
Los agentes de inmigración comenzaron a investigar a fondo y encontraron que Victoria Huizinga Hernández tenía antecedentes penales y el hecho de que había sido previamente deportada después de ser condenada por robo a mano armada en Nueva York.
Victoria Huizinga Hernández, después de ser interrogada aseguro a los agentes que la razón por la que había regresado a Estados Unidos, a pesar de su expulsión previa, era tratar de que su madre, cubanoamericana de 80 años de edad y que sufre de cáncer, regresara con ella a Cuba.
Por suerte para la cubana la fiscalía federal de Miami le creyó y tras llegar a un acuerdo aprobado por el juez no tuvo que ir a juicio y su castigo solo termino con la deportación por entrar de manera ilegal a Estados Unidos. De haber ido a juicio y ser hallada culpable podía haber sido condenada a 20 años de cárcel.






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