En medio de las protestas de universitarios cubanos contra el paquetazo de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) la influencer cubana Flor de Cuba ha decidido lanzar dardos contra los estudiantes de este nivel educativo a quienes critica por estudiar en un país donde no existen posibilidades reales de ejercer una profesión y ganar un salario digno como sucede en el resto del mundo.
Danay Hernández Ochoa como se llama verdaderamente a través de sus redes sociales la muchacha publicó una vez más un video en medio de una polémica en la cual los estudiantes universitarios de Cuba se pronuncian abiertamente contra las nuevas tarifas de ETECSA que restringe las recargas en moneda nacional y promueve las ofertas en dólares afectando a millones de personas en la isla especialmente a los grupos vulnerables.
Esta influencer es ampliamente reconocida por promocionar servicios de envío a Cuba y ha enfrentado numerosas críticas en la comunidad de exiliados por supuestos lazos con el gobierno cubano. Uno de sus principales detractores es el presentador e influencer cubano Alexander Otaola quien afirma que Flor es una agente de la Seguridad del Estado infiltrada en EE.UU
El polémico creador de contenido también la ha acusado de lavar dinero para los simpatizantes de la dictadura lo cual ha desencadenado la formulación de una demanda en contra de Alexander que actualmente no se conoce en qué estado del proceso se encuentra.
En su reciente video, Flor de Cuba expresa su desdén hacia aquellos que, a pesar de las restricciones en la isla, optan por la mejora educativa como un camino hacia el crecimiento personal y social. “Tú eres universitaria porque el gobierno convenció a tu madre y a tus abuelos de crear obreros y mano de obra barata para pagarles 10 dólares al mes y hacerles creer que eso era ser alguien en la vida”, dice Danay.
@una_flor_cubana UNIVERSITARIOS EN CUBA🇨🇺: El saber no ocupa espacio 😌ETECSA: Los dólares si 👍 Este video es de hace aproximadamente 4 meses, le respondía a una persona que me insultaba porque según ella tener 9no grado era una vergüenza o un motivo para ser inferior a los demás, quizás no lo dije de manera apropiada. Debí decir que a pesar de no tener 12 eso no me ha impedido cumplir todos mis sueños, tener 3 casas, proveer a mi familia, viajar a 6 países y tener una vida digna. Muchos me acusaban en Cuba de tener dinero por ser parte del gobierno, cuando precisamente los que son parte del gobierno son los que más hambre pasan. Cuando precisamente darme cuenta que no tener nada que ver ni trabajarle a ellos me iba a garantizar poder vivir mil veces mejor, cuando vendiendo pescado o aseo personal hacia 10 y 20 dólares diarios hasta 600 al mes en un país donde un cirujano cobra 25. Ahora con este lío de Etecsa vuelvo a dejar esto por aquí. Porque lo digo y lo repito, el que se meta a estudiar en Cuba 5 años para después quejarse del salario que ya sabía antes de estudiar que iba a cobrar y ser mano de obra gratuita está loco no, lo que le sigue. Pónganse a hacer dinero, emprendan, revendan, aprendan inglés, inviertan en su mente, vean podcast, aprendan oficios digitales que les permita cobrar en dólares 💸 pero dejen de dar los mejores años de su vida y su cerebro a un país que no se los agradece. #cuba #cubanos #etecsa #estudiantescubanos #universitarioscuba #facts #economia #noticiascuba #tarifazo #etecsa ♬ sonido original – Flor de Cuba
Explicó que esa grabación fue realizada como reacción a un comentario sobre la calidad de su educación, pero sostiene que son los estudiantes universitarios de Cuba, tanto los que han terminado como los que están por finalizar, «deberían sentir vergüenza de haberse comido el cuento de estudiar cuatro o cinco años para al final terminar trabajando vendiendo pizza en una parada de guagua».
Se siente orgullosa de haber logrado la estabilidad financiera sin haber terminado la educación previa a la universidad, y en sus intervenciones aboga por dejar a un lado el trayecto académico en favor de buscar ganancias rápidas.
Asimismo, sugirió a los estudiantes universitarios en Cuba que reduzcan su esfuerzo diario y, en su lugar, les recomendó buscar otras alternativas que les permitan salir adelante y tener un mejor futuro. «Pónganse a hacer dinero, emprendan, revendan, aprendan inglés, inviertan en su mente… pero dejen de dar los mejores años de su vida y su cerebro a un país que no se los agradece», agregó la joven que en varias oportunidades ha reconocido que fue adicta a las drogas en Cuba.
Sus declaraciones han sido vistas como un asalto directo a los estudiantes universitarios y una demanda para que produzcan ingresos para sus hogares. “Cuando te mueras, el papelito del título se va a quedar del lado acá y no te vas a llevar la experiencia que no viviste, por trabajar para un sistema que te tiene pagándote 2.500 pesos al mes”, argumentó.
Estas contundentes afirmaciones se producen en un contexto delicado para la educación superior. Recientemente, docentes y alumnos han manifestado su descontento de manera pública frente a las recientes tarifas impuestas por ETECSA, las cuales han dejado a gran parte del ámbito académico sin acceso a internet, un recurso crucial para el progreso y la formación.
Los estudiantes continúan defendiendo sus peticiones ante ETECSA a pesar de la falta de respaldo de las autoridades educativas, que suelen alinearse con los intereses del gobierno. Sin embargo, los jóvenes subrayan la importancia de conseguir una tarifa equitativa y que el acceso a Internet sea considerado un derecho fundamental para todos los ciudadanos cubanos.
En una situación donde numerosos jóvenes podrían ver sus trayectorias laborales interrumpidas o sufrir consecuencias del gobierno por alzar su voz, las declaraciones de Flor de Cuba son particularmente insensibles, hirientes y ajenas a lo que realmente ocurre.
A pesar de las divergencias en las opiniones sobre cómo alcanzar el éxito individual es inquietante como personas con cierta fama en los medios de comunicación pueden transmitir mensajes que menosprecian la importancia de la educación en las personas y desalientan de cierta forma a los que trabajan en colectivo.
El testimonio de Flor de Cuba no solo opaca el trabajo que los padres pasan para que sus hijos puedan estudiar en medio de una crisis prolongada, sino que perturba los desafíos que muchos jóvenes cubanos enfrentan a diario para organizarse y exigir justicia, así como el derecho de opinar por un tema muy fundamental en sus vidas.