
El condado de Miami-Dade celebró este martes la octava edición del Indulto Anual del Cerdito, una ceremonia que, aunque nacida como un acto simbólico y humorístico, se ha convertido en un reflejo vivo de la identidad multicultural del sur de Florida. El protagonista de este año fue el pequeño cerdo “6-7”, cuya vida la “perdonó” la alcaldesa Daniella Levine Cava en un evento que congregó a medios de comunicación, funcionarios y vecinos.
Un acto simbólico que mezcla sátira, tradición y sensibilidad comunitaria
La ceremonia —inspirada libremente en la clásica tradición estadounidense del indulto del pavo presidencial— lleva ocho años ofreciendo una versión local marcada por la impronta latina de Miami. En este caso, el cerdito “6-7” fue presentado ante el público como el afortunado que no terminará en la mesa navideña, en clara alusión al tradicional lechón asado, un elemento esencial en las celebraciones de Nochebuena para muchas familias de origen cubano, puertorriqueño, dominicano y centroamericano.
Levine Cava, sonriente, destacó la importancia de mantener estas ceremonias que fomentan la cohesión comunitaria:
“Es una tradición divertida que celebra la diversidad cultural que hace único a Miami-Dade”, dijo mientras colocaba simbólicamente la “condonación” sobre el animal.
Una tradición que nació como gesto cultural y terminó consolidándose como ritual anual
El indulto del cerdito comenzó como una iniciativa modesta, organizada por líderes comunitarios cubanoamericanos que buscaban crear un evento que celebrara las raíces navideñas de la región con un toque de humor. Con el tiempo, el acto fue adoptado por autoridades del condado y hoy forma parte del calendario institucional de actividades festivas.
La elección del cerdito —y no otro animal— responde a su papel central en las celebraciones latinas: para muchas familias inmigrantes que llegaron al sur de Florida, el lechón asado fue una de las formas de preservar su identidad cultural en medio del proceso de adaptación a la vida en Estados Unidos.
Indultar al cerdo, aunque sea de manera simbólica, se ha interpretado como una forma de homenajear esa herencia, a la vez que se humaniza el trato hacia los animales durante las festividades.
El trasfondo cultural: de la caja china a la integración comunitaria
La ceremonia también destaca cómo Miami-Dade ha sabido integrar diversas tradiciones culinarias y culturales dentro de un espacio común. Pocas imágenes resumen tan bien la conexión entre la diáspora cubana y la vida en el condado como la caja china, un artefacto icónico en el que se asa el cerdo durante horas y que se ha vuelto un emblema de las fiestas decembrinas.
Sin embargo, la ciudad también ha experimentado un creciente interés por prácticas de compasión animal, agricultura sostenible y festividades éticas. En ese contexto, el indulto ofrece un puente entre la preservación cultural y nuevas sensibilidades sociales.
El evento del cerdito “6-7” refleja esa dualidad: es a la vez una celebración de tradición y una muestra de apertura hacia valores contemporáneos que se relacionan con el bienestar animal.
“6-7”: el cerdito que ahora es parte del folclor local
La historia de “6-7” —nombre que llamó la atención en redes sociales por su particularidad— se suma ahora a la lista de animales que se indultaron en ediciones anteriores. A Algunos los han trasladados a granjas educativas, otros a santuarios locales; todos han terminado convirtiéndose en pequeñas celebridades comunitarias.
Los organizadores señalaron que el objetivo principal es llevar alegría a la población, reforzar las tradiciones navideñas y recordar la importancia de la diversidad cultural que define a Miami.
Un evento que también refleja la evolución social del condado
Aunque el acto tiene un tono humorístico, especialistas en cultura local señalan que también evidencia cómo Miami-Dade ha renovado sus formas de representar la identidad latina en el espacio público. Lo que en un inicio fue una celebración casi puramente cubanoamericana, hoy incluye elementos de múltiples culturas migrantes del condado, consolidándose como una actividad inclusiva que fortalece la cohesión entre comunidades.
Además, el indulto ha servido para generar conversaciones en torno al consumo responsable, la protección animal y los cambios demográficos en el condado, que hoy cuenta con una población latina diversa con nuevas generaciones más conscientes de estos temas.
Una tradición joven, pero que ya parece parte del ADN festivo de Miami
Aunque apenas cumple ocho años, la ceremonia del indulto del cerdito se ha convertido en una de las imágenes más queridas de la temporada decembrina en Miami-Dade. Con “6-7” ahora a salvo y con vida garantizada en una granja local, la comunidad se prepara para las festividades navideñas mientras celebra, una vez más, la unión entre tradición, humor y diversidad cultural.





