En pleno corazón de Wynwood, la reconocida panadería Zak the Baker ha lanzado una ingeniosa y sabrosa iniciativa que celebra tanto la abundancia estacional como el espíritu comunitario: durante el verano, los clientes pueden intercambiar seis mangos maduros por una barra de pan artesanal. La propuesta, que ya se ha convertido en una tradición local, invita a los residentes a dar un uso útil y delicioso a los excedentes de fruta que inundan los patios de Miami durante esta época del año.
La dinámica es simple: los mangos deben ser del tamaño de un puño, estar maduros y libres de magulladuras. A cambio, los vecinos reciben uno de los codiciados panes de la panadería. Eso sí, se permite una transacción por persona por día.
Lo que comenzó como una idea curiosa para evitar el desperdicio de fruta, se ha transformado en un fenómeno local que promueve una economía circular sostenible. Además del pan, los mangos recolectados se usan en la cocina del local para preparar cheesecakes, parfaits y bebidas especiales que destacan el sabor tropical de la fruta.
«Dios mío, este es nuestro tercer comercio anual de mangos, y siento que ahora se está corriendo la voz. Recibimos de 25 a 30 operaciones al día, e imagínese, cada operación es de seis mangos. Así que hagan los cálculos», dice Zak Stern, el dueño de la panadería.
Stern considera que uno de los objetivos de su panadería es mantener al público al tanto de la comida regional como mismo sucede con la cocina francesa reconocida internacionalmente. En ese sentido cree que las frutas tropicales que ofrece Miami por su situación geográfica es una buena iniciativa para comerciar.
«Y una de las cosas que creo que podemos hacer para mostrar eso es resaltar la estacionalidad de nuestra fruta. Específicamente en Miami, muy abajo en la latitud 25, tenemos frutas tropicales que simplemente no se pueden cultivar en el noreste. No se puede crecer en París, no se puede crecer en Nueva York», añadió el propietario.
Pero Zak the Baker no está solo en este movimiento: varios negocios de Miami se han sumado al “trueque del mango”, adaptando la iniciativa a sus menús. Por ejemplo:
- Tinta y Cafe acepta 15 mangos a cambio de un sándwich.
- Tomorrowland, un bar local, ofrece un cóctel picante de mango por solo un mango fresco.
- Narbona Coconut Grove cambia cuatro mangos por una bola de gelato.
- Otras opciones incluyen helado suave en Peel, alitas en Tâm Tâm, y postres frutales en Whip ’n Dip.
Este fenómeno no solo fortalece la comunidad, sino que también convierte un excedente habitual en un recurso valioso, fomentando el contacto entre vecinos y apoyando a negocios locales. En una ciudad como Miami, donde el mango es casi un símbolo cultural del verano, esta economía frutal creativa demuestra que las soluciones sostenibles pueden ser tan dulces como una fruta recién cosechada y tan cálidas como un pan recién horneado.
Zak the Baker, una panadería artesanal que ha conquistado tanto paladares locales como el reconocimiento nacional. Fundada en 2012 por Zak Stern, un panadero autodidacta que recorrió Europa y Medio Oriente aprendiendo los secretos de la fermentación y el pan tradicional, esta panadería se ha convertido en un símbolo de autenticidad y calidad.
Lo que comenzó en un pequeño garaje y con ventas en mercados de agricultores, hoy es una panadería y cafetería certificada kosher, famosa por sus panes de masa madre, challahs, croissants, babkas y sándwiches gourmet. Zak the Baker se distingue por su compromiso con las técnicas ancestrales, el uso de ingredientes simples y procesos de fermentación largos que maximizan el sabor y la textura.
El local es más que una panadería: es un espacio que fomenta la comunidad y el bienestar. La panadería cierra los sábados en observancia del Sabbath, respeta prácticas sostenibles y ofrece un ambiente donde lo artesanal y lo humano se entrelazan. Además, iniciativas como el intercambio de mangos por pan durante el verano han fortalecido su conexión con los vecinos y con la cultura tropical de Miami.
Reconocido como semifinalista del prestigioso premio James Beard, y galardonado localmente como mejor panadero y chef del año, Zak Stern ha consolidado su negocio como un referente gastronómico en el sur de Florida. Su historia personal, marcada por una intensa pasión y la búsqueda de equilibrio tras superar problemas de salud, añade profundidad a este proyecto que ya es parte del alma de Wynwood.