
La reciente importación de un BMW M8 Competition, cuyo valor supera los 200 mil dólares, ha generado una ola de comentarios, cuestionamientos y discusiones en plataformas como TikTok. El video original, publicado por la cuenta @cuba_autos2, muestra el momento en que el vehículo es extraído de un contenedor marítimo en el puerto de La Habana.
La escena es poco común en un país donde los autos modernos son escasos y donde predominan modelos antiguos, muchos de ellos con más de cuatro décadas de uso. Las imágenes se volvieron virales en pocas horas, alimentando un intenso debate público sobre la creciente presencia de autos de lujo en la Isla.
El BMW M8 Competition: potencia extrema en un mercado automotriz deteriorado
El vehículo importado pertenece a la gama más exclusiva de BMW. Se trata de un coupé deportivo equipado con un motor V8 biturbo de 625 caballos, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 3.2 segundos. Considerado un “superdeportivo” dentro de la industria automotriz, su precio no incluye los gastos adicionales derivados del transporte, la exportación desde EE.UU. ni los trámites aduanales en Cuba.
La aparición de este modelo contrasta fuertemente con el estado del parque automotor cubano: problemas de disponibilidad de partes, mal estado de las vías, colas de combustible que pueden durar horas y una crisis energética que golpea tanto al transporte público como al privado.
Reacciones encontradas en redes sociales
Las respuestas a la viralización del video no tardaron. Mientras algunos usuarios celebraron la llegada del vehículo como una curiosidad o una muestra de prosperidad individual, la mayoría de los comentarios reflejaron crítica social, sorpresa e indignación.
Frases como “¿Para qué quieres eso si no hay gasolina?”, “Ese carro no dura ni un día en las calles llenas de huecos” o “Así es como se rompe el mito del bloqueo” apuntan a un cuestionamiento profundo sobre inequidades económicas y prioridades en tiempos de crisis.
También surgieron críticas vinculadas al discurso gubernamental: varios usuarios señalaron que la existencia de personas capaces de importar autos de más de 200 mil dólares contrasta con la narrativa oficial de limitaciones severas impuestas por el embargo estadounidense.
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Importación de autos usados: un fenómeno que crece exponencialmente
Este episodio no ocurre en el vacío. Las cifras recientes de comercio exterior muestran que Cuba ha experimentado un boom en la importación de autos usados desde Estados Unidos. Solo entre enero y agosto de 2024: se declararon importaciones por aproximadamente 54 millones de dólares, cinco veces más que en 2023.
Mientras tanto, en el primer semestre de 2025 la cifra ascendió a 65 millones de dólares, evidenciando un crecimiento sostenido. Este auge ha sido posible en parte gracias a licencias concedidas durante la administración de Joe Biden, que permiten exportar a Cuba determinados bienes bajo exenciones del embargo, incluyendo automóviles.
Analistas económicos señalan que este incremento también refleja la presencia de grupos económicos emergentes, remesas más diversificadas y un mercado informal activo que facilita la compra y traslado de vehículos de alto valor.
Un contraste con la crisis de combustible y energía
El arribo del BMW coincide con uno de los períodos más complicados para el transporte en Cuba. En varias provincias, las estaciones de servicio han reportado días sin gasolina, largas colas y restricciones de abastecimiento. A esto se suma un deterioro creciente de las carreteras, con baches, falta de señalización y zonas sin iluminación.
Ver un auto deportivo de alto rendimiento en este contexto generó comentarios sarcásticos y críticas hacia las prioridades económicas de quienes pueden permitirse un vehículo de ese tipo, cuya potencia resulta inútil en un escenario de escasez de combustible.
Un reflejo de desigualdades profundas
Más allá del debate superficial sobre lujo, el caso pone sobre la mesa discusiones más complejas sobre como la desigualdad económica creciente entre quienes acceden a bienes de lujo y quienes luchan por costear alimentos básicos, los cambios en el perfil socioeconómico de sectores emergentes en Cuba contradicciones entre el discurso oficial y la realidad cotidiana, entre otros.
El BMW M8 Competition se convierte así en un símbolo poderoso: no sólo representa un objeto de lujo en un entorno precario, sino también las tensiones sociales que atraviesan la Cuba de hoy.
¿Un hecho aislado o un síntoma de un cambio mayor?
Especialistas consultados por medios independientes consideran que este tipo de casos seguirá creciendo mientras se mantengan abiertas las vías de importación y exista una élite económica capaz de costear estos bienes. Para otros analistas, la visibilidad de autos de lujo en redes sociales refleja un cambio en la cultura del consumo, donde sectores minoritarios buscan mostrar estatus en medio de una crisis que afecta a la mayoría.
Lo ocurrido con el BMW abre un debate sobre la relación entre consumo, desigualdad y narrativa política en Cuba, y deja claro que estos episodios sirven como termómetro social en un país donde la brecha entre los que más tienen y los que menos poseen se profundiza aceleradamente.





