
El presidente Donald Trump declaró que fuerzas militares de Estados Unidos hundieron tres embarcaciones provenientes de Venezuela en aguas del mar Caribe. Según sus palabras, los barcos estaban implicados en operaciones de narcotráfico que transportaban cocaína y fentanilo hacia territorio norteamericano.
El anuncio, realizado desde la Casa Blanca, desató un fuerte cruce de declaraciones con el dictador venezolano Nicolás Maduro, quien acusó a Washington de preparar una invasión militar contra su país.
Los detalles del operativo
De acuerdo con Trump, el hundimiento de las naves se produjo tras confirmarse que la tercera embarcación transportaba sustancias ilícitas. El mandatario republicano enmarcó este hecho dentro de su estrategia de combate al narcotráfico y advirtió que no permitirá que organizaciones criminales venezolanas utilicen el Caribe como corredor para el tráfico de drogas.
«Derribamos barcos. En realidad, fueron tres barcos, no dos, pero ustedes vieron dos», dijo el republicano desde la Casa Blanca antes de emprender vuelo en el Air Force One rumbo a Reino Unido para iniciar una visita de estado.
Trump se pronunció en una entrevista con el Diario ABC, luego de que el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, lo acusara de estar fraguando una invasión contra su país.
En sus declaraciones, vinculó el caso al Tren de Aragua, grupo criminal originado en Venezuela que, según informes de agencias de seguridad, ha extendido sus operaciones hacia países de la región y también hacia Estados Unidos. Trump responsabilizó a esta red de “enviar personas y drogas al país” con el amparo del gobierno de Maduro. «Dejen de enviar (miembros del) Tren de Aragua a Estados Unidos. Dejen de enviar drogas a Estados Unidos», advirtió el mandatario.
Maduro contraataca y denuncia conspiración
Desde Caracas, Nicolás Maduro rechazó las acusaciones y calificó el operativo de “acto de agresión”. El mandatario socialista sostuvo que Venezuela se encuentra “más preparada que nunca” ante un eventual escenario de conflicto armado y advirtió que cualquier intento de invasión recibiría “una respuesta contundente”.
Maduro además desestimó los señalamientos que lo vinculan con el narcotráfico y denunció que Trump lidera una campaña internacional para desestabilizar a su gobierno.
Acusaciones de narcotráfico y recompensa millonaria
El enfrentamiento verbal se intensificó luego de que Washington ofreciera una recompensa de 50 millones de dólares por información que conduzca a la captura de Maduro. La Casa Blanca sostiene que el gobernante venezolano encabeza el Cártel de los Soles, un entramado de altos funcionarios militares y civiles acusados de facilitar el tráfico de drogas a gran escala.
Caracas rechaza tajantemente estas versiones y denuncia que forman parte de una política de presión para justificar sanciones económicas y el aislamiento diplomático.
Incidentes recientes en aguas del Caribe
Este no es el primer choque marítimo entre ambas naciones. Un día antes, Trump había revelado un ataque contra una lancha en el que murieron tres personas, a quienes calificó como “terroristas”.
Por su parte, Venezuela denunció que un destructor estadounidense interceptó recientemente una embarcación de pescadores en aguas que considera parte de su soberanía. El Pentágono no se ha pronunciado sobre esa acusación.
Estos episodios reflejan un patrón de choques navales en la región que recuerdan tensiones pasadas, como las operaciones antinarcóticos de EE.UU. en los años 80 y 90 en el Caribe, y reavivan temores de una escalada militar.

Un trasfondo de crisis diplomática
La relación entre Washington y Caracas lleva más de dos décadas marcada por la confrontación. Durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, Estados Unidos ha impuesto sanciones económicas, desconocido procesos electorales y acusado a las autoridades venezolanas de corrupción y vínculos con el narcotráfico.
En paralelo, Venezuela ha denunciado constantemente conspiraciones, intentos de golpe de Estado y planes de intervención. La ruptura de canales diplomáticos ha dejado a ambos países sin embajadas plenas desde 2019, lo que dificulta cualquier mecanismo de diálogo.
Repercusiones regionales e internacionales
Los recientes hechos generan preocupación en América Latina y el Caribe. Gobiernos vecinos temen que un incremento de la presión militar estadounidense en la zona provoque inestabilidad y afecte rutas comerciales y pesqueras.
Además, organismos internacionales como la ONU y la OEA podrían enfrentar llamados a mediar en un conflicto que combina temas de soberanía, seguridad marítima y crimen organizado transnacional.
El Caribe, tradicional corredor de tráfico de drogas hacia EE.UU., vuelve así a convertirse en escenario de tensiones geopolíticas que involucran no solo a Caracas y Washington, sino también a aliados y detractores de ambos gobiernos.
Una escalada con desenlace incierto
El hundimiento de las tres embarcaciones venezolanas es visto como una señal de que la administración Trump está dispuesta a endurecer sus acciones en la región, más allá de sanciones o presiones diplomáticas.
La falta de canales de comunicación, sumada a las acusaciones mutuas de agresión, incrementa el riesgo de que un incidente militar escale en proporciones mayores.
En este contexto, la disputa entre Trump y Maduro se perfila no solo como un enfrentamiento bilateral, sino como un factor de inestabilidad para toda la región del Caribe y América Latina.