
Iván Romero, de 40 años y oriundo de Camagüey ha explicado a las autoridades migratorias que prefieren ser devueltos a Haití antes que deportados a Cuba, donde temen represalias por parte del gobierno, como que les imposibiliten conseguir empleo o volver a salir del país.
“El que va deportado para Cuba más nunca es una persona”, dijo Romero en conversación telefónica con el Nuevo Herald desde el centro de detención, donde dijo que están “muy mal, en condiciones pésimas” y sumidos en una gran incertidumbre sobre su destino.
El grupo entero teme que en cualquier momento sean llamados para ser trasladados a Cuba, después de 13 días de detención, los oficiales de inmigración del centro solamente les habían tomado huellas dactilares y fotos, pero no los habían entrevistado.






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