La tranquilidad del Aeropuerto Internacional Fort Lauderdale-Hollywood (FLL) se vio abruptamente interrumpida la tarde de este lunes cuando una amenaza de bomba obligó a evacuar un vuelo de Spirit Airlines con destino a Kansas City. El incidente desencadenó un amplio operativo de seguridad y concluyó con la detención de tres personas para ser interrogadas, incluida la posterior acusación formal contra un adolescente de 16 años señalado como responsable de la falsa alarma.
El suceso se registró alrededor de las 3:15 p.m., cuando la Oficina del Sheriff del Condado Broward (BSO, por sus siglas en inglés) recibió una alerta sobre la posible existencia de un artefacto explosivo a bordo de un avión de Spirit Airlines que estaba en proceso de embarque o próximo a despegar. De inmediato, las autoridades activaron los protocolos de emergencia establecidos para este tipo de situaciones, desplazando la aeronave hacia un área remota de la pista para aislarla de las operaciones regulares del aeropuerto.
Evacuación y operativo minucioso
En cuestión de minutos, los pasajeros fueron desalojados del avión y trasladados en autobuses hasta la terminal. Durante ese tiempo, sus pertenencias, tanto equipaje de mano como maletas en bodega, permanecieron a bordo para ser sometidas a exhaustivos registros.
Agentes de la Unidad de Explosivos de la BSO y perros especializados en detección de explosivos revisaron meticulosamente el interior de la aeronave, así como el equipaje. Finalmente, tras varias horas de inspección, las autoridades concluyeron que no existía ningún artefacto explosivo ni indicio de amenaza real.
“Se trató de una falsa alarma. Afortunadamente, no se encontró ningún peligro para los pasajeros ni para el personal del aeropuerto”, declaró un portavoz de la BSO en declaraciones recogidas por medios locales.
Detenciones y cargos
Tras la investigación preliminar, un adolescente de 16 años fue arrestado por su presunta vinculación con la amenaza falsa. De acuerdo con las autoridades, el menor habría sido quien realizó la llamada alertando de la supuesta bomba. Aunque su identidad no ha sido revelada por tratarse de un menor de edad, enfrenta cargos por realizar una denuncia falsa de bomba y por causar daños criminales, delitos considerados graves y que podrían tener consecuencias significativas incluso para un adolescente.
Los otros dos individuos detenidos inicialmente fueron interrogados en calidad de posibles involucrados, pero hasta el momento no se ha informado sobre cargos formales contra ellos. Las autoridades continúan investigando si hubo algún tipo de complicidad o participación adicional en el incidente.
Spirit Airlines se pronuncia
Por su parte, Spirit Airlines emitió un comunicado en el que confirmó la activación inmediata de su equipo de seguridad tras recibir la alerta sobre la posible amenaza. La aerolínea destacó que su prioridad absoluta es la seguridad de los pasajeros y la tripulación, y aseguró que colaboró estrechamente con las autoridades locales y federales para esclarecer la situación.
“Se evacuó a los pasajeros de manera segura y se realizó una inspección minuciosa de la aeronave. Lamentamos los inconvenientes ocasionados y agradecemos la paciencia y cooperación de todos los afectados”, señaló Spirit en su declaración.
Vuelo reprogramado y repercusiones
Una vez descartada la amenaza, la aeronave fue declarada segura y las autoridades autorizaron la reprogramación del vuelo hacia Kansas City para la noche del mismo lunes. Spirit Airlines indicó que trabajó para recolocar a los pasajeros afectados y minimizar las demoras derivadas del incidente.
El caso ha puesto nuevamente sobre la mesa el debate en torno a las consecuencias legales y operativas de realizar amenazas falsas, incluso cuando se trata de menores de edad. Este tipo de incidentes no solo generan temor y caos entre los pasajeros, sino que implican grandes costos económicos y operativos, además de afectar el normal funcionamiento de aeropuertos y aerolíneas.
Las autoridades advirtieron que seguirán tomando con la máxima seriedad cualquier amenaza que implique la seguridad aérea, recordando que este tipo de acciones, aunque resulten ser falsas, conllevan severas penas legales.
Mientras tanto, la comunidad aeroportuaria de Fort Lauderdale intenta recuperar la normalidad tras una tarde marcada por el susto, la incertidumbre y un despliegue de seguridad que recordó la constante amenaza que enfrenta el transporte aéreo en la actualidad, incluso por falsas alarmas.
Un hecho similar ocurrió el pasado 1 de julio de 2025, el Aeropuerto Internacional de Miami vivió momentos de tensión tras una amenaza de bomba que resultó falsa, pero generó caos y afectó las operaciones aéreas en plena hora pico. Aliyah Evans, una joven de 21 años, originaria de Cayo Hueso (Key West), fue detenida en los mostradores de la aerolínea JetBlue alrededor de las 6 a.m. Testigos relataron que Evans comenzó a gritar que llevaba una bomba en su equipaje de mano.
De forma inusual, Evans pidió específicamente que mujeres y niños se retiraran del lugar, mientras instaba a los hombres a quedarse, generando aún más confusión y pánico entre los presentes. Varios pasajeros salieron corriendo o se apartaron rápidamente de la fila. La respuesta policial fue inmediata. Oficiales de la Oficina del Sheriff de Miami-Dade (MDSO), agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), y la unidad canina K-9 intervinieron en la escena.
El equipo antibombas fue desplegado para inspeccionar el equipaje sospechoso, mientras la terminal fue parcialmente evacuada como medida preventiva. Tras una exhaustiva revisión, no se hallaron explosivos ni dispositivos peligrosos. Las autoridades confirmaron que se trató de una falsa amenaza, aunque la situación causó retrasos temporales en el procesamiento de pasajeros y algunos vuelos. Evans fue arrestada en el lugar y posteriormente acusada de falsa amenaza de bomba y alteración del orden público. Un juez le fijó una fianza de $5,150 dólares y le prohibió regresar al Aeropuerto Internacional de Miami mientras se resuelve su caso judicial.