Más de 70 mil interesados en la «Tarjeta Trump» que da residencia permanente tras pagar 5 millones de dólares

Donal Trump. Foto: Video de YouTube de CNN en Español y Noticias Telemundo

La nueva apuesta de Donald Trump por atraer inversión extranjera a Estados Unidos se presenta bajo el nombre de “Tarjeta Trump”, una versión de las llamadas “visas doradas” que ofrecen residencia permanente —y eventualmente ciudadanía— a cambio de una cuantiosa inversión. La propuesta ha generado entusiasmo, escepticismo y muchas preguntas sin responder.

¿En qué consiste la “Tarjeta Trump”?

Este nuevo programa de residencia, impulsado por el equipo de Trump y promovido oficialmente a través de un sitio web, ofrece una green card (residencia permanente) a extranjeros que inviertan 5 millones de dólares en EE.UU. Según los organizadores, quienes accedan a esta tarjeta podrían también obtener la ciudadanía estadounidense.


Durante el anuncio oficial, el secretario de Comercio Howard Lutnick afirmó que más de 70,000 personas ya se habían inscrito para recibir información sobre el programa, y aseguró que su potencial es enorme: hasta 37 millones de personas en todo el mundo podrían calificar como interesados. En su visión, si se vendieran 200,000 tarjetas, el Tesoro estadounidense podría recaudar un billón de dólares.

Un mercado en auge… pero con restricciones

El programa busca posicionarse dentro del mercado creciente de ciudadanos adinerados que buscan emigrar. En 2024, se estima que 142,000 millonarios cambiaron de país debido a la inestabilidad política o económica en sus regiones. Países como Portugal, España o el Reino Unido han endurecido sus políticas migratorias hacia inversores, lo que abre una ventana de oportunidad para EE.UU.

Sin embargo, los expertos creen que las cifras iniciales son demasiado optimistas. Muchos de los 70,000 registrados podrían ser asesores financieros o simples curiosos. De los más de 276,000 individuos en el mundo con un patrimonio superior a los 30 millones de dólares, solo unos 2,000 por año serían candidatos reales para un programa como este.

China y Medio Oriente concentran gran parte del interés, con 46,000 y 19,000 personas ultra-ricas, respectivamente. También se menciona potencial interés en países como México, Brasil, Reino Unido y Rusia. No obstante, existen obstáculos: en países como China, las restricciones a la salida de capitales podrían dificultar la ejecución de inversiones tan elevadas.

Incertidumbres legales y fiscales

Uno de los principales puntos de incertidumbre es si los 5 millones cubren solo al titular o también a su familia. Tampoco se han aclarado los requisitos de creación de empleo, ni las condiciones de seguridad, controles de antecedentes o permanencia mínima.


Pero el tema más espinoso es el fiscal. A diferencia de muchos países que otorgan visas doradas, EE.UU. grava los ingresos globales de sus residentes permanentes y ciudadanos. Es decir, los beneficiarios del programa podrían verse obligados a tributar no solo por lo que ganen en EE.UU., sino también por sus ingresos en cualquier parte del mundo.

Trump ha afirmado que los beneficiarios “pagarán muchos impuestos”, aunque se habla de una posible exención sobre ingresos del extranjero, lo que haría el programa mucho más atractivo. Sin embargo, esa exención no existe actualmente y requeriría una legislación específica, aprobada por el Congreso y respaldada por el Servicio de Impuestos Internos (IRS).

¿Una versión moderna del EB-5?

El programa ha sido comparado con el EB-5, una visa de inversión que requiere una inversión mínima de entre 800,000 y 1,050,000 dólares, junto con la creación de al menos 10 empleos en EE.UU. Sin embargo, la “Tarjeta Trump” se diferencia en que no exige, al menos por ahora, esos requisitos laborales, aunque sigue sin aclararse cómo funcionaría en la práctica.

Conclusión

La “Tarjeta Trump” es una propuesta ambiciosa que intenta posicionar a EE.UU. como el principal destino de inversión migratoria del mundo. Aunque hay un mercado potencial enorme de millonarios interesados en mudarse a un país estable y con oportunidades, el programa enfrenta desafíos legales, fiscales y estructurales que podrían frenar su implementación y efectividad.

Por ahora, más que una realidad, la “Tarjeta Trump” es una promesa electoral en busca de convertirse en política oficial. Su éxito dependerá tanto de su viabilidad legal como de su capacidad para atraer verdaderos inversores, en un mundo cada vez más competitivo en la caza del capital global.


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