
Los investigadores creen que los cubanos llevaban años cometiendo estos crímenes y afectando a varias personas en diferentes países por millones de euros. Las autoridades iniciaron una investigación que nombraron «Proxy» después de que vieron actividades sospechosas en algunos de los integrantes de la banda que realizaban viajes muy lujosos sin que tuvieran una fuente de entrada conocida.
Los estafadores obtenían la información de las tarjetas y cuentas de banco atacando servidores de agencias de viajes y operadores turísticos. Los detenidos se encontraban en Palma de Mallorca y el resto en Marbella y San Pedro de Alcántara (Málaga).






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