La Comisión del Condado de Miami-Dade aprobó esta semana un nuevo incremento en la tarifa de recogida de basura, lo que representa el quinto ajuste consecutivo en apenas un lustro. Aunque el aumento será relativamente modesto —unos 4 a 5 dólares anuales por hogar—, la medida se enmarca en una coyuntura fiscal crítica: el condado enfrenta un déficit de más de 400 millones de dólares y un ambiente político cada vez más dividido.
Un aumento reducido tras intensas negociaciones
La propuesta inicial presentada por la alcaldía contemplaba un alza del 3 % en la tarifa de saneamiento. Sin embargo, luego de horas de debates y presiones de varios sectores, los comisionados decidieron rebajarla al 0,7 %. El ajuste busca paliar la brecha estructural en el financiamiento del servicio, que desde hace años opera con subsidios, generando desequilibrios financieros en el Departamento de Saneamiento y Residuos Sólidos.
“Este no es un aumento significativo en términos monetarios, pero sí es una señal de que el modelo actual no es sostenible”, señalaron algunos comisionados al justificar la medida.
Contexto: una crisis de finanzas públicas
Miami-Dade arrastra una complicada situación presupuestaria. Según la administración, el déficit proyectado asciende a 400 millones de dólares, lo que obligó a la alcaldesa Daniella Levine Cava a plantear un agresivo plan de austeridad.
El presupuesto del condado, estimado en 12.900 millones de dólares, enfrenta presiones derivadas del aumento de costos operativos, la expansión poblacional y la necesidad de mantener servicios básicos en un entorno de inflación persistente.
Tensión política en la Comisión
El debate en torno al aumento de la tarifa puso en evidencia las divisiones políticas dentro de la Comisión. Algunos comisionados como Juan Carlos Bermúdez reclamaron priorizar áreas como salud pública y medioambiente, mientras que otros como Roberto González tildaron a la alcaldesa de «liberal gastadora» e insistieron en una revisión exhaustiva del presupuesto “línea por línea” antes de aprobar recortes y nuevos impuestos a los residentes.
La alcaldesa Levine Cava defendió su propuesta como una medida necesaria para garantizar la estabilidad financiera del condado. Sin embargo, enfrenta críticas de quienes consideran que la administración no ha sabido contener el gasto y que los ajustes están recayendo de manera desproporcionada en la ciudadanía.
«No sabemos dónde más recortar. Tendríamos que eliminar parques por completo o recortar rutas de autobús. Es una situación bastante grave», advirtió.
Desde julio se han incorporado 67 millones de dólares adicionales a las arcas, aunque la funcionaria advirtió que el camino no está despejado: el desafío presupuestario sigue siendo considerable y aún restan intensas discusiones antes de someter el plan a una segunda votación.
“Son solo unos dólares, pero ya no es uno, son muchos: la renta, la luz, el agua, ahora la basura… todo sube menos el salario”, comentó una residente de Hialeah entrevistada por medios locales.
Según Levine Cava, el agujero en las cuentas públicas responde a una combinación de elementos: la imposición estatal de nuevas oficinas constitucionales, la merma de transferencias de Tallahassee y Washington, y políticas locales que incluyeron recortes tributarios, subsidios al Mundial de 2026 y la utilización de reservas de emergencia para mantener congeladas las tarifas.
Medidas de austeridad: recortes, despidos y cierres
El plan de la alcaldía no se limita al aumento de la tarifa de basura. Incluye una serie de medidas de ahorro que ya generan controversia:
- Despidos y congelación de salarios en distintas dependencias.
- Recortes de entre el 10 % y el 35 % en varios departamentos, lo que afectaría programas sociales y de asistencia comunitaria.
- Cierre de centros comunitarios y reducción de actividades en parques y áreas recreativas.
- Eliminación de oficinas clave, entre ellas la de Nuevos Estadounidenses y la de Seguridad Vecinal.
- Aumento en tarifas del transporte público, lo que podría impactar directamente a usuarios de bajos ingresos.
El impacto en los residentes
Aunque el aumento aprobado sea pequeño en cifras absolutas, para muchos vecinos el anuncio se suma a una cadena de incrementos en servicios esenciales en los últimos años: agua, transporte, tarifas escolares y, ahora, la recogida de basura.
En un condado donde los precios de la vivienda y el costo de vida han alcanzado niveles récord, el “efecto acumulativo” preocupa a familias de ingresos medios y bajos, que sienten que cada ajuste erosiona aún más su capacidad de ahorro.
Una tendencia al alza en los últimos años
El aumento aprobado este 2025 confirma una tendencia de alzas sucesivas. En los últimos cinco años, los contribuyentes han tenido que enfrentar incrementos anuales en la tarifa de basura, que en conjunto superan el 15 %. Esta política, si bien busca equilibrar las finanzas del sistema de saneamiento, ha erosionado la confianza ciudadana en la gestión del condado.
Desafíos a futuro
El condado se enfrenta ahora a un doble reto: por un lado, reducir un déficit histórico sin desmantelar servicios esenciales; por el otro, recuperar la confianza de una población que percibe que paga más por menos.
Mientras tanto, la aprobación de este aumento, aunque simbólicamente menor, refleja la magnitud de la crisis financiera de Miami-Dade y anticipa que nuevas medidas de ajuste podrían estar en camino.