En tres meses Florida podría convertirse en el primer estado en eliminar parte de las vacunas escolares obligatorias

Bienvenido a Florida. Foto: Andriy Blokhin / Shutterstock.com

Florida avanza en un polémico cambio de política sanitaria al anunciar que eliminará la obligatoriedad de varias vacunas en las escuelas públicas. El plan, impulsado por el cirujano general Dr. Joseph Ladapo y anunciado el 3 de septiembre de 2025, entrará en vigor dentro de 90 días y marca un giro en la forma en que el estado maneja la salud infantil.

Cuatro días después de que el cirujano general, Dr. Joseph Ladapo, adelantara que Florida se encaminaría a ser el primer estado en permitir que las familias elijan si vacunar o no a sus hijos, el departamento se pronunció para dar respuesta a una solicitud de información.


¿Qué vacunas dejarán de ser exigidas?

El nuevo marco normativo exime a los estudiantes de recibir ciertas vacunas tradicionalmente requeridas para asistir a la escuela, entre ellas: Varicela (chickenpox), Hepatitis B, Haemophilus influenzae tipo b (Hib) y Enfermedades neumocócicas (incluyendo meningitis y neumonía).

Por el momento, seguirán siendo obligatorias inmunizaciones consideradas críticas como las de sarampión, polio, difteria, tos ferina, paperas y tétanos, salvo que la Legislatura estatal impulse cambios más profundos en 2026. «El Departamento inició el cambio de reglas el 3 de septiembre de 2025 y anticipa que el cambio de reglas no será efectivo durante aproximadamente 90 días», dijeron en un correo electrónico las autoridades estatales a Associated Press.

Según precisó la agencia, continúan en vigor las vacunas que Florida requiere por ley para que los estudiantes puedan acudir a clases, como las destinadas a prevenir sarampión, polio, difteria, tos ferina, paperas y tétanos. Solo podrían modificarse si la Legislatura aprueba cambios, pero los legisladores no se vuelven a reunir hasta enero del próximo año.

Argumentos del gobierno: libertad y derechos parentales

El Dr. Ladapo, cercano a la administración del gobernador Ron DeSantis, justificó la medida en términos de libertad individual y autonomía de los padres. «Si los quieres, Dios los bendiga, puedes tener tantos como quieras. Y si no los quieres, los padres deben tener la capacidad y el poder de decidir qué entra en el cuerpo de sus hijos. Es así de simple», explicó en conversación con CNN.

La decisión se enmarca en la política sanitaria que Florida ha venido aplicando desde la pandemia de COVID-19, caracterizada por un rechazo a los mandatos y una defensa del criterio individual frente a las recomendaciones de organismos federales.


Críticas desde la comunidad médica

La medida generó inmediatas reacciones de alarma en sectores profesionales. La doctora Rana Alissa, presidenta del capítulo de Florida de la Academia Estadounidense de Pediatría, alertó que flexibilizar estos requisitos “pone en riesgo tanto a los estudiantes como al personal escolar”, especialmente en un contexto en el que enfermedades prevenibles han comenzado a resurgir en EE.UU.

Organismos de salud recuerdan que el objetivo de la vacunación obligatoria en entornos escolares no solo es proteger al individuo, sino garantizar la inmunidad colectiva, clave para frenar la propagación de enfermedades altamente contagiosas.

Un contexto epidemiológico alarmante

La decisión de Florida coincide con un repunte de enfermedades infecciosas en el país como es el caso del sarampión que en el presente año ha infectado a más de 1.400 casos reportados y tres muertes, la mayoría en Texas en lo que se considera el peor año en tres décadas. La tos ferina (pertussis) lleva más de 19.000 casos confirmados hasta agosto y al menos tres muertes infantiles en Luisiana y Washington.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que las vacunas han salvado 154 millones de vidas en los últimos 50 años, sobre todo entre bebés y niños pequeños. Los epidemiólogos advierten que, sin altos niveles de vacunación, enfermedades que se consideraban bajo control podrían resurgir con fuerza en comunidades escolares.

Debate político y legislativo

Aunque la orden de Ladapo entrará en vigor hacia diciembre de 2025, su alcance está limitado. La Legislatura estatal no retomará sesiones ordinarias hasta enero de 2026, con comisiones preparatorias desde octubre. Cualquier intento de ampliar la eliminación a otras vacunas dependerá de los equilibrios políticos y de la presión de grupos de interés.

Sectores afines al gobernador DeSantis celebran la medida como una “victoria de la libertad parental”, mientras que organizaciones médicas y asociaciones de padres preocupados anuncian que presionarán para revertir la decisión o al menos limitar sus efectos.

Florida en el centro de la polémica nacional

Con este movimiento, Florida se convierte en el primer estado en apartarse de décadas de consenso nacional sobre la vacunación escolar. El debate no solo enfrenta a políticos y médicos, sino que también divide a familias: mientras algunos padres celebran poder decidir sobre el esquema de sus hijos, otros temen que sus escuelas se conviertan en focos de contagio.

En palabras de la doctora Alissa: “Las vacunas han demostrado ser una de las herramientas más efectivas de la medicina moderna. Retirar su obligatoriedad es retroceder en logros de salud pública que han costado generaciones conseguir”.

El plan de Florida marca un hito en la batalla cultural y política sobre la salud pública en Estados Unidos. En los próximos meses, mientras la medida se prepara para entrar en vigor, el estado será observado de cerca por el resto del país, en medio de un clima de alerta epidemiológica y de creciente polarización sobre el papel del gobierno en la vida de los ciudadanos.


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