
El huracán Melissa continúa acercándose lentamente a la costa sur oriental de Cuba y, de acuerdo con los pronósticos más recientes del Instituto de Meteorología de Cuba (INSMET), podría tocar tierra en las próximas horas por el poblado de Chivirico a unos 40 km al oeste de la ciudad de Santiago de Cuba, con la fuerza devastadora de un huracán categoría 4.
Chivirico: en el centro de la trayectoria prevista
El poblado de Chivirico, cabecera municipal de Guamá figura como el punto más probable de entrada del ojo del huracán. Se trata de una zona costera con alta exposición al oleaje y una infraestructura limitada para resistir vientos de gran intensidad. Autoridades locales han confirmado la evacuación de miles de personas hacia refugios seguros, así como el traslado de ganado y recursos agrícolas ante el inminente impacto.
Las autoridades meteorológicas y de Defensa Civil han declarado la fase de alerta ciclónica en varias provincias orientales ante un escenario de alto riesgo que combina vientos extremos, lluvias torrenciales y marejadas peligrosas que pueden dejar escenas aterradoras en diversas zonas del oriente cubano.
Un ciclón extremadamente poderoso y lento
Los datos del INSMET indican que Melissa mantiene vientos máximos sostenidos de alrededor de 280 km/h, lo que actualmente la sitúa en categoría 5 en la escala Saffir-Simpson. Sin embargo, se prevé un leve debilitamiento antes de su impacto directo en tierra teniendo en cuenta que debe atravesar la isla de Jamaica.
El sistema se desplaza a solo 4 km/h, una lentitud que multiplica los riesgos de inundaciones prolongadas, deslizamientos de tierra y daños estructurales severos en comunidades costeras y montañosas del oriente cubano.
Las bandas externas del huracán ya alcanzan a las provincias de Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, donde se reportan lluvias intensas, ráfagas violentas y olas de entre 2,5 y 4 metros de altura. En localidades costeras como Niquero, Imías y Guamá se han registrado penetraciones del mar y cortes eléctricos preventivos.
A lo largo de la tarde, las ráfagas podrían oscilar entre 35 y 50 km/h, intensificándose progresivamente hasta alcanzar fuerza de tormenta tropical entrada la noche, según los pronósticos meteorológicos.
En su desplazamiento, Melissa ha descendido hasta una presión mínima sin precedentes de 896 milibares, posicionándose como el cuarto huracán más poderoso documentado en el Atlántico desde que se registran estos valores, en 1979.
Medidas de emergencia y despliegue nacional
La Defensa Civil cubana mantiene un despliegue masivo de personal militar, sanitario y técnico en las provincias orientales. Se han suspendido las clases, el transporte intermunicipal y las actividades portuarias, mientras brigadas eléctricas se preparan para restablecer el servicio tras el paso del huracán.
En Santiago de Cuba, los hospitales se encuentran en modo de contingencia, con generadores listos, reservas de medicamentos y equipos médicos reforzados. Las autoridades han reiterado la importancia de no salir a las calles ni acercarse a zonas costeras o ríos crecidos.
El Ministerio del Interior (MININT) ha informado que patrullas policiales resguardan viviendas evacuadas para evitar saqueos, mientras se garantizan rutas de acceso a los refugios y centros de salud.
Reacciones internacionales y monitoreo desde Miami
El Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami, mantiene vigilancia constante sobre el sistema, advirtiendo que Melissa es un huracán “extremadamente peligroso” con potencial de causar daños catastróficos.
Estados Unidos ha emitido una alerta marítima para el estrecho de la Florida y el paso de los Vientos, mientras embarcaciones comerciales y cruceros han sido desviados de la ruta entre Jamaica y el oriente cubano.
Organismos de ayuda humanitaria internacionales, como la Cruz Roja y la OPS, ya coordinan posibles envíos de asistencia post-huracán, especialmente ante la vulnerabilidad de la infraestructura sanitaria y energética del oriente cubano.
Contexto: una temporada ciclónica fuera de lo normal
La formación y rápido fortalecimiento de Melissa confirman lo que los meteorólogos habían anticipado: una temporada de huracanes 2025 marcada por temperaturas oceánicas récord en el Caribe y el Atlántico tropical. Melissa se convierte así en el tercer gran huracán del año en alcanzar categoría 4 o superior, tras los potentes sistemas “Gabrielle” e “Imelda”, que afectaron otras regiones del Caribe.
El fenómeno también coincide con un incremento inusual de actividad eléctrica y temperaturas superficiales del mar Caribe, que superan los 30 °C, condiciones que favorecen la intensificación rápida de ciclones.
Qué se recomienda hacer ante el paso de Melissa
Las autoridades cubanas y los organismos meteorológicos internacionales recomiendan:
- No salir de las viviendas ni circular por vías anegadas durante el paso del huracán.
- Evacuar con anticipación si se reside en zonas costeras o propensas a deslizamientos.
- Desconectar los equipos eléctricos y resguardar documentos personales.
- Escuchar solo fuentes oficiales de información, evitando rumores o datos no verificados.
- Almacenar agua, alimentos no perecederos y medicamentos esenciales para al menos tres días.
Un reto más para un oriente vulnerable
La región oriental de Cuba, con una infraestructura eléctrica frágil y un parque habitacional envejecido, enfrenta nuevamente un evento meteorológico extremo que pondrá a prueba su capacidad de respuesta.
Los expertos advierten que los efectos de Melissa podrían sentirse mucho más allá de su zona de impacto directo, con lluvias intensas que se extenderían hacia Holguín y Las Tunas y vientos de tormenta tropical que podrían alcanzar incluso a Camagüey.





