Durante el fin de semana, surgió una gran polémica respecto a la obtención de una visa de turismo (B2) por parte del actor Alejandro Cuervo, en medio del contexto del Travel Ban que ha afectado a muchas familias cubanas. De acuerdo con el periodista Mario Pentón, la normativa impulsada por el gobierno estadounidense no tiene carácter retroactivo. Es decir, solo afecta a quienes hayan solicitado visa después de su puesta en marcha. Cuervo, al haber recibido la suya el pasado 13 de mayo, quedó fuera del alcance de la prohibición.
Este matiz legal ha sido motivo de confusión en la comunidad cubana en el exilio, donde algunos usuarios de redes sociales expresaron su desconcierto por la presencia del actor en territorio estadounidense. Sin embargo, fuentes oficiales y expertos en migración han confirmado que Cuervo no violó ninguna regulación vigente.
Subrayó que la visa es de una sola entrada y que, aunque muchas personas se preguntan por qué a Cuervo se le permitió la entrada y a otros no, la ley permite que personas con visas válidas puedan ingresar a Estados Unidos bajo la discreción del oficial de aduanas. «No es que se violen las reglas del Travel Ban con determinados casos y con otros no. En el caso de este señor ya tenía una visa anterior, y cuando las personas tienen una visa, pueden entrar a los Estados Unidos», explicó el reportero.
La situación ha reabierto el debate sobre los alcances reales del Travel Ban y la eficacia de las medidas para sancionar a los colaboradores del régimen cubano. Mientras tanto, Cuervo continúa su estancia en Estados Unidos de forma legal y sin restricciones.
Este caso forma parte de una serie de análisis sobre política migratoria cubana publicados por Mario Pentón, quien se ha convertido en una de las principales voces del periodismo de inmigración para la comunidad cubana en el exterior.
En el día de ayer el periodista cubano Javier Díaz logró contactar con Cuervo para conocer de cerca sobre su ingreso a Estados Unidos que ha desatado el debate de los cubanos en el exilio. Según declaraciones del propio Cuervo, el proceso para obtener su visa fue riguroso y estuvo bajo un exhaustivo escrutinio por parte de la Embajada estadounidense.
El actor reveló que le solicitaron información detallada sobre su vida de hasta 15 o 20 años atrás, incluyendo una revisión profunda de sus redes sociales y todos sus proyectos profesionales. “Me pidieron detalles 15 o 20 años atrás de mi vida, de todas mis cuentas, de todos mis proyectos. Sé que fui investigado 100% y si estoy aquí por algo será”, afirmó Alejandro.
Además, Cuervo explicó que su proceso fue puesto en “proceso administrativo”, una etapa que suele implicar revisiones adicionales y que, en algunas ocasiones, ha resultado en la denegación de visas, incluso a personas con perfiles profesionales como maestros en Cuba.
Uno de los puntos más cuestionados durante su llegada fue la supuesta relación de Cuervo con el gobierno o la dictadura cubana. En su diálogo con los entrevistadores, el actor negó tener algún tipo de vínculo directo o beneficio con el régimen y aclaró que su trabajo es independiente, aunque reconoció que su carrera actoral está vinculada a proyectos en Cuba.
Cuando le preguntaron sobre su relación con el régimen cubano respondió sin vacilaciones. No, yo el único trabajo independiente al de la actuación… hago varios trabajos independientes”, expresó y aunque reconoció la difícil situación de Cuba tanto en lo económico como en lo social y político, aseguró que nunca tomaría una decisión que pusiera en riesgo su integridad o la de su familia.
En relación con la existencia de presos políticos en Cuba, Cuervo mostró una posición cautelosa y consciente de las circunstancias en su país. Aseguró que nadie le impone lo que debe decir y que conoce bien las limitaciones y realidades en las que vive. “A mí en Cuba nadie me dice lo que tengo que decir. Yo soy perfectamente lo que tengo, lo que puedo y lo que no debo decir”, afirmó el actor.
Además, reiteró que no tiene planes inmediatos de emigrar de Cuba y defendió su decisión de permanecer en la isla, argumentando que, a pesar de las dificultades, considera que es posible vivir con libertad. “Yo vivo en Cuba, pero soy un hombre totalmente libre”, enfatizó Cuervo.