En un fallo que podría reconfigurar el modo en que las políticas federales se aplican en todo el país, la Corte Suprema de Estados Unidos decidió este jueves permitir de manera parcial que el expresidente Donald Trump haga cumplir su controvertida orden ejecutiva que restringe el derecho a la ciudadanía por nacimiento, mientras continúa la batalla legal en tribunales inferiores.
La decisión, adoptada con una votación de 6-3, no se pronuncia sobre la legalidad sustantiva de la orden de Trump, sino sobre el alcance de las medidas cautelares —conocidas como “injunctions universales”— emitidas por tribunales federales que habían bloqueado su implementación a nivel nacional.
Qué implica la decisión
La Corte Suprema estableció que las órdenes judiciales que frenan políticas federales no deben necesariamente aplicarse en todo el país si los demandantes están ubicados en zonas geográficas específicas. En otras palabras, la orden de Trump seguirá bloqueada para los estados, organizaciones y personas que interpusieron demandas, pero podría implementarse en otros lugares donde no existan demandas en curso.
La jueza Amy Coney Barrett, quien redactó la opinión mayoritaria, sostuvo que los tribunales federales probablemente han excedido su autoridad constitucional al imponer bloqueos de alcance nacional. “Las injunciones universales no están amparadas en el poder equitativo tradicional de los tribunales y generan efectos más allá de las partes que interponen demandas”, escribió Barrett.
La orden de Trump y su contexto
Emitida durante su administración, la orden de Trump busca restringir el principio consagrado en la Enmienda 14 de la Constitución de Estados Unidos, que garantiza la ciudadanía automática a toda persona nacida en suelo estadounidense, independientemente del estatus migratorio de sus padres. El expresidente ha sostenido que esta práctica incentiva la inmigración ilegal y el llamado “turismo de maternidad”.
Diversas organizaciones de derechos civiles y gobiernos estatales demandaron la orden, calificándola de inconstitucional y contraria a más de un siglo de jurisprudencia que protege la ciudadanía por nacimiento.
Debate sobre las “injunctions universales”
Más allá de la controversia migratoria, el fallo abre un debate profundo sobre el papel del Poder Judicial en frenar políticas federales. Las injunctions universales se han convertido en una herramienta frecuente en las últimas décadas, utilizadas para bloquear acciones presidenciales que se consideran ilegales, con efectos inmediatos y a nivel nacional.
Sin embargo, la Corte Suprema expresó preocupación de que estas medidas puedan provocar una parálisis de políticas federales debido a decisiones tomadas por jueces de distritos individuales. “Permitir que un solo tribunal federal bloquee la acción ejecutiva en todo el país crea un desequilibrio institucional y fragmenta el sistema legal”, señala la opinión de la mayoría.
Disidencia y críticas
Las juezas Sonia Sotomayor, Elena Kagan y Ketanji Brown Jackson disintieron del fallo, alertando sobre un posible escenario de “caos jurídico” en el que la legalidad de políticas federales variaría de un estado a otro. “Esto creará un mosaico legal donde los derechos constitucionales de las personas dependerán de dónde se encuentren”, advirtieron en su escrito de disenso.
Organizaciones defensoras de los derechos migratorios también manifestaron su alarma ante el riesgo de que familias migrantes puedan perder la protección constitucional en ciertos estados mientras persisten las batallas judiciales. Más allá del lenguaje jurídico y las batallas en tribunales, la nacionalidad por nacimiento tiene consecuencias profundamente humanas. Para millones de niños nacidos de padres migrantes, representa la posibilidad de crecer sin el temor constante a la deportación, de estudiar, trabajar y construir una vida en libertad.
Próximos pasos
Por ahora, la orden de Trump no puede aplicarse en las zonas donde hay demandas en curso. El gobierno federal dispone de 30 días para emitir directrices que aclaren dónde y cómo podría entrar en vigor la medida.
La decisión deja en suspenso el destino definitivo de la orden sobre la ciudadanía por nacimiento, que volverá a los tribunales inferiores para resolver su fondo constitucional. Analistas legales anticipan que el caso podría regresar a la Corte Suprema en el futuro, para definir finalmente si la Enmienda 14 sigue garantizando la ciudadanía automática a todos los nacidos en suelo estadounidense.
Mientras tanto, el fallo marca una importante victoria táctica para Trump, quien ha criticado durante años las decisiones judiciales que bloquean sus políticas a nivel nacional. La controversia promete seguir alimentando el debate sobre inmigración, separación de poderes y el alcance de las decisiones judiciales en Estados Unidos.
La nacionalidad por nacimiento es el principio legal según el cual toda persona nacida en el territorio de un país adquiere automáticamente la ciudadanía de ese país, sin importar el estatus migratorio de sus padres. En Estados Unidos, este derecho está consagrado en la Enmienda 14 de la Constitución, ratificada en 1868 tras la Guerra Civil. El texto señala: “Todas las personas nacidas o naturalizadas en Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del estado en el que residan». Esto significa que, si un niño nace en suelo estadounidense, es ciudadano estadounidense desde el momento de su nacimiento, incluso si sus padres están en el país de manera irregular o son extranjeros.
Para las familias migrantes, la nacionalidad por nacimiento es una puerta hacia la seguridad y la estabilidad. Estos son algunos de los motivos clave:
- Protección legal y derechos civiles: Ser ciudadano estadounidense otorga derechos constitucionales plenos, incluyendo la protección contra deportaciones, el derecho a permanecer en el país y acceso a ciertos programas gubernamentales.
- Acceso a educación y beneficios sociales: Los hijos nacidos en EE.UU. pueden acceder a becas, ayudas económicas, y a un camino más sencillo para estudiar y trabajar legalmente.
- Reunificación familiar: Ciudadanos estadounidenses pueden, al cumplir la mayoría de edad, solicitar la residencia legal para sus padres y otros familiares, lo que facilita la legalización de su estatus migratorio.
- Identidad y sentido de pertenencia: Para muchos hijos de migrantes, ser ciudadanos les otorga identidad, arraigo y la posibilidad de integrarse plenamente en la sociedad estadounidense.