En un gesto cargado de simbolismo político y diplomático, el jefe de la Misión de Estados Unidos en Cuba, Mike Hammer, reiteró el apoyo de Washington a la causa de la libertad en la isla. Durante un encuentro celebrado en su residencia, Hammer se reunió con activistas, opositores y familiares de presos políticos, a quienes transmitió un mensaje de solidaridad: «Esperemos que pronto haya justicia, libertad y democracia para los cubanos».
Un mensaje de respaldo en un contexto de represión
La declaración del diplomático se produce en medio de un escenario marcado por la represión gubernamental, el encarcelamiento de opositores y las restricciones a las libertades fundamentales en Cuba. Según organizaciones internacionales, más de un millar de personas permanecen encarceladas en la isla por motivos políticos, muchas de ellas tras las protestas del 11 de julio de 2021 y posteriores manifestaciones.
Hammer subrayó que la defensa de los derechos humanos y la democracia seguirá siendo una prioridad para la embajada estadounidense, incluso en un contexto en el que la relación bilateral atraviesa tensiones permanentes. “La justicia y la libertad no son negociables”, recalcó.
Presentación del nuevo jefe adjunto de misión
El encuentro también sirvió para presentar oficialmente a Roy Perrin, nuevo jefe adjunto de misión y segundo al mando en la representación diplomática de Washington en La Habana. Su incorporación refuerza la estructura diplomática en la isla y, según Hammer, permitirá ampliar el alcance de las iniciativas en apoyo a la sociedad civil independiente.
De Perrin se conoce que es abogado de profesión e ingeniero, procede de Honduras país en el que ocupó el cargo de ministro consejero y encargado de negocios de la embajada en la capital de esa nación. Perrin, natural de Nueva Orleans, Luisiana, compartió con los presentes referencias culturales para destacar los lazos históricos que unen a su ciudad con Cuba.
«La música cubana ayudó a crear el jazz, que nació en mi ciudad. También compartimos la comida: en New Orleans comemos frijoles colorados con arroz todos los lunes, aunque sé que ustedes prefieren los frijoles negros. Nuestras ciudades tienen un ritmo parecido, sabemos cómo celebrar la vida y enfrentar tiempos difíciles, como los huracanes», afirmó el funcionario.
Dentro de su servicio de más de veinte años dedicados a la diplomacia se puede constatar que posee una amplia experiencia de varias regiones ya que estuvo en Venezuela, China, Costa Rica, Irak, así como en la Oficina de Asuntos de Centroamérica en Washington.
Solidaridad con los familiares de presos políticos
La reunión incluyó un espacio íntimo con familiares de opositores encarcelados, quienes relataron las condiciones de sus seres queridos en prisión y denunciaron la falta de garantías judiciales en la isla. Hammer aseguró que “no están solos” y que la embajada seguirá visibilizando sus casos en foros internacionales.
Este gesto refuerza la línea de trabajo de Washington, que en los últimos años ha buscado mantener contacto directo con la sociedad civil cubana, pese a las limitaciones impuestas por el gobierno de La Habana. Hammer expresó que otro de los objetivos del encuentro era conocer más al pueblo.
«Para seguir comprometidos, para trabajar de manera conjunta y determinada en hacer realidad los sueños y aspiraciones del pueblo cubano: libertad, respeto a los derechos humanos y la posibilidad de expresarse sin temor», añadió.
El encuentro contó además con la participación de una conocida representación de la sociedad civil cubana, entre los que se encontraban Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, su esposo y expreso político Ángel Moya, Reinaldo Escobar y Henry Constantín como periodistas independientes, así como Wilber Aguilar y Jenny Taboada, padres de manifestantes del 11 de julio que permanecen cumpliendo injustas condenas en prisión.
La velada también acogió a artistas, líderes religiosos, empresarios privados, representantes de la prensa acreditada en la isla y diplomáticos de naciones amigas.
Hammer resaltó la presencia de “tantos amigos” en el encuentro, y apuntó que, a diferencia de lo sucedido en ocasiones anteriores, las autoridades cubanas no restringieron el acceso de los invitados, como ocurrió durante la festividad del 4 de julio.
En los alrededores de la residencia se pudo notar la discreta vigilancia de agentes vestidos de civil, aunque sin intervenciones. Dentro del lugar, la seguridad estadounidense reforzó los protocolos habituales.
La respuesta esperada de La Habana
Aunque el gobierno cubano no se ha pronunciado oficialmente sobre estas declaraciones, en ocasiones anteriores ha rechazado este tipo de gestos diplomáticos, acusando a Washington de promover la injerencia en los asuntos internos del país. La narrativa oficial sostiene que las denuncias sobre presos políticos forman parte de una “campaña mediática” destinada a deslegitimar al sistema socialista.
No obstante, para sectores de la oposición y defensores de derechos humanos, la presión internacional resulta crucial para mantener vivo el debate sobre las violaciones de libertades en la isla.
Una política de continuidad
El pronunciamiento de Hammer se enmarca en la línea de continuidad de la política estadounidense hacia Cuba, que combina el diálogo limitado en temas como migración y cooperación regional, con una postura firme frente a la situación de los derechos humanos. «El pueblo cubano merece vivir en democracia como lo hacemos en Estados Unidos», destacó el diplomático estadounidense.
Desde las históricas protestas de 2021, la embajada de EE.UU. ha multiplicado sus gestos hacia la sociedad civil cubana, reafirmando el compromiso de que la liberación de los presos políticos es un punto central en cualquier futuro acercamiento bilateral.
Significado diplomático
Más allá de lo inmediato, este tipo de encuentros funcionan como un recordatorio de que Cuba sigue en la agenda de Washington. La presentación de un nuevo funcionario de alto rango, unida al mensaje de respaldo público a las víctimas de la represión, proyecta una señal de continuidad y determinación frente a un escenario regional en el que la crisis cubana continúa generando atención internacional.
El mensaje de Hammer no solo reafirma la postura de Estados Unidos en defensa de la democracia en Cuba, sino que envía una señal de acompañamiento a quienes hoy enfrentan las consecuencias más duras del sistema político cubano: presos, activistas y sus familias.