
La base de la crítica se debe a que estos viajes en Jets privados lejos de promover el intercambio lo desestimula si desde el inicio los ciudadanos estadounidenses no pueden viajar en los mismos aviones que viajan los ciudadanos cubanos. La verdad es que queda mucho por recorrer por ambas partes para poder ver viajes a Cuba normales como si fuera cualquier otro lugar del mundo. Lo cierto es que hasta hoy el tema de los viajes a Cuba es un gran negocio que muchos prefieren que se quede como está.






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