
Pasajeros procedentes de Cuba arribaron a Miami en medio de la conmoción que dejó el paso del huracán Melissa por el Caribe y, más recientemente, por el oriente de la isla. Los viajeros, entrevistados por Telemundo 51 en el Aeropuerto Internacional de Miami, describieron escenas de tensión, cortes eléctricos, fuertes ráfagas de viento y un temor constante mientras el fenómeno se desplazaba sobre el territorio cubano.
Muchos de ellos relataron que la decisión de salir de la isla fue tomada casi a última hora, motivada por la inestabilidad climática y las advertencias de las autoridades cubanas. “Las provincias orientales si están críticas porque hay muchas lluvias e inundaciones”, contó una de las pasajeras, que reside en Pinar del Río y quien aseguró se estaba haciendo donaciones en la población para las regiones afectadas.
Otros manifestaron preocupación por las familias que quedaron atrás, especialmente en provincias como Santiago de Cuba y Guantánamo, donde se reportaron deslizamientos de tierra e inundaciones severas, así como expresaron temor por la crisis sanitaria que enfrenta el país. «Con la situación que hay en Cuba con las enfermedades y ahora con estas aguas es complicado», dijo un hombre.
La llegada a Miami: alivio y preocupación
En el Aeropuerto Internacional de Miami, las imágenes mostraron expresiones de alivio entre los pasajeros recién llegados. Para muchos, este viaje significó no solo escapar del peligro inmediato, sino también reencontrarse con familiares que residen en el sur de Florida. Sin embargo, el sentimiento dominante no era solo de tranquilidad: varios viajeros manifestaron ansiedad por la falta de comunicación con sus seres queridos en Cuba, debido a los cortes eléctricos y de internet que dejó el huracán.
Algunos cubanos explicaron que los vuelos se habían mantenido en vilo durante los días previos, por lo que lograr despegar hacia Miami fue una combinación de suerte y oportunidad. “No sabíamos si íbamos a poder salir. Cuando el avión finalmente despegó, fue como un respiro”, comentó otra pasajera al canal local.
El impacto de Melissa en la isla
El huracán Melissa azotó el Caribe con una fuerza inusual para esta etapa de la temporada. Luego de causar daños importantes en Jamaica, la tormenta se dirigió hacia el oriente cubano, afectando con lluvias torrenciales y vientos sostenidos las provincias más vulnerables del país. Las autoridades locales reportaron cortes generalizados de energía, afectaciones en carreteras y la evacuación preventiva de miles de personas.
En Santiago de Cuba, las precipitaciones provocaron deslizamientos de tierra en zonas montañosas y daños en viviendas de estructuras precarias. En Guantánamo, comunidades costeras sufrieron el impacto de marejadas y crecidas repentinas de los ríos. Aunque el sistema comenzó a debilitarse al internarse en tierra, las lluvias persistentes continuaron amenazando la estabilidad del terreno y la seguridad de los habitantes.
En esta misma provincia se reportó en horas tempranas de la mañana un grupo de 17 personas entre ellos niñas y ancianos que quedaron incomunicados en una zona montañosa de la Loma del Cimarrón producto de un deslizamiento de tierra. Según las autoridades del territorio varios equipos de rescate estaban intentando llegar a su ubicación para poder evacuarlos antes que ocurriera una tragedia.
En la provincia de Holguín también se reportaron intensas precipitaciones que conllevaron al desborde de ríos como el de Sagua de Tánamo que dejó sepultada a un gran número de viviendas como se muestra en las redes sociales.

Conexiones entre Cuba y Miami ante los desastres naturales
Este tipo de episodios refuerza los estrechos vínculos entre Cuba y el sur de Florida, una relación marcada por la historia migratoria, los lazos familiares y la cercanía geográfica. Cada evento meteorológico de gran magnitud que afecta a la isla tiene repercusiones directas en Miami, donde vive una de las comunidades cubanas más grandes fuera del país.
Durante emergencias como Melissa, grupos de ayuda comunitaria, iglesias y organizaciones de la diáspora suelen coordinar esfuerzos para enviar suministros, recaudar fondos o facilitar información sobre el estado de las familias en Cuba. El fenómeno no solo evidencia la vulnerabilidad climática del Caribe, sino también la resiliencia de una comunidad acostumbrada a enfrentar crisis y reconstruirse una y otra vez.

Un reflejo de la vulnerabilidad del Caribe
El paso del huracán Melissa deja una lección clara sobre los efectos crecientes de los fenómenos meteorológicos extremos en la región. Tanto Cuba como otros países caribeños se enfrentan a desafíos de infraestructura, preparación y respuesta ante desastres, mientras el cambio climático intensifica la frecuencia y la fuerza de los huracanes.
Para los cubanos que llegaron a Miami, este viaje no fue simplemente un traslado aéreo, sino una experiencia cargada de miedo, esperanza y preocupación por lo que dejaron atrás. La tormenta, que ya se aleja del Caribe, seguirá siendo recordada no solo por su potencia destructiva, sino por las historias humanas que provocó a su paso.





