
Los doctores Raúl Vargas y Okanis Borrego abandonaron el programa de salud para el cual trabajaban no sin antes denunciar que trabajan como esclavos y que han llegado incluso a trabajar sin que se les pague.
Los cubanos recibieron inmediatamente apoyo de la Asociación Médica Brasileña (AMB), que ofrece ayuda a quienes deciden abandonar Más Médicos. «Nadie fue obligado a venir a Brasil (…) muchos médicos cubanos querían venir para acá. En mi opinión es el país más desarrollado de América Latina. Pero cuando llegamos nadie sabía que íbamos a ganar menos que los otros médicos del programa» dijo Raúl Vargas.
La primera doctora en denunciar el abuso y la diferencia de salario con profesionales de otros países fue la doctora Ramona Matos Rodríguez quien recibió asilo en Estados Unidos.






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