
Según las autoridades sanitarias el brote en la capital comenzó en un expendedor de alimentos que no tenía síntomas y que había adquirido la enfermedad en la provincia Granma durante un brote anterior. El gobierno llamo a la población a intensificar las medidas de higiene y cuidar lo que se consume en las calles. Por otra parte los establecimientos de comida privados han sido advertidos que no pueden vender productos líquidos a menos que sean preparados con agua hervida.
Las autoridades cubanas no han reportado ningún muerto aunque la «BBC» reporto al menos dos el pasado domingo en el municipio Cerro, uno de los más pobres de la capital.






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