
El huracán Melissa dejó tras de sí una profunda estela de destrucción en el oriente cubano, y Holguín figura entre los territorios más golpeados. Días después del paso del ciclón, la provincia continúa prácticamente sin servicio eléctrico, con miles de hogares sumidos en la oscuridad y severos daños en la infraestructura del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).
Según informó la Empresa Eléctrica de Holguín en Facebook, el sistema de transmisión colapsó en todos los niveles de voltaje, dejando fuera de servicio tanto los circuitos urbanos como los rurales. “Hoy la estrategia es recorrer con personal técnico los circuitos y saber la magnitud de la afectación y las averías presentes en todos los niveles de voltaje”, declaró un supervisor local a medios estatales.
Solo algunos centros vitales —como hospitales, plantas de agua, estaciones de radio y dependencias del Gobierno— operan gracias a grupos electrógenos, mientras que la mayoría de los municipios permanecen desconectados del SEN.
Apoyo de otras provincias y brigadas especializadas
Ante el colapso total del sistema eléctrico, brigadas técnicas de Mayabeque y Ciego de Ávila se desplazaron hacia Holguín para sumarse a las labores de recuperación. Los equipos trabajan coordinadamente con las autoridades locales, priorizando el despeje de rutas, la reposición de postes caídos y la reparación de subestaciones.
En las zonas urbanas de Moa, Banes y Gibara, cuadrillas mixtas integradas por linieros, ingenieros y voluntarios participan en la tala de árboles y la remoción de escombros. “El daño es más extenso de lo que se pensaba. Hay lugares donde tendremos que reconstruir completamente las líneas”, reconoció un técnico de la empresa estatal.
El Consejo de Defensa Provincial mantiene activos varios grupos de trabajo para garantizar la logística básica: distribución de combustible, asistencia médica y suministro de alimentos a las zonas más afectadas.
Estrategias para reconectar el sistema
La empresa eléctrica evalúa dos estrategias principales para devolver la electricidad a la provincia, primero crear un sistema eléctrico aislado o “hacer isla”, utilizando la generación distribuida disponible en Holguín, a partir de plantas locales y grupos electrógenos y después reconectar la red a través de la línea Holguín–Nuevitas, con origen en Camagüey, lo que permitiría restablecer el enlace con el Sistema Eléctrico Nacional.
Sin embargo, ambas opciones dependen de la evaluación técnica de las instalaciones y del estado de las líneas de transmisión. Ingenieros de la Unión Eléctrica (UNE) confirmaron que las plantas locales están siendo sometidas a inspecciones técnicas antes de su arranque, y solo podrán operar una vez certificadas como seguras.
Comunidades incomunicadas y sin servicios básicos
Además del apagón, numerosos municipios enfrentan problemas de comunicación, falta de agua potable y escasez de combustible. Las lluvias intensas y los vientos de más de 150 km/h provocaron el derribo de postes, techos y estructuras metálicas, así como el bloqueo de carreteras por derrumbes y desbordamientos.
Vecinos de áreas rurales denunciaron que algunas comunidades permanecen incomunicadas desde hace más de 48 horas, sin acceso a alimentos ni medios de transporte. “No tenemos luz, ni teléfono, ni agua. Solo nos enteramos de lo que pasa cuando pasa una patrulla”, relató una residente de Mayarí a medios independientes.
Impacto social y económico
La falta de electricidad no solo afecta la vida cotidiana, sino también la producción local y la conservación de alimentos. Decenas de panaderías, talleres y comercios estatales han debido cerrar temporalmente. Los hospitales trabajan bajo condiciones de emergencia, priorizando áreas críticas como terapia intensiva y salas de cirugía.
En el puerto de Moa, la paralización de operaciones ha afectado la carga y descarga de materiales industriales, lo que se suma a los millonarios daños en la infraestructura energética y de telecomunicaciones.
El sistema eléctrico cubano, una crisis recurrente
El colapso en Holguín reaviva el debate sobre la fragilidad estructural del sistema eléctrico cubano, afectado por años de falta de inversión, envejecimiento tecnológico y carencia de repuestos. Antes del huracán Melissa, la isla ya sufría apagones prolongados de hasta 12 horas diarias en varias provincias.
Los expertos advierten que la red nacional carece de redundancia, lo que hace que cualquier evento meteorológico de gran magnitud —como un ciclón o una tormenta tropical— pueda provocar apagones masivos y prolongados.
Expectativas y llamados a la calma
Las autoridades provinciales han pedido paciencia a la población y aseguran que la recuperación total podría tardar varios días o incluso semanas, dependiendo del avance de las reparaciones y la llegada de materiales. “No se trata solo de reconectar líneas, sino de garantizar la estabilidad del sistema. Estamos trabajando sin descanso”, explicó un ingeniero jefe de la UNE.
Entretanto, en redes sociales circulan imágenes de barrios enteros a oscuras, velas improvisadas y familias cocinando al aire libre. Algunos usuarios han reclamado mayor transparencia y comunicación oficial sobre el progreso de las labores.
Un pueblo en resistencia
En medio de la adversidad, los holguineros muestran solidaridad y resiliencia. Vecinos se organizan para compartir alimentos, cargar teléfonos con baterías portátiles y ayudar a personas mayores. “Nos ha tocado vivir muchas tormentas, pero esta ha sido de las peores”, comentó una residente del reparto Alcides Pino.
Aunque todavía no hay una fecha concreta para la restitución del servicio, las brigadas aseguran que no descansarán hasta devolver la luz a cada hogar.

 
					



