Cubano enciende las redes al posar en un lujoso Cadillac en Holguín: «Viviendo como un rey en Cuba»

Foto: Video de TikTok de @descubriend0cuba

En una Cuba donde la escasez, los apagones y los salarios bajos marcan la cotidianidad, un video se convirtió en tema nacional y de debate en las redes sociales. En la plataforma TikTok, el usuario @descubriend0cuba publicó imágenes de un hombre en Holguín posando junto a un Cadillac de lujo, acompañado del mensaje: “Viviendo en Cuba como un rey”.

En el clip, el protagonista aparece sonriente, con una camiseta negra y un sombrero de ala ancha, mientras muestra el reluciente automóvil que destaca entre las calles polvorientas del oriente cubano. El breve video, aunque sin palabras, desató una conversación que va mucho más allá del entretenimiento digital.


Reacciones divididas: admiración, incredulidad y crítica social

Las respuestas no tardaron en llegar, miles de usuarios comentaron el video, generando una intensa polarización. Algunos elogiaron al dueño del vehículo, viéndolo como símbolo de éxito personal o de “supervivencia con estilo” en un país donde poseer un carro —y más aún un Cadillac— es casi imposible. “Bro bendiciones aquí hay muchos envidiosos que no tienen para la letra ese es pago”, opinó un usuario.

Sin embargo, la mayoría expresó indignación y desconcierto sobre la procedencia del dinero en un país donde el salario medio no alcanza para comer. Otros denunciaron la ostentación como una provocación en un contexto de crisis económica, escasez de alimentos, falta de combustible y apagones generalizados. «El rey sin luz». «Un rey sin corona. La corona la tiene Díaz-Canel». «Deja que Raúl se entere», son otros comentarios de los internautas.

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Un lujo inalcanzable en un país empobrecido

Un Cadillac moderno en la isla constituye un símbolo de desigualdad económica. Mientras la mayoría de los cubanos sobrevive con ingresos equivalentes a menos de 20 dólares al mes, un automóvil de este tipo puede costar lo mismo que una o varias viviendas promedio.

En un país donde los vehículos más comunes son los almendrones —autos estadounidenses de los años 50, mantenidos con ingenio y repuestos improvisados—, un Cadillac reluciente parece una escena de otro mundo. Su mera existencia plantea preguntas sobre los canales de acceso a la riqueza, la economía informal y el creciente peso de las remesas, el turismo y el sector privado.

Redes sociales como escaparate de una nueva realidad cubana

El fenómeno no es aislado, en los últimos años, las redes sociales se han convertido en un escaparate de la desigualdad cubana. Cada vez más perfiles muestran mansiones, fiestas privadas, viajes y artículos de lujo, contrastando con la precariedad de hospitales, apagones diarios y desabastecimiento generalizado.


Para muchos, estas publicaciones son una forma de “vivir con aspiraciones», mientras otros las interpretan como una evidencia de la brecha social que crece en la isla desde la apertura económica parcial y la aparición de negocios privados con acceso a divisas.

De la curiosidad al símbolo político y social

La aparición del Cadillac no solo generó curiosidad, sino que se convirtió en un símbolo de debate político y moral. En una sociedad que durante décadas promovió la igualdad como valor central, la exhibición del lujo despierta incomodidad y cuestionamientos sobre los que realmente pueden acceder a esos bienes, el papel juega las conexiones, el envío de remesas o el turismo extranjero y hasta qué punto la ostentación se vuelve una provocación en medio del sacrificio colectivo.

Una Cuba de contrastes

La escena del Cadillac en Holguín sintetiza la paradoja cubana del siglo XXI: una nación donde el ingenio y la precariedad conviven con bolsillos de prosperidad privada. Mientras el país enfrenta una de sus peores crisis económicas en décadas, surgen imágenes que retratan una Cuba desigual, donde algunos parecen “vivir como reyes” y otros luchan simplemente por conseguir un litro de aceite o unas libras de arroz.

El video, lejos de ser un hecho anecdótico, deja una pregunta abierta sobre el rumbo social y ético del país: ¿hasta qué punto las redes sociales reflejan una nueva realidad económica o simplemente amplifican una ilusión de prosperidad en medio de la escasez?


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