La madre de Yordanis Cobos Martínez, el cubano acusado de decapitar a un comerciante en Dallas, Texas, habló por primera vez desde Cuba y pidió a las autoridades estadounidenses que tengan en cuenta el historial de problemas de salud mental de su hijo antes de dictar una sentencia definitiva. El caso, que ha conmocionado a la comunidad cubana dentro y fuera de la isla, se encuentra ahora en el centro de un debate entre justicia, salud mental y migración.
La voz de la madre: entre el dolor y la defensa
En una entrevista ofrecida al periodista cubano Mario Pentón, desde Cuba, la madre del acusado salió al paso de los rumores que lo vinculaban con otros crímenes cometidos en la isla. “Eso es mentira, en Cuba él nunca mató a nadie”, afirmó, al tiempo que describió a Yordanis como una persona que llevaba años arrastrando desequilibrios mentales. “Mi hijo tenía problemas mentales”, subrayó en su testimonio, insistiendo en que lo que él necesita es tratamiento médico especializado y no la pena de muerte que podría enfrentar en Texas.
Su abuela, Mayra Rodríguez, y su hermana también han dicho que Cobos-Martínez ya no está bien mentalmente, e imploran que la justicia estadounidense tome en cuenta ese estado. Piden además poder retornarlo a Cuba, donde, según la familia, podría recibir cuidados psiquiátricos adecuados.
Salud mental y sistema judicial
“Él necesita ayuda médica, no la muerte. No le pongan la pena de muerte, se los pido”, suplicó la madre desde la isla. El pedido de la madre pone sobre la mesa un tema sensible en el sistema judicial estadounidense: ¿qué ocurre cuando un crimen atroz es cometido por alguien con antecedentes de inestabilidad psicológica? En varios estados, incluida Texas, la pena de muerte sigue vigente y puede aplicarse en casos de homicidios considerados especialmente crueles. Sin embargo, los tribunales también deben valorar diagnósticos médicos y pruebas sobre la capacidad mental del acusado en el momento del crimen.
El crimen que sacudió Texas
Cobos Martínez, de 41 años, fue arrestado tras un brutal asesinato ocurrido en Dallas en agosto de 2025. Según la investigación, habría decapitado a un comerciante durante una discusión, un acto que estremeció a la opinión pública y generó titulares a nivel internacional. Las autoridades confirmaron que el acusado tenía antecedentes criminales en Estados Unidos, entre ellos delitos relacionados con abuso sexual, robo agravado de vehículos y privación ilegal de libertad. ICE también presentó una orden de detención en su contra, lo que complica aún más su situación legal.
Migración y tragedia
La mujer también reveló que muchas veces intentó convencer a su hijo de no emigrar, pero él insistió en buscar un futuro mejor en Estados Unidos. Como miles de cubanos en la última década, Yordanis dejó atrás la isla en medio de la crisis económica y política, pero su historia terminó marcada por un camino delictivo y un desenlace sangriento.
Un caso con múltiples aristas
El caso Cobos Martínez combina varios elementos que lo convierten en un asunto de amplio interés público, primero el hecho en cuestión, el asesinato cometido en Dallas se describe como uno de los más impactantes en lo que va del año en Texas y le anteceden presuntamente varios hechos similares según testimonios de conocidos lo cual es caldo de cultivo para los fiscales.
Por otro lado, la madre insiste en que el sistema no supo atender a tiempo los signos de inestabilidad que presentaba su hijo. Y en último lugar y no menos importante el hecho se da en un contexto de fuertes debates sobre el tema migratorio en Estados Unidos donde las autoridades están deportando a cientos de personas con antecedentes criminales.
Cobos-Martínez no solo enfrenta cargos por este hecho gravísimo, sino que tiene un historial legal en EE.UU. que incluye acusaciones de abuso sexual a menores, robos de vehículos, encarcelamientos y allanamientos. Además, existía una orden final de deportación hacia Cuba, pero La Habana rechazó recibirlo por su historial criminal.
Por otro lado, aparece una denuncia adicional desde Cuba de una mujer que asegura que Cobos-Martínez habría cometido otro homicidio en la isla años atrás — el asesinato de Yunior Serrano, padre de su hija — lo que añade complejidad al caso.
Una familia dividida entre la pena y la esperanza
El caso de Yordanis Cobos-Martínez conmueve por su brutalidad y plantea interrogantes sobre la intersección entre inmigración, salud mental y sistema judicial. Mientras la justicia en Estados Unidos deberá determinar responsabilidades, la familia desde Cuba demanda que no se ignore lo que ellos consideran un grave deterioro psíquico, y abogan por una repatriación que consideran necesaria para su recuperación.
Su súplica refleja no solo la angustia de una madre, sino también la incertidumbre de muchas familias migrantes que ven cómo la vida de sus seres queridos en EE.UU. queda atrapada entre la búsqueda de oportunidades y las sombras de la marginalidad y el crimen.