Un joven cubano de 18 años, estudiante de secundaria en Miami y con aspiraciones de servir como bombero, fue detenido esta semana por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tras presentarse a una cita rutinaria en la oficina de Miramar, Florida. Su arresto, ocurrido a pesar de que llegó a Estados Unidos siendo menor de edad y de que no cuenta con antecedentes criminales, ha desatado críticas de familiares, activistas y sectores de la comunidad cubana en el exilio.
De acuerdo con el testimonio ofrecido por Suzel Araguez Cruz al periodista Mario J. Pentón, el joven fue citado por ICE y, después de más de cinco horas en las instalaciones de la agencia, se le comunicó que estaba arrestado.
Un perfil de integración truncado
El joven, cuyo nombre no ha trascendido públicamente, se encontraba en su último año de high school y había participado durante dos años en el programa de cadetes de Coral Gables, donde se preparan jóvenes interesados en carreras de servicio público. Según allegados, soñaba con ingresar a la academia de bomberos y construir un futuro en Estados Unidos, país al que arribó siendo adolescente en busca de mejores oportunidades.
“Él solo quería estudiar y trabajar. No es justo que lo traten como un criminal”, declaró su tía tras conocer la noticia de su detención.
Obstáculos en el proceso migratorio
La familia había contratado abogados para iniciar los trámites de regularización bajo la Ley de Ajuste Cubano, que otorga la posibilidad de obtener la residencia permanente al cabo de un año y un día de permanencia en territorio estadounidense. Sin embargo, en la práctica, ese camino se ha visto obstaculizado en los últimos tiempos por la negativa de ICE a conceder paroles, un permiso clave que permite acceder al beneficio de la ley.
En una cita anterior, el joven recibió un documento I-220A, conocido como “orden de supervisión”, que le permitía permanecer en libertad bajo control migratorio mientras avanzaba su caso. Durante la cita de esta semana, sin embargo, ICE no evaluó su expediente: los agentes le solicitaron el pasaporte y, tras recibirlo, lo arrestaron inmediatamente.
Críticas a ICE y acusaciones de arbitrariedad
La familia sostiene que desconocían las consecuencias de entregar el pasaporte, el cual ahora podría ser usado para agilizar un eventual proceso de deportación. «ICE está deteniendo personas arbitrariamente para cumplir con cifras, sin sentido común ni sensibilidad», afirmó la tía. «No puede ser tratado como un número más en una estadística cuando todo su esfuerzo y su vida están aquí», agregó.
Abogados y activistas señalan que este tipo de detenciones reflejan un patrón de actuaciones “arbitrarias” de ICE, donde personas sin historial criminal ni riesgo para la seguridad pública son arrestadas en oficinas de supervisión migratoria. Para algunos críticos, se trata de un mecanismo para cumplir cuotas de detenciones sin sensibilidad hacia las circunstancias particulares de los migrantes.
Casos similares en otros estados
El arresto recuerda el caso de Wendy Vega Lores, una joven cubana de 19 años detenida en Texas el 16 de junio del presente año, también tras acudir a una cita migratoria. Ella tenía una solicitud de asilo pendiente y carecía de antecedentes penales, pero igualmente la arrestaron y la pusieron bajo custodia en el centro de detención de Karnes.
Con un historial académico brillante y experiencia en voluntariado, Wendy culminó la secundaria en solo dos años y se preparaba para aplicar a una facultad de Medicina, con la meta de convertirse en pediatra. Ahora, sin embargo, se encuentra sumida en la ansiedad y los ataques de pánico, lejos de su hermano menor, mientras aguarda una decisión judicial sobre su posible libertad bajo fianza.
«Es muy triste ver la situación en la que estamos. Aquí hay personas que no hicieron nada malo y sin embargo las tienen encerradas», afirmó en aquel entonces a Univisión.
Ambos incidentes generaron alarma entre la comunidad cubana, al mostrar que jóvenes que crecieron en EE.UU., que cumplen con las exigencias de supervisión de ICE y que buscan legalizar su estatus, pueden ser detenidos sin previo aviso.
Un contexto de endurecimiento migratorio
El endurecimiento de las acciones de ICE contra migrantes cubanos ocurre en un momento de alta tensión. Desde 2022, el flujo de cubanos hacia Estados Unidos se disparó, alcanzando cifras récord. Muchos de esos migrantes ingresaron de forma irregular por la frontera sur y recibieron documentos de supervisión como el I-220A, que en la práctica los coloca en una situación de limbo legal.
Organizaciones proinmigrantes denuncian que la falta de un camino claro hacia la residencia está creando una población de jóvenes cubanos “atrapados entre la integración y la amenaza constante de deportación”. Además, subrayan que el impacto es mayor en aquellos que llegaron siendo menores de edad, con vínculos fuertes en EE.UU. y sin prácticamente relación con la vida en Cuba.
Reacciones en la comunidad
El caso ha provocado indignación entre miembros del exilio y defensores de derechos humanos en Miami. Varios activistas han pedido la revisión del proceso y el cese de detenciones de jóvenes que cumplen con las normas y carecen de historial delictivo.
“Es inconcebible que muchachos que estudian, que se preparan para servir a esta sociedad, terminen tratados como si fueran delincuentes”, afirmó un abogado de inmigración consultado.
Al mismo tiempo, en redes sociales numerosos cubanos han expresado temor por sus propias citas migratorias, ante la posibilidad de terminar detenidos aun estando en procesos legales abiertos.
Debate pendiente
La situación del joven detenido en Miramar reaviva el debate sobre la aplicación de la Ley de Ajuste Cubano en el contexto actual, el uso del I-220A como sustituto precario del parole y el rol de ICE en la ejecución de políticas que, para muchos, no distinguen entre migrantes con perfiles criminales y jóvenes con proyectos de vida integrados en Estados Unidos.
Mientras tanto, la familia del muchacho busca alternativas legales para evitar su deportación y reclama que se evalúe su caso con humanidad, considerando que llegó siendo menor de edad y que su vida está anclada en Estados Unidos.