
La madrugada en que el huracán Melissa golpeó el oriente de Cuba quedará grabada en la memoria de miles de familias por toda la isla, entre ellas, la de Daly, una joven de Bayamo conocida en redes sociales como @dalyydanyfamily, quien compartió un video en TikTok narrando el pánico y la desesperación que vivió mientras el huracán Melissa arrasaba su ciudad y con varias otras dejando una estela de destrucción, inundaciones y desesperanza en sus pobladores.
“Esa noche fue aterradora, la verdad no quiero ni recordarlo”, confesó con la voz entrecortada. “Frente a mi casa se veía así, mucho viento y lluvia, pero la verdad no se veían daños tan grandes. Cuando llegó la conexión pudimos darnos cuenta de lo que verdaderamente estaba pasando y fue bien triste”. Su relato se ha vuelto viral, convirtiéndose en una de las crónicas más humanas del desastre que azotó la región oriental.
Un país a oscuras: días sin electricidad, agua ni alimentos
Después del paso del huracán, la joven cubana relató que su vida cotidiana cambió por completo al igual que la de muchas personas. En el video mostró imágenes desalentadoras de casas bajo agua y varias brigadas de rescate ayudando a los damnificados. “Hubo muchísimos derrumbes y pérdidas materiales. No tenemos todavía la dimensión de la gravedad del asunto, no sabemos cuántas pérdidas humanas han ocurrido”, señaló.
El panorama descrito coincide con reportes de varias zonas donde la falta de electricidad y agua potable se prolonga por días, agravando la crisis alimentaria que ya golpeaba a las familias antes del ciclón. A ello se suma el calor extremo, la escasez de medicamentos y la imposibilidad de conservar alimentos o mantener condiciones higiénicas básicas.
Independientemente de la triste situación en la que se encuentra ahora mismo dice estar feliz de tener salud y sobrevivir a este fenómeno de gran magnitud. “Mi refrigerador está completamente descongelado y lo que tengo es ya muy poco, pero sé que estoy igual que la mayoría de las personas en el oriente cubano, incluso mejor que muchas que no tienen nada que llevarse a la boca”, agregó esperanzada de que el panorama cambie lo antes posible.
@dalyydanyfamily Así vivimos el HURACÁN MELISSA EN CUBA 🇨🇺😢 #cuba #cubanos #huracan #cubanosporelmundo🇨🇺 #huracancuba ♬ sonido original – Daly LA CUBANA🇨🇺 
Solidaridad desde la desesperación
A pesar del miedo y las pérdidas, Daly decidió transformar su experiencia en un gesto de ayuda. En su video, ofreció un colchón y algo de ropa para quienes lo perdieron todo, invitando a sus seguidores a contactarla si conocen a personas necesitadas en Bayamo. “Si conoces alguna persona de Bayamo que haya sufrido pérdidas, déjame dicho en los comentarios para ponerme en contacto con ella”, comentó.
Su mensaje se ha replicado en redes, inspirando a otros cubanos a organizar campañas solidarias y compartir recursos. Su publicación simboliza la resistencia y empatía del pueblo cubano ante la adversidad, recordando la importancia de la solidaridad en tiempos de crisis.
Devastación generalizada en el oriente de Cuba
Melissa tocó tierra con vientos superiores a los 200 km/h, causando apagones totales, derrumbes y fuertes inundaciones en provincias como Granma, Holguín, Santiago de Cuba y Guantánamo. Las lluvias torrenciales hicieron colapsar puentes, destruyeron carreteras y arrastraron viviendas enteras.
En Bayamo, donde reside Daly, la situación fue especialmente crítica: barrios completos quedaron bajo el agua, y los residentes pasaron la noche refugiados en casas vecinas o improvisando refugios con lo que encontraban a mano. Una de las imágenes más impactantes que circula muestra una vivienda de dos plantas con la planta baja completamente sumergida.
Las comunicaciones siguen inestables, y se reportan comunidades aisladas donde no ha llegado ayuda ni información oficial. “Todavía hay familias que no saben si sus seres queridos están vivos”, comentó un residente en declaraciones recogidas por medios independientes.
Las secuelas: miedo, incertidumbre y un futuro incierto
El paso del huracán Melissa dejó un saldo todavía no cuantificado de pérdidas humanas y materiales. Las autoridades cubanas no han ofrecido un balance oficial, y los reportes ciudadanos describen una situación crítica en varias provincias, con caminos intransitables, hospitales sin energía y escuelas convertidas en refugios.
La destrucción de la infraestructura eléctrica y vial en el oriente del país plantea un enorme desafío para la recuperación, especialmente en zonas rurales donde los suministros apenas llegan. Organismos internacionales y comunidades en el exilio han comenzado a movilizar donaciones de alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad hacia Cuba, aunque persisten dudas sobre la distribución y la transparencia del proceso.
Un fenómeno que reabre viejas heridas
Melissa se suma a una larga lista de huracanes que han golpeado a Cuba en las últimas décadas, dejando no solo destrucción material, sino también secuelas emocionales y psicológicas. En regiones como Granma y Holguín, donde los ciclones son recurrentes, muchas familias viven en viviendas precarias, sin recursos para resistir vientos de alta intensidad.
“El miedo no se va”, confiesa Daly. “Cada vez que oigo el viento fuerte o cae un aguacero, me tiemblan las manos”. Su historia encarna el trauma colectivo de miles de personas que, año tras año, enfrentan la temporada ciclónica con temor y resignación.
Entre el dolor y la esperanza
Mientras los equipos de rescate intentan restablecer la normalidad, la prioridad sigue siendo garantizar alimentos, agua y refugio para los damnificados. La reconstrucción tomará meses, tal vez años, en medio de una economía ya debilitada por la escasez crónica y la falta de recursos estatales.
Aun así, en medio de la tragedia, emergen gestos de humanidad que dan esperanza. En palabras de la joven cubana:
“Nos queda ayudarnos unos a otros. Si no lo hacemos nosotros, nadie más lo va a hacer”.
					




