso político sobre la criminalidad utiliza comparaciones con grandes urbes para reforzar mensajes de campaña.

En cualquier escenario, lo que parece claro es que muchos residentes no aceptan que su ciudad sea comparada con Chicago, Los Ángeles, Memphis o Washington D.C., y reivindican que Miami tiene sus propios problemas, pero también la capacidad de enfrentarlos con sus propias herramientas.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *