Un vuelo de American Airlines con destino a Charlotte, Carolina del Norte, vivió momentos de extrema tensión este martes por la mañana, cuando uno de sus motores comenzó a emitir llamas y humo poco después del despegue desde el Aeropuerto Internacional Harry Reid de Las Vegas. El piloto tomó la rápida decisión de regresar y logró realizar un aterrizaje de emergencia sin que se reportaran heridos.
Una situación alarmante en pleno vuelo
El incidente ocurrió a bordo del vuelo 1665, operado por un Airbus A321 que transportaba a 153 pasajeros y seis tripulantes. Según los reportes, el avión despegó a las 8:11 a. m. y apenas unos minutos después, testigos a bordo y en tierra notaron un comportamiento anormal en el motor izquierdo, desde donde comenzaron a salir chispas, explosiones intermitentes y una densa columna de humo.
Videos capturados por pasajeros y compartidos en redes sociales muestran las impactantes imágenes del motor ardiendo mientras el avión se mantenía en el aire. Algunos pasajeros reportaron haber escuchado sonidos similares a disparos, lo que generó pánico momentáneo entre los viajeros.
Rápida reacción de la tripulación
Frente a la situación, el piloto activó los protocolos de emergencia y solicitó regresar al aeropuerto de origen. El aterrizaje de emergencia se completó con éxito a las 8:20 a. m., tan solo nueve minutos después del despegue. Afortunadamente, el avión pudo rodar hasta la puerta de desembarque por sus propios medios y todos los ocupantes evacuaron la aeronave sin incidentes.
American Airlines emitió un comunicado poco después del hecho, destacando la profesionalidad de la tripulación y asegurando que la seguridad de los pasajeros es su máxima prioridad.
Inspección preliminar e investigación en curso
Una revisión técnica inicial del motor afectado no encontró señales de fuego interno, aunque las autoridades advirtieron que la inspección aún está en sus primeras fases. La Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés) ya inició una investigación formal para determinar la causa exacta del incidente y evaluar posibles fallas mecánicas o de mantenimiento.
La aerolínea retiró de inmediato el avión del servicio para someterlo a una evaluación más detallada y coordinó un vuelo de reemplazo que partirá hacia Charlotte el miércoles 26 de junio a la 1:00 p. m. «La aeronave rodó hasta la puerta de embarque por sus propios medios y los clientes desembarcaron normalmente. Apreciamos el profesionalismo de nuestra tripulación y agradecemos a nuestro equipo que está trabajando para llevar a nuestros clientes a sus destinos lo más rápido posible», expresó la aerolínea en un comunicado de prensa.
Reacciones y medidas de apoyo
Los pasajeros, aunque visiblemente alterados, elogiaron la actuación de la tripulación por mantener la calma durante la emergencia. Algunos señalaron que lo vivido fue “una experiencia aterradora”, pero agradecieron el aterrizaje seguro.
American Airlines informó que se encuentra ofreciendo asistencia y alternativas de viaje a todos los pasajeros afectados, además de monitorear el estado emocional de los mismos mediante apoyo psicológico si fuera necesario.
Contexto y antecedentes
Este incidente se suma a una serie de eventos recientes relacionados con fallos mecánicos en vuelos comerciales en Estados Unidos, lo que ha generado preocupación sobre los estándares de mantenimiento en la industria aérea. Aunque los casos de incendios en motores son relativamente raros, las aerolíneas están obligadas a actuar con extrema cautela y transparencia ante cualquier anomalía.
El pasado 9 de mayo un avión de American Airlines salió desde San Francisco hacia Dallas reportó humo saliendo del motor izquierdo. Aunque se encontraron restos del motor en la pista, el vuelo continuó y aterrizó sin mayores contratiempos. Anteriormente el 24 de abril uno de Delta Airlines, un Airbus A330 experimentó fuego en uno de sus motores mientras aún estaba en tierra en Orlando. La evacuación de 282 pasajeros se realizó de forma ordenada, sin que se reportaran lesionados.
La reiteración de estos eventos no significa que volar sea menos seguro. Por el contrario, el hecho de que todos hayan terminado sin pérdidas humanas es una clara demostración de la efectividad de los protocolos de emergencia y del entrenamiento del personal de vuelo. Además, cada incidente es meticulosamente investigado por la Administración Federal de Aviación (FAA) para prevenir futuras fallas y mejorar los estándares.
La FAA ya ha iniciado la investigación correspondiente al vuelo 1665 y se espera un informe técnico que determine si hubo un defecto mecánico, fallo en el mantenimiento o un evento externo no previsto.
Aunque estos eventos pueden generar temor entre los pasajeros, lo cierto es que la aviación comercial sigue siendo uno de los medios de transporte más seguros. La capacidad de respuesta ante emergencias ha sido clave en todos los casos recientes, incluyendo el espectacular pero controlado incidente en Las Vegas. La vigilancia continúa, y las autoridades aseguran que se tomarán las medidas necesarias para garantizar la seguridad en cada vuelo.