
El presidente de Estados Unidos Donald Trump y su gobierno están nuevamente en la mira mediática internacional después que se divulgara sus intenciones de trasladar a miles de inmigrantes indocumentados, entre ellos, cientos de europeos a la Base Naval de Guantánamo en el oriente de Cuba. El proyecto que podría materializarse esta semana lo dio a conocer «Politico» y The Washington Post después lo confirmó, basado en testimonios de fuentes del gobierno y archivos internos.
Los documentos revelan que más de 9 mil migrantes se atienden con médicos para después de una selección enviarlos a la base militar que por décadas ocupa una parte del territorio cubano en la Bahía de la provincia más oriental de la isla. Este número indica un aumento significativo en comparación con los cerca de 500 migrantes que han estado en esa instalación de manera temporal desde el mes de febrero anterior.
La razón oficial consiste en crear más espacio en las instalaciones de detención del país, las cuales han llegado a su límite por el aumento en las detenciones. Es un programa que abarca mucho más que un mero traslado provisional. En enero, Trump indicó preparar los centros para acoger a un máximo de 30,000 inmigrantes, lo que se convertiría en la operación de detención fuera del país más significativa en la historia contemporánea de Estados Unidos.
Entre los primeros individuos que se trasladaron a ese lugar bajo la nueva política antiinmigrante de Donald Trump fueron venezolanos con presuntos antecedentes judiciales y vinculados a las pandillas criminales como El Tren de Aragua. No obstante, varios de estos indocumentado se enviaron realmente como resultado de un acuerdo entre ambos países al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) que se encuentra en El Salvador.
Uno de los aspectos más controversiales e impactantes de esta propuesta es que 800 de los inmigrantes que serán reubicados en la Mayor de las Antillas son de países europeos como Irlanda, Bélgica, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Lituania, Ucrania Polonia y Turquía.
Politico informa que el Departamento de Estado está buscando convencer al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para que renuncie a esta faceta del proyecto, debido a las implicaciones diplomáticas delicadas que conlleva el envío de ciudadanos de naciones aliadas a un centro de detención ampliamente conocido por su mala reputación.
“El mensaje es para conmocionar y horrorizar a la gente, para perturbarla. Pero somos aliados”, declaró un representante del Departamento de Estado a Politico, pidiendo no ser identificado. Hasta ahora, no se ha señalado a España de manera específica como uno de los países con ciudadanos implicados, sin embargo, los informes sugieren que la lista está sujeta a cambios.
La respuesta inicial de las autoridades europeas llegó desde Italia. El titular de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani, se opuso rotundamente a la transferencia de italianos a Guantánamo, asegurando que su nación ha mostrado total disposición para llevar a cabo la repatriación de sus ciudadanos.
“Italia ya le ha comunicado a la Administración estadounidense que está dispuesta a recibir de vuelta a los irregulares, con pleno respeto de sus derechos individuales y con asistencia consular. Por lo tanto, no debería haber posibilidad de que los italianos sean llevados a Guantánamo”, dijo Tajani, de acuerdo con 20 Minutos, un portal de noticias español.
Algunas naciones europeas, si bien no han hecho declaraciones formales, han compartido en privado su inquietud respecto a la ausencia de advertencia anticipada y al precedente que establecería permitir el traslado de sus ciudadanos a una instalación militar sin un juicio previo ni la debida coordinación consular.
La base naval de EE.UU se arrendó en 1903 al entonces gobierno cubano y se convirtió en un símbolo de la campaña antiterrorista de los Estados Unidos tras los atentados a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001. A lo largo de los años, más de 780 presuntos terroristas permanecieron enclaustrados allí, bajo condiciones que organizaciones de derechos humanos han criticado como injustas, inhumanas y carentes de un debido proceso.
En la actualidad, con Trump como presidente, esa misma instalación se ha convertido en un centro de detención temporal para inmigrantes, muchos de los cuales han sido rechazados a través de procesos expeditos. Pese a que la administración de la Casa Blanca afirma que se trata de una medida temporal, el precio, las circunstancias de encarcelamiento y la carga simbólica del sitio han generado preocupación.
El senador demócrata Gary Peters, quien preside el Comité de Seguridad Nacional del Senado, afirmó que mantener a un detenido en Guantánamo implica un gasto cercano a 100,000 dólares diarios. Asimismo, el centro presenta una falta de personal adecuado, sufre de deficiencias estructurales y cuenta con acceso limitado a servicios médicos, aspectos que, de acuerdo con The Washington Post, inquietan a altos funcionarios del Pentágono.
Simultáneamente, la ACLU (Unión Americana de Libertades Civiles) ha interpuesto una acción legal en un juzgado federal en Washington, acusando a las autoridades de imponer condiciones “punitivas” a los inmigrantes que se encuentran recluidos en Guantánamo. En la actualidad, según la fuente, existen aproximadamente 70 inmigrantes retenidos en la instalación.
“El gobierno no ha identificado ningún propósito legítimo al mantener a los inmigrantes detenidos en Guantánamo, en lugar de en centros de detención dentro de Estados Unidos. […] Los acusados están usando la amenaza de la detención en Guantánamo para atemorizar a los inmigrantes, disuadir la migración futura, inducir la auto-deportación y obligar a las personas detenidas a aceptar la deportación sin apelaciones”, sostiene la demanda
El asunto está bajo revisión del juez Carl Nichols, quien fue designado por Trump en su primer periodo presidencial. El empleo de esta base para alojar a los inmigrantes indocumentados surge en un contexto de endurecimiento de las políticas migratorias de la actual administración estadounidense.
El asesor principal de Trump, Stephen Miller ha insistido que el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) debe concretar al menos 3 mil arrestos diarios lo que ha traído consigo el colapso de las instalaciones penitenciarias del país. Simultáneamente, el gobierno insta al Legislativo a aumentar los recursos destinados a la creación de nuevos centros y a la contratación de oficiales de deportación.
Funcionarios del DHS destaca que, aunque muchos de los países que deben recibir a sus nacionales han mostrado interés en aceptarlo de regreso no se ha actuado con la rapidez que el momento requiere por lo que el gobierno de EE.UU se ve presionado a aplicar esta medida de traslado. La propuesta de Trump de utilizar la base de Guantánamo como centro de detención masiva de migrantes no solo es un cambio drástico, sino que también podría generar conflictos diplomáticos con los países del viejo continente.
La incertidumbre jurídica, los elevados gastos de operación, las quejas sobre las condiciones y el impacto simbólico de la base militar en Cuba generan una gran polémica en torno a esta acción. Hasta el momento de redacción de esta nota ni el Departamento de Estado ni el de Seguridad nacional han emitido declaraciones al respecto.