
En el grupo también se encontraban dos ciudadanos de México residentes en el Distrito Federal acusados de falsificación de documentos y fraude. Los cubanos fueron arrestados después de que la policía recibió una llamada anónima denunciando el caso advirtiendo que los cubanos estaban armados.
Los cubanos y sus cómplices mexicanos compraban los autos con cheques sin fondos y los vendían inmediatamente después sacando grandes sumas de dinero de cada transacción.






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