Vivir en el área metropolitana de Miami nunca ha sido barato, pero ahora un nuevo informe confirma que quienes buscan alquilar con un presupuesto de $1,500 al mes obtienen algunos de los espacios más reducidos de todo Estados Unidos. Según un análisis de RentCafe.com basado en datos de Yardi Matrix de marzo de 2025, ninguna de las principales ciudades del sur de Florida logra igualar el promedio nacional de metros cuadrados que ofrece esa renta.
Miami, al fondo de la lista en Florida
En la ciudad de Miami, $1,500 apenas alcanzan para un apartamento de 506 pies cuadrados, el tamaño más reducido del estado con ese presupuesto. Esta cifra ubica a la ciudad en el puesto 170 de 200 localidades analizadas a nivel nacional.
La situación no mejora demasiado en ciudades vecinas. En Fort Lauderdale, la misma renta permite 520 pies cuadrados, y en Hialeah se logran 593 pies cuadrados. Ambos casos equivalen a un pequeño apartamento de una habitación o, en el mejor de los escenarios, uno muy limitado de dos habitaciones.
Por su parte, Hollywood y Pembroke Pines ofrecen un poco más de espacio: 625 y 628 pies cuadrados, respectivamente. Aun así, siguen muy por debajo del promedio nacional de 715 pies cuadrados, lo que evidencia que incluso en los suburbios, el dinero rinde menos que en gran parte del país.
Florida frente a otros mercados
La comparación con otras ciudades de Florida muestra la brecha que enfrentan los inquilinos del sur del estado. En Jacksonville, por ejemplo, los arrendatarios obtienen 984 pies cuadrados por el mismo presupuesto, casi el doble del espacio disponible en Miami.
El contraste es aún más marcado en el escenario nacional. Mientras Wichita, Kansas, lidera la lista con 1,329 pies cuadrados por $1,500, en el otro extremo, Manhattan ofrece apenas 216 pies cuadrados, menos de la mitad de lo que se consigue en Miami, pero con precios propios del mercado inmobiliario más costoso del país.
Factores que explican la disparidad
Expertos en vivienda señalan que el sur de Florida enfrenta un problema estructural: la alta demanda de alquileres, impulsada por el constante crecimiento poblacional y la llegada de nuevos residentes, frente a una oferta limitada de viviendas asequibles.
El auge de la migración interna, con personas de estados del norte y del oeste buscando establecerse en Florida, ha presionado los precios, mientras que el desarrollo inmobiliario se concentra en unidades de lujo, dejando pocas opciones para los inquilinos de ingresos medios o bajos.
Expertos: “Un mercado cada vez menos accesible”
Para Sofía Hernández, economista especializada en vivienda de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), la situación refleja un desequilibrio estructural. “La demanda de alquileres en el sur de Florida sigue creciendo por la llegada constante de nuevos residentes y migrantes internos, mientras que la oferta de vivienda asequible es limitada. Esto genera un mercado en el que los precios suben y el espacio se reduce, castigando a los inquilinos de ingresos medios”, explicó.
Por su parte, el urbanista Carlos Méndez señala que la construcción reciente en la región se ha concentrado en proyectos de lujo: “La mayoría de los nuevos desarrollos inmobiliarios no están pensados para la clase trabajadora. Eso empuja a muchos residentes hacia áreas periféricas, obligándolos a gastar más tiempo y dinero en transporte”.
Los inquilinos, entre sacrificios y resignación
Más allá de los números, el impacto se siente en la vida diaria de quienes intentan mantener un techo en la región. María Rodríguez, una madre soltera que trabaja en el sector de la salud en Hialeah, contó que paga $1,480 por un apartamento de una habitación donde vive junto a su hija adolescente: “Es pequeño, no tenemos mucho espacio, pero no puedo permitirme mudarme a otro lugar. Con lo que gano, cualquier aumento me dejaría sin margen para pagar la escuela y los gastos básicos”.
En Miami, Javier Morales, joven profesional recién graduado, señaló que comparte un apartamento de dos habitaciones con un amigo para reducir costos: “Si viviera solo tendría que conformarme con un estudio de menos de 500 pies cuadrados. Prefiero compartir y tener un poco más de comodidad que pagar tanto por tan poco”.
Consecuencias sociales
Esta realidad ha transformado la vida cotidiana de miles de familias en el área metropolitana de Miami. Muchas optan por compartir vivienda para reducir costos, mudarse a áreas más alejadas con mayor espacio disponible o destinar una proporción más alta de sus ingresos al alquiler, lo que limita su capacidad de ahorro.
De acuerdo con organizaciones comunitarias, cada vez más residentes deben destinar más del 40% de sus ingresos mensuales a la renta, superando con creces el umbral recomendado por los economistas para mantener un presupuesto saludable.
Una tendencia difícil de revertir
Aunque algunos economistas advierten que la desaceleración del mercado inmobiliario podría moderar los precios en los próximos años, la diferencia en términos de espacio disponible para alquilar sugiere que Miami y sus alrededores seguirán siendo uno de los mercados más costosos y menos favorables para los inquilinos en Estados Unidos.