La detención de una ciudadana cubana con largo historial delictivo en Tampa vuelve a poner sobre la mesa el debate sobre la reincidencia de inmigrantes indocumentados con antecedentes criminales y la aplicación de nuevas leyes que endurecen las medidas migratorias en Estados Unidos.
El arresto de Odalys Abreu
Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) confirmaron este miércoles la captura de Odalys Abreu, de 52 años, quien ingresó de forma irregular al país a pesar de tener una orden definitiva de deportación desde 1995. La cubana fue localizada en Tampa y trasladada bajo custodia federal.
De acuerdo con los documentos presentados, enfrenta cargos por violación de la Ley Laken Riley, tráfico de drogas, hurto mayor y reingreso ilegal. Esto podría significar una condena considerable en prisión antes de que se ejecute nuevamente su expulsión.
Un largo historial de delitos
La trayectoria de Abreu en el sistema judicial estadounidense no es nueva. A mediados de la década pasada, fue procesada junto a varios cómplices por una estafa farmacéutica que distribuyó miles de tabletas de oxicodona mediante recetas falsas. En aquella ocasión, las autoridades estimaron que la red había comercializado al menos 7 500 pastillas en el mercado negro, en un esquema que reflejaba la creciente crisis de opioides en el país.
La reincidencia y el intento de permanecer en territorio estadounidense a pesar de una orden de deportación vigente hacen que su caso se convierta en un ejemplo de los desafíos que enfrentan las autoridades migratorias en el control de quienes representan un riesgo para la seguridad pública.
La Ley Laken Riley: un cambio de escenario
Uno de los aspectos más relevantes de este caso es la aplicación de la Ley Laken Riley, aprobada en enero de 2025 tras el asesinato de una estudiante universitaria, presuntamente a manos de un inmigrante indocumentado.
La norma establece que cualquier extranjero sin estatus legal acusado de delitos graves debe permanecer detenido, sin opción a fianza, hasta que concluya su proceso judicial y se concrete su deportación.
En el caso de Abreu, esta disposición impide que pueda quedar en libertad mientras enfrenta los nuevos cargos, lo que aumenta las probabilidades de que cumpla condena en suelo estadounidense antes de que la deporten a Cuba.
La estrategia de ICE y la “tolerancia cero”
ICE ha reiterado que su prioridad es identificar y arrestar a inmigrantes con historial criminal. En su estrategia, conocida como de “tolerancia cero”, figuran operativos dirigidos especialmente contra quienes ya cuentan con órdenes previas de deportación o integran el listado interno de los llamados “lo peor de lo peor”.
El caso de Abreu no es único, en los últimos meses se han reportado decenas de detenciones de cubanos con antecedentes penales en distintas ciudades de EE.UU., un fenómeno que refleja tanto la política más estricta del actual gobierno como la presencia de grupos reincidentes dentro de la comunidad migrante.
Un patrón en las detenciones de cubanos
El arresto de Abreu se enmarca en una tendencia que preocupa a las autoridades: el creciente número de cubanos procesados por reingreso ilegal y delitos asociados al narcotráfico, el fraude y la violencia.
Según datos de ICE, solo en 2024 detuvieron a más de 1 500 cubanos con órdenes de deportación activas, y alrededor de 300 casos estaban relacionados con delitos graves. Estas cifras podrían incrementarse en 2025 con la aplicación estricta de la Ley Laken Riley.
Lo que sigue para la acusada
El futuro inmediato de Abreu dependerá de las decisiones de una corte federal. Los fiscales federales evalúan la acumulación de cargos, lo que podría traducirse en varios años de cárcel. Tras cumplir condena, será deportada a Cuba bajo la orden emitida hace tres décadas.
En paralelo, su caso alimenta el debate público sobre el equilibrio entre seguridad nacional y derechos humanos en materia migratoria. Mientras defensores de inmigrantes alertan sobre el riesgo de generalizar estigmas contra comunidades enteras, las autoridades insisten en que la prioridad es sacar de circulación a quienes representan una amenaza comprobada.
Un caso emblemático de la política migratoria actual
La detención de Odalys Abreu no solo refleja la trayectoria de una persona con historial delictivo, sino también el contexto de un sistema migratorio más restrictivo, donde la reincidencia delictiva se convierte en un factor determinante para la permanencia en el país.
Su historia encarna la intersección entre delito, migración y política pública, en un momento en que Estados Unidos intensifica la vigilancia sobre comunidades extranjeras y redefine sus prioridades de seguridad interna.