Golpe millonario al narcotráfico: Guardia Costera de EE.UU descarga en Fort Lauderdale droga valorada en 95 millones de dólares

Guardia Costera de Estados Unidos. Foto: gmeland / Shutterstock.com

La Guardia Costera de Estados Unidos descargó en Port Everglades, Fort Lauderdale un cargamento de droga incautado en operaciones internacionales en el Pacífico Oriental, con un valor estimado de 94,5 millones de dólares en las calles. La acción, que incluyó cocaína y marihuana, se realizó como parte de la operación “Pacific Viper”, una estrategia de interdicción marítima que busca frenar los envíos de narcóticos antes de que lleguen a costas estadounidenses.

Un cargamento millonario y una operación de alto riesgo

El decomiso incluyó alrededor de 12,750 libras de drogas, transportadas hasta Florida en el buque Cutter Seneca, con base en Portsmouth, Virginia. Este navío de 270 pies y su tripulación de unas 100 personas participaron directamente en el traslado y resguardo del cargamento.


La operación no solo representa un golpe económico para las redes criminales, sino también un riesgo constante para los equipos que patrullan aguas internacionales, enfrentando a organizaciones con recursos para movilizar embarcaciones rápidas, submarinos artesanales y redes logísticas transnacionales.

Resultados de “Pacific Viper”

Desde que la operación comenzó en agosto, las autoridades han logrado incautar más de 80,000 libras de cocaína y detener a 29 presuntos contrabandistas, quienes ahora enfrentan procesos judiciales en cortes federales de Estados Unidos. Estos resultados son considerados uno de los logros más significativos en lo que va del año en materia de lucha antidrogas en aguas del Pacífico.

«Estoy increíblemente orgulloso del trabajo en equipo y la adaptabilidad mostrada por mi tripulación y nuestros socios durante esta patrulla para evitar que el flujo de drogas ilícitas ingrese a los Estados Unidos», manifestó el comandante del Guardacostas Seneca, Lee Jones.

Florida como punto neurálgico de descargas

El puerto de Fort Lauderdale ha sido elegido en múltiples ocasiones como lugar de descarga de cargamentos incautados debido a su ubicación estratégica en el sureste de Estados Unidos y su infraestructura para el manejo seguro de grandes decomisos. En años recientes, operaciones similares en Florida han sumado cientos de millones de dólares en drogas interceptadas, reforzando el papel del estado como un centro clave en la lucha antidrogas.

«Nuestras tripulaciones sacrifican tiempo lejos de sus familias y, cuando es necesario, se ponen en peligro para asegurar nuestras fronteras y proteger al pueblo estadounidense», agregó Lee.


Cooperación internacional

El éxito de estas operaciones depende en gran medida de la cooperación entre países de América Latina y agencias internacionales. Según autoridades estadounidenses, el tráfico de cocaína en el Pacífico Oriental suele tener como puntos de partida países sudamericanos productores, y como destinos finales tanto Estados Unidos como Europa. La coordinación con fuerzas navales de Colombia, Costa Rica, Panamá y otros países ha permitido interceptar cargamentos antes de que logren cruzar corredores estratégicos como Centroamérica y el Caribe.

El peso del narcotráfico en la región

El valor de la droga descargada —casi 95 millones de dólares— pone en evidencia la magnitud del negocio ilícito. Expertos señalan que aunque estas incautaciones representan golpes importantes para las organizaciones criminales, también reflejan que la demanda y los flujos financieros asociados al narcotráfico siguen siendo elevados. Según estimaciones de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la cocaína que circula en América alcanza niveles récord, impulsando nuevas rutas y métodos de transporte.

Antecedentes recientes

En años anteriores, la Guardia Costera ha protagonizado descargas similares en Florida. En 2023, se reportó un decomiso de más de 150 millones de dólares en drogas en Port Everglades. En 2024, otro operativo en Key West resultó en la incautación de 200 millones en narcóticos. Estos datos confirman una tendencia sostenida en la región: Florida, por su cercanía al Caribe y a las rutas marítimas de contrabando, es un punto recurrente en la lucha contra el tráfico de drogas.

Un desafío en curso

Pese a los esfuerzos, las autoridades reconocen que la interdicción marítima es solo una parte de una estrategia más amplia que incluye la cooperación judicial, la reducción de la demanda y el combate a las finanzas ilícitas. El narcotráfico, advierten, sigue siendo uno de los principales desafíos de seguridad en el hemisferio, con consecuencias directas para la estabilidad social y económica de las comunidades afectadas.

Papel de los buques Seneca contra el narcotráfico

El USCGC Seneca (WMEC 906), un cutter de la Guardia Costera de Estados Unidos con base en Portsmouth, Virginia, se ha consolidado como uno de los principales activos del país en la lucha contra el narcotráfico en aguas internacionales. Desde su incorporación en 1987, este buque de media resistencia de la clase Famous ha participado en múltiples operaciones de interdicción de drogas en el Caribe y el Pacífico oriental.

En sus más recientes misiones, el Seneca actuó bajo la coordinación de la Joint Interagency Task Force – South (JIATF-S), interceptando embarcaciones rápidas y cargamentos ilícitos con el apoyo de helicópteros tácticos y equipos especializados de la Guardia Costera. En un despliegue de 61 días en el Pacífico oriental, logró frustrar junto a las autoridades de Costa Rica el transporte de más de 3,300 libras de marihuana, valoradas en millones de dólares.

No es un caso aislado, en 2015, durante una operación en el Caribe, el Seneca interceptó cinco lanchas rápidas cargadas con cocaína, decomisando cerca de 3,5 toneladas de la droga y deteniendo a 15 sospechosos vinculados con redes internacionales de narcotráfico.

Estrategia contra las “go-fast” y narco-submarinos

El buque ha sido pieza fundamental en programas innovadores como la Operation New Frontier, donde se emplearon helicópteros armados y tecnología no letal para frenar a las embarcaciones rápidas conocidas como go-fast, utilizadas por los carteles para mover droga. Estas tácticas han permitido elevar significativamente la tasa de interdicciones y golpear las finanzas del crimen organizado.


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