Florida podría tener un “Trump County”: la insólita petición que ya divide a miles de residentes

Una residente del noreste del estado, Jen Herold, ha lanzado una petición para crear un nuevo condado en la costa este de Florida y nombrarlo “Trump County” en honor al presidente Donald Trump. La iniciativa plantea separar territorios actualmente pertenecientes a St. Johns, Flagler y Volusia, con el propósito de conformar una nueva jurisdicción que abarcaría cerca de 60.000 habitantes y unos 60 kilómetros de franja costera. La propuesta rápidamente generó interés en redes sociales y entre medios locales, al tiempo que reabrió un debate sobre los límites administrativos del estado.

Las motivaciones detrás del proyecto

Herold sostiene que la región costera requiere un gobierno propio para atender con mayor eficiencia los constantes trabajos de restauración de playas, que incluyen la reposición de arena y la protección de la línea costera frente a la erosión y los efectos de tormentas.


Según la promotora, un condado independiente permitiría tomar decisiones más rápidas sobre infraestructura, turismo y preservación ambiental, lo que, a su juicio, podría convertirse en un motor económico para la zona.

Además, considera que el nombre “Trump County” sería un elemento de identidad simbólica que podría atraer inversiones y reflejar la inclinación política de parte de la comunidad local.

La profesora de historia Dawn Dyer, de Florida Gulf Coast University, advirtió que detrás de esta propuesta se esconde un entramado administrativo enorme. Según explicó, crear un nuevo condado no es solo dibujar límites en un mapa: implicaría reorganizar desde las fuerzas del orden hasta el sistema escolar, las oficinas encargadas de las elecciones y prácticamente toda la estructura burocrática local.

Dyer recordó que Florida lleva un siglo sin sumar un condado nuevo. El último intento serio —el proyecto del condado de Ocean en los años 90— terminó desmoronándose antes de llegar a la meta. Por eso, señaló que incluso si Herold consigue recolectar todas las firmas necesarias, el camino sigue siendo cuesta arriba: la propuesta tendría que superar el escrutinio de ambas cámaras legislativas y, finalmente, recibir la firma del gobernador para convertirse en realidad.

Un proceso excepcional y casi inexistente en la historia reciente

A pesar de la notoriedad que ha alcanzado la campaña, crear un nuevo condado en Florida es un proceso extremadamente difícil. El estado no ha establecido un condado nuevo en casi un siglo, y los intentos más recientes, registrados en la década de 1990, nunca superaron el filtro legislativo. Para que la propuesta avance, la campaña debe reunir 12.000 firmas, aunque por ahora apenas supera el centenar, lo que muestra la enorme distancia entre el entusiasmo simbólico de la idea y el respaldo ciudadano efectivo.


Superar la etapa de firmas solo sería el comienzo. La Legislatura de Florida tendría que aprobar una ley formal para redefinir los límites territoriales, lo que implicaría evaluar la creación de una estructura administrativa completa: corte de condado, distritos escolares, sistemas tributarios, oficinas electorales, fuerzas de seguridad y servicios comunitarios. Además, se requeriría un estudio financiero para determinar si el nuevo territorio podría sostenerse fiscalmente sin depender de los condados existentes.

Reacciones encontradas entre los residentes

Las opiniones recogidas en la zona evidencian una marcada división. Para algunos habitantes, la idea representa un homenaje legítimo a un líder político influyente en el estado, mientras que para otros es un proyecto inviable y cargado de motivaciones partidistas. Una residente entrevistada aseguró estar dispuesta a firmar la petición, mientras otro vecino afirmó que “absolutamente no firmaría”.

Las reacciones reflejan el clima político de la región, donde coexisten fuertes simpatías hacia Trump y una población que teme que la propuesta genere más problemas administrativos que beneficios.

El peso político del nombre propuesto

La elección del nombre “Trump County” ha provocado discusiones más allá del aspecto administrativo. Para sus defensores, sería un reconocimiento al impacto político del expresidente en Florida y una forma de consolidar una identidad conservadora en la región.

Para sus detractores, implicaría politizar de manera excesiva un componente del gobierno local y abrir un precedente problemático que podría utilizarse en el futuro con otras figuras políticas. En un año electoral, la propuesta también adquiere un matiz estratégico, ya que la movilización en torno a la figura de Trump continúa siendo un factor decisivo en el panorama estatal.

Un proyecto simbólico con pocas probabilidades de prosperar

Aunque la campaña ha logrado tener una presencia mediática significativa, expertos coinciden en que la iniciativa enfrenta muy bajas probabilidades de éxito. La complejidad legal, la escasa cantidad de firmas recolectadas hasta ahora y los elevados costos de establecer un gobierno independiente hacen que “Trump County” se perciba más como una expresión simbólica que como una propuesta viable.

Aun así, el caso abre una ventana para observar cómo los factores políticos, económicos y territoriales continúan moldeando el debate público en Florida, un estado donde la figura de Donald Trump mantiene un peso considerable en la esfera social y electoral.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *