«Esperamos un milagro»: madre implora el regreso de su esposo autodeportado a Cuba antes de la cirugía de su hija en EE.UU

Padre cubano. Foto: Video de YouTube de Univisión Miami

La petición desesperada de Deivy Alemán Oropesa, un cubano deportado recientemente, ha provocado una ola de solidaridad en redes sociales y entre la diáspora cubana en Estados Unidos. Su hija, una niña de dos años nacida en territorio estadounidense, enfrenta una nueva cirugía cardíaca programada para 2026, un procedimiento de alto riesgo que requiere la presencia, apoyo emocional y estabilidad familiar que hoy no están garantizados.

La esposa de Alemán difundió un video en Facebook donde él relató la angustia de estar lejos de su pequeña en un momento crucial de su vida. Su mensaje, que rápidamente comenzó a circular en grupos comunitarios, expresa un sentimiento colectivo: “Ella tuvo cita con su cardiólogo hace varios días y todo está estable, pero le dijeron a mi esposa que para el próximo año le van a empezar a hacer las pruebas para su próxima cirugía. Lo que más nos preocupa es que yo no esté allá con ella, que no tengan mi apoyo como en la cirugía anterior. Esperamos un milagro que agilice el proceso de nosotros y poder estar juntos”.


El caso se ha convertido en un símbolo de la tensión entre las decisiones migratorias del gobierno, la fragilidad humana y las necesidades urgentes de una familia dividida.

Una deportación marcada por las presiones del sistema migratorio

Alemán no fue detenido en redadas ni acusado de delitos. Según relatan familiares, vivía legalmente en Estados Unidos mientras enfrentaba un proceso migratorio que se volvió cada vez más incierto. En septiembre de 2025 decidió abandonar el país de forma voluntaria tras recibir una orden de salida emitida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Esa decisión, tomada para evitar una detención inmediata, terminó empujándolo hacia la separación definitiva de su esposa y su hija.

La salida voluntaria es una figura que muchos inmigrantes aceptan con la esperanza de regresar legalmente en el futuro. Pero el clima de endurecimiento migratorio en 2025 ha convertido ese trámite en un camino mucho más largo, difícil y lleno de obstáculos. En el caso de Alemán, la consecuencia fue inmediata: desde su retorno a Cuba no ha podido rehacer el camino legal que le permitiría volver junto a su familia.

Un proceso migratorio trabado: evidencias adicionales, demoras y la incertidumbre del I-130

Para facilitar el retorno legal del padre, la familia presentó una petición de reunificación familiar (Formulario I-130) ante el Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS). Este proceso es común cuando un ciudadano estadounidense solicita la residencia permanente para un familiar directo.

Sin embargo, recientemente USCIS solicitó “evidencias adicionales” para confirmar la autenticidad del matrimonio, una medida que suele extender los tiempos de evaluación y puede demorar la aprobación varios meses. La solicitud incluye pruebas como historial de convivencia, cuentas conjuntas, fotografías familiares y registros financieros, elementos que la familia ha intentado organizar en medio de la crisis médica de la menor.


La petición legal también incluye una argumentación humanitaria, apoyada por informes médicos y cartas de profesionales de la salud que certifican la gravedad del diagnóstico de la niña. Abogados especializados en inmigración han señalado que, aunque las solicitudes humanitarias existen dentro del marco legal, su aprobación es compleja y depende de factores discrecionales que no siempre favorecen a los solicitantes.

Una niña con un corazón frágil: dos cirugías, un diagnóstico delicado y un futuro incierto

La hija de Alemán nació con una condición cardíaca congénita que ya ha requerido dos intervenciones quirúrgicas complejas. Los médicos han recomendado una nueva cirugía para 2026, una fecha que la familia observa con ansiedad. La menor necesita controles constantes, un entorno emocional estable y la presencia de sus dos padres para atravesar lo que será su procedimiento más delicado hasta ahora.

La madre ha descrito la experiencia como “devastadora”, explicando que la niña pregunta por su padre y que la separación afecta directamente el bienestar emocional de ambas. Además de las citas médicas, pruebas especializadas y seguimiento hospitalario, la carga mental de la situación ha recaído por completo sobre ella desde la deportación.

La vida en pausa: las dificultades cotidianas de una madre sola

Desde la salida de Alemán, su esposa ha asumido sola la crianza de la niña, el seguimiento médico, los costos del tratamiento y el sustento emocional de ambos. En su mensaje en redes, la madre confesó que los días se han vuelto “interminables”, entre citas médicas, trabajo y la búsqueda constante de asesoría legal para acelerar el regreso del padre.

La ausencia de la figura paterna no solo afecta la dinámica emocional del hogar, sino que también tiene implicaciones prácticas: traslados a hospitales, toma de decisiones médicas de alto impacto y el desgaste físico que implica cuidar a una menor con una condición delicada. La comunidad médica ha destacado en múltiples ocasiones que la estabilidad familiar es un factor clave en la recuperación de niños con enfermedades cardíacas.

La ayuda llega desde la diáspora: donaciones, asesoría y presión comunitaria

La comunidad cubana en Miami y otras ciudades respondió rápidamente al llamado. Se creó una campaña de recaudación en GoFundMe para apoyar económicamente a la madre, quien se encuentra sobrecargada por los gastos médicos y los costos de manutención. Además, activistas, abogados y usuarios comunes han comenzado a difundir el caso con la esperanza de llamar la atención de instituciones o legisladores que podrían intervenir.

Los mensajes de apoyo suelen coincidir en un punto: la separación de una familia con un menor enfermo debe considerarse una situación de urgencia humanitaria. Decenas de usuarios han etiquetado a figuras políticas locales y federales, pidiendo que se revise el caso bajo criterios compasivos.

El tiempo corre: entre la burocracia y la salud de la menor

La cirugía prevista para 2026 se acerca, y con ella aumenta la presión sobre el proceso migratorio. Cada nueva solicitud, cada retraso administrativo o exigencia documental representa semanas valiosas para una familia que vive al límite emocional.

La esposa de Alemán asegura que continúan reuniendo documentos, solicitando asesoría legal y buscando nuevas vías humanitarias para traerlo de regreso. Aunque el proceso es complejo y no garantiza resultados inmediatos, la familia sostiene la esperanza: “Estamos avanzando, tengo fe en que algo bueno pase y que él pueda estar aquí antes de la operación”, expresó la madre en uno de sus mensajes.

Un drama humano en medio del clima migratorio más duro de los últimos años

El caso de Alemán refleja una tendencia creciente: familias divididas por procesos migratorios más estrictos, tiempos de espera prolongados y una política de deportaciones reforzada en 2025. Organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes han advertido que estos casos se multiplican, especialmente entre familias mixtas donde uno de los padres no tiene estatus legal.

Para la familia, la situación va más allá de la política: se trata de la vida de una niña que necesita a su padre presente. El debate público en torno al caso pone en evidencia la distancia entre las decisiones administrativas y las realidades humanas que atraviesan quienes quedan atrapados en el sistema.

Una familia que sigue esperando un milagro

Mientras continúa la batalla legal, la esposa de Alemán insiste en que no busca excepciones ni privilegios, sino simplemente la oportunidad de que su hija enfrente su próxima cirugía acompañada por ambos padres. La comunidad sigue compartiendo el caso con el deseo de que la visibilidad ayude a abrir una puerta.

La familia mantiene la esperanza de que las autoridades migratorias consideren el impacto emocional y médico del caso, y permitan el regreso del padre antes de la operación. “Lo único que pedimos es estar juntos en el momento en que nuestra niña más lo necesita”, concluyó la madre.


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