Instituto de Meteorología de Cuba advierte sobre la probabilidad de intensas lluvias y tormentas eléctricas en gran parte del país

Lluvias en Cuba. Foto: Shutterstock

Cuba se encuentra bajo condiciones de inestabilidad atmosférica que, según los pronósticos, generarán lluvias intensas y tormentas eléctricas durante la tarde y la noche de este jueves 4 de septiembre. El fenómeno afectará principalmente a las regiones occidental y central, con mayor incidencia en la franja norte y en áreas interiores, donde se espera un incremento notable de las precipitaciones.

Dos vaguadas y alta humedad: las causas del fenómeno

El meteorólogo Raydel Ruisánchez explicó en su perfil de Facebook que la situación responde a la influencia de dos vaguadas, una ubicada sobre el estrecho de la Florida y otra en el Golfo de México. Estas estructuras favorecen la entrada de humedad y, al combinarse con el calentamiento diurno, crean un escenario propicio para la formación de tormentas.


Estos sistemas están generando un abundante contenido de humedad en todas las capas de la troposfera, lo que se combina con el calentamiento diurno para favorecer esta situación., señaló el especialista, subrayando que estos eventos podrían concentrarse en horas de la tarde y extenderse hasta la noche.

Recomendaciones para la ciudadanía

Las autoridades meteorológicas han llamado a extremar precauciones, particularmente ante el riesgo de descargas eléctricas y crecidas repentinas en zonas bajas. Entre las medidas preventivas destacan evitar permanecer en áreas abiertas durante tormentas, no intentar cruzar calles inundadas ni ríos crecidos, así como mantenerse informado a través de los reportes del Instituto de Meteorología (Insmet) y medios oficiales.

Estas advertencias se suman a la preocupación por la vulnerabilidad de infraestructuras y comunidades que, en episodios anteriores, han sufrido daños por lluvias intensas.

Una amenaza en el Atlántico: “Invest 91L”

Paralelamente, en el Atlántico oriental, el Centro Nacional de Huracanes (NHC) identificó a una onda tropical como “Invest 91L”. El sistema se desplaza hacia el oeste con condiciones favorables para convertirse en depresión tropical en los próximos días, lo cual concuerda con otra publicación del meteorólogo cubano.

Aunque aún es prematuro proyectar su evolución, especialistas recuerdan que septiembre es el mes de mayor actividad ciclónica en la cuenca atlántica. En temporadas recientes, tormentas formadas en esta región han tenido un rápido desarrollo, lo que obliga a mantener una estrecha vigilancia.


Impactos recientes: Bayamo bajo agua

Como precedente inmediato, la ciudad de Bayamo, en la provincia de Granma, registró el miércoles 87,8 milímetros de lluvia en apenas dos horas (entre 5:30 y 7:30 p.m.) según la experta Elaine Báez del Centro de Meteorología Provincial.

El aguacero provocó inundaciones, cortes en el tránsito y afectaciones a vecinos de varios barrios. Este episodio sirve de recordatorio sobre la rapidez con que pueden ocurrir estos eventos y su impacto en la vida cotidiana.

Contexto histórico y vulnerabilidad de septiembre

Septiembre ha sido tradicionalmente un mes crítico para Cuba en materia de fenómenos meteorológicos. En años anteriores, tormentas como Irma (2017) o Ike (2008) afectaron duramente al país durante este período.

Sin alcanzar la magnitud de aquellos ciclones, las lluvias intensas asociadas a vaguadas y ondas tropicales han generado históricamente daños en cultivos, afectaciones eléctricas y deslizamientos de tierra en zonas montañosas. Los expertos señalan que el cambio climático también intensifica la frecuencia y severidad de lluvias locales, lo que obliga a comunidades y autoridades a reforzar sus planes de contingencia.

Septiembre es considerado históricamente el mes más peligroso de la temporada de huracanes en Cuba, debido a que coincide con el pico de actividad ciclónica en el Atlántico, que alcanza su punto máximo alrededor del 10 de este mes.

Las altas temperaturas del mar, la humedad atmosférica y el paso constante de ondas tropicales desde África crean un escenario propicio para la formación de tormentas y huracanes que, con frecuencia, impactan al Caribe y al archipiélago cubano.

De hecho, algunos de los ciclones más devastadores han golpeado la isla en septiembre. Entre ellos se recuerda al huracán Flora (1963), que dejó miles de víctimas en el oriente del país; Ike (2008), con daños generalizados en varias provincias; y Irma (2017), que recorrió la costa norte cubana con efectos destructivos en la infraestructura y la agricultura.

Además de los huracanes, este mes suele traer lluvias intensas, tormentas eléctricas y marejadas, que incrementan el riesgo de inundaciones en zonas bajas y costeras. Por ello, las autoridades insisten cada año en reforzar la preparación de la población y mantener la vigilancia constante de los partes meteorológicos.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *