Cubamax recibe luz verde del Banco Central para enviar remesas y entregar dinero en efectivo en Cuba

El Banco Central de Cuba (BCC) autorizó oficialmente a la empresa estadounidense Cubamax Travel para operar como proveedor de servicios de remesas hacia Cuba, incluyendo la entrega directa de dinero en efectivo a beneficiarios dentro del país. La resolución 135/2025 publicada en la Gaceta Oficial, se produce en un momento de fuerte presión económica sobre la población cubana y reaviva el debate sobre el papel de las remesas como uno de los principales sostenes financieros de los hogares en la isla.

La autorización marca un nuevo capítulo en el complejo y cambiante escenario de las transferencias de dinero desde el exterior, afectado en los últimos años por sanciones, restricciones regulatorias, escasez de divisas y la progresiva pérdida de liquidez del sistema bancario cubano.


¿Qué implica la autorización del Banco Central?

Según la información disponible, el permiso concedido por el BCC habilita a Cubamax a realizar actividades de transmisión de fondos, una categoría regulada que permite canalizar remesas enviadas desde el extranjero hacia destinatarios en Cuba. Un elemento clave de esta autorización es la posibilidad de entregar efectivo dentro del territorio nacional, una opción especialmente relevante en un contexto donde el acceso a dinero físico se ha vuelto cada vez más limitado.

A diferencia de otros esquemas de remesas que operan mediante tarjetas prepago, cuentas bancarias o plataformas electrónicas, la entrega de efectivo ofrece una alternativa directa para beneficiarios que enfrentan restricciones tecnológicas, bancarias o simplemente la falta de efectivo en sucursales y cajeros automáticos.

El documento expone que la empresa logró respaldar formalmente su operación al presentar documentación verificable que certifica la vigencia de su licencia como transmisor de dinero en Estados Unidos (Licencia FT 230000013), concedida por la Oficina de Regulación Financiera de Florida el 4 de agosto de 2010.

Además, detalla que Cubamax acompañó su solicitud con un estudio de factibilidad, un plan de negocios y un conjunto de políticas internas diseñadas para prevenir el lavado de activos y el financiamiento al terrorismo, elementos que, según el texto, resultaron clave para sustentar su autorización.

Aclaraciones oficiales frente a rumores

Tras la difusión de la noticia, el Banco Central de Cuba emitió aclaraciones públicas para desmentir información falsa que comenzó a circular en redes sociales. Entre los rumores más extendidos figuraban supuestas donaciones gratuitas de dinero o programas especiales de entrega de efectivo sin respaldo en remesas reales.


Las autoridades subrayaron que la autorización concedida a Cubamax no implica ningún tipo de subsidio, regalo o entrega de dinero sin origen identificado, plazos, sino que se limita estrictamente a la transferencia de fondos enviados por personas desde el exterior, bajo las normas vigentes del sistema financiero cubano.

La resolución, además, consolida un marco de control estatal sobre el operador. En ese sentido, establece que Cubamax deberá nombrar a una representante con residencia en Cuba encargada de recibir notificaciones y requerimientos oficiales, aceptar la supervisión tanto de la Superintendencia de Instituciones Financieras como de la Dirección General de Investigación de Operaciones Financieras, y garantizar una separación contable y patrimonial estricta entre sus operaciones dentro del país y las que desarrolla en el exterior.

Un sistema financiero bajo tensión

La autorización a Cubamax se da en medio de una crisis de liquidez persistente en Cuba. Durante los últimos años, las autoridades han reconocido dificultades para garantizar la disponibilidad de efectivo, mientras promueven pagos electrónicos como respuesta a la escasez de billetes.

Sin embargo, para amplios sectores de la población —especialmente adultos mayores, residentes en zonas rurales o personas sin acceso estable a servicios digitales— el efectivo sigue siendo fundamental para adquirir alimentos, pagar transporte o acceder a servicios básicos. En ese contexto, la posibilidad de recibir remesas en efectivo adquiere una importancia práctica considerable.

El antecedente de las remesas y las sanciones

El anuncio no puede analizarse al margen del historial reciente de las remesas hacia Cuba. Empresas tradicionales como Western Union suspendieron sus servicios en diferentes momentos, principalmente por restricciones del gobierno de Estados Unidos relacionadas con entidades cubanas vinculadas a las Fuerzas Armadas y al sector estatal.

Cubamax, al igual que otras compañías, también enfrentó interrupciones temporales y ajustes operativos, lo que dejó a miles de familias sin canales formales para recibir ayuda económica del exterior. Como resultado, crecieron las vías informales y alternativas, muchas veces con mayores costos y riesgos.

El impacto potencial en los hogares cubanos

Para millones de familias, las remesas no son un complemento, sino un ingreso esencial frente a la inflación, la dolarización parcial de la economía y el deterioro del salario real. La autorización a Cubamax podría ofrecer un alivio limitado, especialmente si logra operar con regularidad y precios competitivos.

No obstante, economistas y observadores señalan que el impacto real dependerá de varios factores clave, entre ellos, costos y comisiones aplicadas al envío y la entrega del efectivo, capacidad logística de Cubamax para distribuir dinero dentro de la isla, estabilidad regulatoria, en un sistema donde las normas pueden cambiar con rapidez y disponibilidad efectiva de billetes, en un contexto de escasez estructural.

Una decisión bajo la lupa pública

La autorización del Banco Central de Cuba a Cubamax llega en un escenario donde cada decisión relacionada con divisas y remesas es observada con atención, tanto dentro como fuera del país. Para el Gobierno, las remesas siguen siendo una fuente clave de ingreso externo; para la población, representan una tabla de salvación frente al deterioro de las condiciones de vida.

Aunque la medida abre una nueva vía formal para el envío de dinero, persisten dudas sobre su alcance real, sostenibilidad y capacidad de mejorar de forma significativa la situación cotidiana de los beneficiarios. En un país marcado por la crisis económica y la emigración masiva, el flujo de remesas continúa siendo un termómetro sensible del estado de la economía y de las relaciones financieras con el exterior.


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