Navegantes encontraron a la deriva y volcada una embarcación improvisada frente a Long Key, en los Cayos de Florida, despertando nuevamente la preocupación por un posible naufragio de migrantes cubanos. El video del hallazgo, compartido el 11 de octubre por la cuenta de Instagram @pesca_en_los_cayos, muestra la balsa boca abajo y sin señales visibles de rescate.
En la grabación, el pescador que la descubre comenta: “Miren mi gente, esto es un bote balsero tirado, la marejada lo viró (…) esperemos que todos estén bien”, dice el autor del video mientras se acerca al bote, que describe como “otro naufragio de cubanos”.
La ausencia de confirmación oficial ha desatado conjeturas y temor entre la comunidad cubana, mientras usuarios en redes sociales piden difundir las imágenes para intentar identificar a los posibles ocupantes.
“No se le ve que dice OK por ningún lugar, claro está, está boca abajo, está virado, la marejada lo viró, pero bueno, esperemos que todos estén bien», agrega el internauta.
Un símbolo del riesgo migratorio
La imagen de una balsa vacía en el estrecho de Florida se ha convertido en un símbolo de los peligros que enfrentan los cubanos que escapan de la isla por mar. A pesar de los avances tecnológicos y la mayor presencia de autoridades en la zona, los naufragios continúan siendo frecuentes.
El estrecho, de apenas 150 kilómetros, combina corrientes impredecibles, mal tiempo y precarias condiciones de navegación. La mayoría de estas embarcaciones son construidas con materiales ligeros e inestables, impulsadas por motores artesanales o remos improvisados.
Caída de los cruces marítimos
El hallazgo ocurre en un momento en que las travesías marítimas hacia Estados Unidos han caído drásticamente. En el último año fiscal, solo 857 migrantes cubanos llegaron por mar, una cifra muy inferior a los miles que lo intentaron en 2022 y 2023.
Las estadísticas de la Guardia Costera reflejan un descenso sostenido desde principios de 2025: 139 intercepciones en enero, 39 en agosto, y una tendencia que continúa a la baja. Sin embargo, la reducción de intentos no implica necesariamente una disminución del deseo de emigrar, sino un cambio en las rutas y las oportunidades disponibles.
Endurecimiento de las políticas migratorias
El regreso de Donald Trump a la presidencia marcó un giro en la política migratoria estadounidense. Su administración eliminó el programa de parole humanitario, que permitía entradas legales y seguras a migrantes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela. También se reforzaron los controles fronterizos y la vigilancia marítima, además de reactivar vuelos de deportación hacia La Habana.
En febrero de 2025, un avión con más de 100 deportados cubanos aterrizó en la capital, en medio de un clima de tensión política entre ambos países. Según cifras oficiales, también se han endurecido las condiciones para la solicitud de asilo y protección humanitaria, reduciendo las alternativas legales de ingreso.
Mientras tanto, el gobierno cubano ha expresado que no fue consultado sobre las nuevas medidas y ha calificado las deportaciones como “acciones unilaterales” que no contribuyen a una solución estructural del fenómeno migratorio.
Cuba: causas profundas del éxodo
Aunque las cifras de salida por mar han disminuido, las causas internas de la migración persisten. La crisis económica, la escasez de alimentos y medicinas, la represión política y la falta de libertades individuales siguen empujando a miles de personas a abandonar la isla.
Entre 2021 y 2023, la población cubana se redujo casi un 10%, según datos de organizaciones internacionales, debido principalmente al éxodo. La mayoría de los que emigran son jóvenes profesionales, lo que agudiza la pérdida de capital humano y acelera el envejecimiento demográfico del país.
Riesgo humano y memoria colectiva
Cada balsa hallada en el mar representa un misterio sin resolver: familias que esperan noticias, nombres sin rostro y despedidas que nunca se concretan. En redes sociales, la comunidad cubana mantiene viva una red de búsqueda e identificación que intenta dar nombre a las tragedias anónimas del estrecho.
Las organizaciones humanitarias insisten en que los países involucrados deben garantizar protocolos de búsqueda y rescate efectivos, transparentes y coordinados. Piden que ni la política ni la frontera se impongan sobre el deber moral de proteger vidas humanas.
Un drama que persiste
La balsa encontrada frente a los Cayos de Florida no es solo un vestigio a la deriva. Es una señal de que, aunque las estadísticas puedan mostrar una reducción de cruces, el drama migratorio cubano sigue vivo, alimentado por la desesperanza y la falta de opciones dentro del país.
Mientras las olas arrastran embarcaciones sin destino, el mar Caribe continúa siendo una frontera letal para quienes buscan libertad. Y cada hallazgo, como este, recuerda que detrás de las cifras y los discursos hay historias truncadas, familias incompletas y una nación que sigue buscando futuro más allá del horizonte.