El insólito intento de fuga reaviva el debate sobre la seguridad en cruceros y el control de grandes sumas de dinero en puertos estadounidenses.
Un hecho digno de guion cinematográfico sacudió a Puerto Rico el pasado 7 de septiembre de 2025, cuando un pasajero del crucero Rhapsody of the Seas, de la naviera Royal Caribbean, se lanzó al mar en pleno proceso de desembarque. El protagonista del episodio fue Jey González-Díaz, quien habría buscado escapar de una deuda de juego de más de 16 000 dólares y de los requisitos de declaración de efectivo ante las autoridades federales.
El salto en San Juan
El crucero había zarpado de San Juan, Puerto Rico el 31 de agosto, realizó varias escalas en el Caribe y regresaba a puerto cuando, alrededor de las 9 de la mañana, González-Díaz sorprendió a la tripulación y pasajeros al lanzarse por la borda una vez que la embarcación tocó puerto en Barbados, según explica la denuncia penal que presentaron en el Tribunal de Distrito de los EE.UU para el distrito de Puerto Rico.
Videos de seguridad muestran que, tras caer al agua, lo rescató una persona en una moto acuática, lo que facilitó su rápida huida hacia tierra firme. El inusual escape generó alarma y activó los protocolos de seguridad de la naviera.
Arresto y hallazgos comprometedores
Horas más tarde, agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) localizaron a González-Díaz frente al Capitolio de Puerto Rico. En su poder hallaron 14 600 dólares en efectivo, dos teléfonos móviles y cinco identificaciones diferentes, una de ellas vinculada a un hombre actualmente preso en EE. UU. por delitos de drogas y armas. El detenido alegó que esa persona era su hermano.
En declaraciones posteriores, González-Díaz dijo en español que había saltado porque “no quería declarar la moneda en su posesión porque pensaba que lo iban a someter a impuestos”.
Cargos federales
La Fiscalía lo acusó formalmente de evadir los requisitos federales de reporte de moneda, que obligan a declarar toda suma superior a 10 000 dólares al ingresar a territorio estadounidense. De ser hallado culpable, enfrenta hasta cinco años de prisión y multas que podrían ascender a 250 000 dólares. Fue puesto en libertad bajo fianza mientras espera juicio.
Royal Caribbean reveló a los investigadores que González-Díaz había sido inscrito en sus registros bajo la identidad de Jeremy Díaz. De acuerdo con la denuncia, el pasajero acumulaba una deuda de 16,710.24 dólares con la naviera, la cual estaría relacionada casi en su totalidad con consumos en el casino y actividades de apuestas a bordo.
Según la denuncia, al rastrear las múltiples identificaciones de González-Díaz, las autoridades descubrieron que Jeremy Omar González-Díaz se encuentra recluido desde enero en el Centro de Detención Metropolitano de Guaynabo, Puerto Rico. Ante los investigadores, Jey González-Díaz afirmó que esa persona era su hermano.
Poco después el acusado quedó en libertad luego de pagar la fianza impuesta por un juez. La denuncia precisa que, en caso de condena, Jey González-Díaz enfrentaría una sanción que podría alcanzar los 250,000 dólares de multa y hasta cinco años de prisión. Hasta ahora, no ha trascendido si dispone de un abogado defensor.
Casinos a bordo y deudas millonarias
El incidente pone bajo la lupa los casinos en los cruceros, una fuente de entretenimiento lucrativa para las compañías, pero también un espacio que ha generado polémica por incentivar deudas entre pasajeros. Según reportes del barco, González-Díaz había acumulado más de 16 000 dólares en pérdidas durante el viaje, lo que podría haber motivado su desesperada acción.
Antecedentes de incidentes en cruceros
Aunque inusual, no es la primera vez que un pasajero protagoniza un episodio de este tipo. En los últimos años se han registrado casos de personas que caen accidental o intencionalmente al mar desde cruceros, algunos con consecuencias fatales. Sin embargo, la particularidad de este caso radica en el intento deliberado de evadir tanto una deuda de juego como las regulaciones aduaneras de EE. UU.
En agosto de 2024, por ejemplo, pasajeros de un vuelo de American Airlines desde Puerto Rico a Miami quedaron varados en las Bahamas y fueron tratados como “inmigrantes ilegales” al no tener pasaporte, lo que generó debates similares sobre protocolos de movilidad y control fronterizo.
Impacto y debate abierto
El suceso ha generado preguntas sobre la eficacia de los sistemas de seguridad marítima y portuaria, así como sobre la necesidad de revisar las políticas de juego a bordo de los cruceros. Royal Caribbean no ha ofrecido comentarios inmediatos sobre el caso, aunque se espera que la investigación interna continúe en paralelo al proceso judicial federal.
Para muchos analistas, el episodio revela la intersección de tres factores sensibles: la presión financiera del juego, las obligaciones legales de declarar dinero en efectivo y la vulnerabilidad de la seguridad marítima.