Histórico giro en Washington: Trump firma orden para cambiar el estatus federal de la marihuana

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este jueves una orden ejecutiva para reclasificar la marihuana a nivel federal a fin de reconocer su uso medicinal, una decisión que marca un giro relevante en la política antidrogas del país y reaviva el debate nacional sobre el uso médico, la regulación y el futuro legal del cannabis en territorio estadounidense.

De acuerdo con Associated Press la medida ordena retirar a la marihuana de la Lista I de sustancias controladas, la categoría más restrictiva del sistema federal, y ubicarla en la Lista III, donde se encuentran drogas con menor potencial de abuso y con usos médicos aceptados tales como ketamina y otros esteroides.


Aunque el cambio no implica una legalización total, sí supone una modificación sustancial del marco regulatorio vigente desde hace más de cinco décadas en varios estados donde se utiliza con objetivos medicinales.

“Cuando ves a amigos que están realmente, realmente enfermos, pasando por cáncer u otros padecimientos, y descubren que esto los hace sentir mejor sin todos los efectos secundarios de algunos medicamentos que te dejan completamente fuera de combate, es algo que no puedes ignorar”, explicó el mandatario y añadió que el resultado de una encuesta sobre el tema dice que el 82% de los americanos respalda esta medida.

Qué significa la reclasificación de la marihuana

Hasta ahora, el cannabis compartía la Lista I con drogas como la heroína o el LSD, lo que implicaba que el gobierno federal no reconocía ningún uso médico legítimo y consideraba alto su riesgo de abuso. Con la nueva orden ejecutiva, la marihuana pasa a una categoría que reconoce posibles aplicaciones terapéuticas, alineándose parcialmente con el criterio ya adoptado por decenas de estados.

La Casa Blanca subrayó que el objetivo principal de esta reclasificación es facilitar la investigación científica y médica, un campo que durante años ha estado limitado por barreras regulatorias, autorizaciones complejas y restricciones federales.


No es legalización: los límites de la orden

Trump fue enfático al señalar que la orden ejecutiva no legaliza la marihuana para uso recreativo ni elimina automáticamente las sanciones federales existentes. El cannabis sigue siendo ilegal bajo la ley federal, aunque el cambio de categoría podría modificar la forma en que se aplican ciertas normas administrativas, fiscales y científicas.

“Quiero enfatizar que la orden que estoy a punto de firmar no legaliza la marihuana de ninguna forma, tamaño ni manera, y no sanciona su uso como droga recreativa. Siempre les dije a mis hijos: no tomen drogas, no beban, no fumen, manténganse alejados de ellas”, aclaró.

El proceso tampoco es inmediato, la Administración de Control de Drogas (DEA) y otras agencias federales deberán completar los pasos formales para implementar la reclasificación, incluyendo evaluaciones técnicas y posibles períodos de comentarios públicos.

Impacto económico y fiscal potencial

Uno de los efectos más relevantes de la reclasificación podría sentirse en la industria del cannabis, especialmente en los estados donde su uso médico o recreativo ya es legal. Al pasar a la Lista III, algunas empresas podrían dejar de estar sujetas a ciertas restricciones fiscales que hoy encarecen sus operaciones, lo que abriría la puerta a un alivio financiero significativo para el sector.

 “Ahora habrá una muestra mucho más grande y podremos ver si es tan bueno como mucha gente dice. Algunos aseguran que es más que bueno, y ahora podremos comprobarlo”, destacó el republicano.

Analistas señalan que el cambio podría favorecer inversiones, normalizar relaciones bancarias y mejorar la transparencia del mercado, aunque advierten que muchas de estas consecuencias dependerán de cómo se implemente la orden en la práctica.

Argumentos médicos y respaldo social

Durante el anuncio, Trump hizo referencia a testimonios personales y a casos de pacientes que, según indicó, se han beneficiado del uso del cannabis en tratamientos contra el dolor, enfermedades crónicas y cuidados paliativos. El presidente también citó encuestas que reflejan un amplio respaldo ciudadano a una política menos restrictiva sobre la marihuana, incluso entre votantes conservadores.

Actualmente, más de 40 estados y territorios de Estados Unidos permiten el uso medicinal del cannabis, y varios han aprobado su uso recreativo, lo que ha generado durante años un choque entre las leyes estatales y la normativa federal.

Reacciones y debate político

La decisión ha sido recibida con reacciones mixtas. Sectores médicos, investigadores y defensores de una reforma en la política de drogas consideran la reclasificación un paso pragmático y largamente esperado, mientras que algunos legisladores y organizaciones conservadoras advierten sobre posibles riesgos para la salud pública y el aumento del consumo.

El movimiento de Trump también tiene una lectura política: llega en un momento en el que el debate sobre drogas, salud pública y regulación estatal vuelve a ocupar un espacio central en la agenda nacional, especialmente de cara a futuras reformas legislativas.

Un cambio histórico con efectos a largo plazo

Aunque la orden ejecutiva no transforma de inmediato el estatus legal de la marihuana ni resuelve las contradicciones entre leyes estatales y federales, especialistas coinciden en que se trata de un cambio histórico. La reclasificación podría sentar las bases para futuras reformas más amplias, tanto en el ámbito médico como en el regulatorio y económico.

Para millones de estadounidenses, la decisión representa un reconocimiento oficial de una realidad que ya existe en gran parte del país. Para otros, abre un debate que apenas comienza sobre cómo equilibrar salud pública, evidencia científica y control gubernamental en torno al cannabis.


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