
Un jurado federal del Distrito Sur de Florida declaró culpable a Lay Ong, un pasajero acusado de cometer abuso sexual contra un menor durante un viaje en crucero que partió del puerto de Miami. El veredicto, anunciado por la Fiscalía Federal, vuelve a poner bajo la lupa la seguridad a bordo de las embarcaciones turísticas que salen del sur de Florida, una de las rutas marítimas más transitadas del país.
Un crimen cometido en alta mar
Según la investigación, el incidente ocurrió en un espacio del barco donde el menor se encontraba solo mientras el crucero de Royal Caribbean Icon of the Seas se encontraba en tránsito en el mar tras zarpar el 29 de marzo con fecha de regreso 5 de abril.
En ese lapso de tiempo el acusado se encontró a dos menores de edad que jugaban en un pasillo del área de los camarotes, uno de 7 y otro de 9 con los cuales se detuvo a conversar y pasarle la mano por la cabeza y la barbilla para después llegar a los genitales.
La conducta del acusado se reportó rápidamente a personal del crucero, quienes activaron el protocolo interno y alertaron a las autoridades federales. Posteriormente los niños relataron el incidente a los padres del más pequeño a quienes le comentaron que Ong les había preguntado si eran niñas o niños antes de tocarles sus genitales.
La conducta del acusado quedó grabada en las cámaras de videovigilancia del crucero. Al arribar al puerto, agentes del FBI asumieron el caso, tal como corresponde cuando un delito grave involucra a un menor y ocurre en aguas internacionales en un barco con salida desde Estados Unidos.
Aunque los detalles sobre la víctima se mantienen en reserva por razones legales, la Fiscalía confirmó que las pruebas recopiladas —incluidos testimonios, reportes médicos y declaraciones del personal del crucero— sustentaron la acusación desde el inicio de la investigación.
El proceso judicial y las pruebas presentadas
Durante el juicio, fiscales federales describieron la gravedad del acto y remarcaron que el acusado violó la confianza y seguridad del entorno familiar del menor. Testigos, miembros de la tripulación y expertos forenses declararon ante el jurado, que finalmente coincidió en que Ong era responsable del delito tal como fue imputado.
El Departamento de Justicia recordó que este tipo de casos se procesan bajo estrictas leyes federales de protección a menores, que contemplan sentencias severas cuando el abuso ocurre en un barco que zarpa de un puerto estadounidense, sin importar el lugar exacto del océano donde ocurrió la agresión.
Qué pena podría enfrentar el acusado
La fecha de sentencia aún no ha sido anunciada, pero Ong podría enfrentar varios años de prisión federal, seguidos de supervisión de por vida y registro obligatorio como delincuente sexual. En este tipo de casos, los jueces suelen considerar factores como la edad de la víctima, la naturaleza del abuso, el grado de premeditación, así como el impacto psicológico documentado. Expertos en derecho marítimo indican que las sentencias en situaciones similares han oscilado entre 5 y 20 años de prisión.
«Abusar de un menor es un acto imperdonable. Este veredicto deja claro que cualquiera que abuse de un menor —en cualquier lugar y bajo cualquier pretexto— deberá rendir cuentas. Seguiremos colaborando con el FBI para proteger a las jóvenes víctimas y llevar a sus agresores ante la justicia», manifestó Jason A. Reding Quiñones fiscal federal del Distrito Sur de Florida.
Cruceros bajo presión: ¿un problema creciente?
Florida, especialmente Miami, es el mayor punto de partida de cruceros del mundo. Aunque la industria asegura altos estándares de seguridad, los casos de delitos sexuales a bordo —incluidos aquellos contra menores— han aumentado en reportes federales en los últimos años, según estadísticas del Departamento de Transporte.
Especialistas explican que los cruceros presentan desafíos particulares tales como; espacios amplios y concurridos, zonas de recreación donde los menores pueden quedar sin supervisión y limitaciones para las investigaciones hasta que el barco regresa a puerto.
Estos factores han llevado a organizaciones de defensa infantil a exigir mayores controles, más cámaras, personal especializado y protocolos mejorados para reportar incidentes.
Reacciones y próximos pasos
Aunque las autoridades no han ofrecido comentarios adicionales, el caso ya generó discusiones sobre la necesidad de reforzar la seguridad para pasajeros menores, especialmente en cruceros familiares que parten de Miami.
La sentencia contra Lay Ong será un hito para la Fiscalía del Sur de Florida, que en los últimos años ha intensificado la persecución de delitos sexuales en el ámbito marítimo. El caso también podría impulsar a las compañías de cruceros a actualizar políticas internas y aumentar la capacitación del personal en prevención y respuesta a incidentes de abuso.




