
La Casa Blanca evalúa una propuesta para extender por dos años los subsidios del seguro médico bajo la Ley de Cuidado de Salud Asequible (ACA), una medida que podría evitar un incremento considerable en las primas que millones de estadounidenses tendrían que pagar si la ayuda expira a finales de este año.
La discusión ocurre en un momento crítico, pues la nueva temporada de inscripción ya está en marcha y muchas familias necesitan conocer cuánto costará su póliza para 2026 antes de tomar decisiones.
Los subsidios vigentes han permitido que personas de bajos y medianos ingresos mantengan acceso a planes de salud sin asumir primas excesivas. Sin embargo, la expiración programada para este año ha disparado preocupaciones entre consumidores, aseguradoras y legisladores.
Los puntos centrales del plan preliminar
Según lo reportado por Telemundo, la Casa Blanca analiza un borrador que contempla extender los subsidios durante dos años adicionales, pero con modificaciones clave en su estructura. El cambio más significativo sería la eliminación de los llamados “planes de prima cero”, que han permitido a beneficiarios de ingresos muy bajos acceder a pólizas sin pago mensual.
La propuesta plantea que todos los afiliados aporten una cantidad mínima obligatoria, ya sea un pequeño porcentaje de sus ingresos o una cuota fija que comenzaría desde cinco dólares mensuales.
El documento preliminar también incluye medidas para fortalecer los controles sobre los solicitantes, con la meta de verificar ingresos y evitar posibles abusos al sistema. La administración considera que es necesario mejorar la integridad del programa y ajustar la elegibilidad para lograr un balance entre protección al consumidor y uso eficiente de recursos federales.
Según adelantaron dos personas familiarizadas con el borrador, la Casa Blanca estudia ajustar los requisitos para acceder a los subsidios de Obamacare —un apoyo creado en plena crisis del COVID-19 para aliviar el costo de la atención médica— y limitarlo únicamente a quienes se mantengan por debajo del 700% del nivel federal de pobreza. Las fuentes, que conversaron con The Associated Press bajo condición de anonimato, explicaron que el documento aún está en discusión, pero marca la dirección que el gobierno evalúa tomar.
Los créditos fiscales centrales incluidos en la llamada Ley ACA —siglas de la Affordable Care Act— solían aplicarse únicamente a quienes ganaban hasta el 400% del nivel federal de pobreza. Sin embargo, ese tope quedó sin efecto cuando, durante la pandemia, se aprobaron ayudas temporales que ampliaron el acceso a los subsidios, permitiendo que incluso hogares de ingresos medios e incluso más altos pudieran recibir ese apoyo económico.
“Hasta que el presidente Trump haga un anuncio él mismo, cualquier informe sobre las posiciones de la administración sobre la atención médica es mera especulación”, dijo Kush Desai vocero de la Casa Blanca.
Las consecuencias de no extender la ayuda
Los expertos han advertido que si los subsidios no se renuevan, las primas del mercado de salud podrían elevarse de manera abrupta en 2026. Esto afectaría directamente a millones de familias que dependen de esa asistencia para mantener una cobertura asequible.
La falta de subsidios podría empujar a muchos a renunciar al seguro médico, abriendo la puerta a un incremento en el número de personas sin cobertura y generando mayores presiones sobre hospitales y clínicas.
La situación es especialmente preocupante en un contexto económico donde la inflación, los altos precios de la vivienda y el aumento en el costo general de vida ya golpean los presupuestos familiares. Un aumento adicional en los seguros de salud podría profundizar las tensiones económicas en sectores vulnerables.
Los estadounidenses que intentan inscribirse en planes de Obamacare ya están sintiendo el peso de los incrementos en las primas, pues el periodo de inscripción para la cobertura del próximo año abrió el 1 de noviembre. De no intervenir el Congreso, el afiliado promedio vería cómo el precio de su póliza se al menos duplica en 2025, de acuerdo con un análisis de la organización independiente de investigación en salud KFF.
Un debate con fuerte carga política
La propuesta llega en un escenario donde la administración federal busca dejar su propio sello en el sistema de salud. Extender los subsidios representa un equilibrio entre mantener los beneficios centrales de la ACA y aplicar modificaciones que respondan a visiones más conservadoras sobre el gasto público y la regulación de programas sociales.
El debate también implica negociaciones legislativas. Mientras algunos funcionarios podrían apoyar un acuerdo bipartidista para evitar el aumento de primas, otros consideran que mantener subsidios tan amplios representa un costo fiscal excesivo.
La discusión se perfila como uno de los temas más relevantes en la agenda del Congreso, especialmente al acercarse un año electoral en el que el acceso a la salud continúa siendo un asunto prioritario para los votantes.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, comentó a los reporteros este lunes por la tarde que Trump participa activamente en las discusiones y que su objetivo es impulsar un plan de atención médica que “reforme el sistema y alivie los costos que enfrentan los consumidores”.
Sin embargo, ya comienzan a aparecer indicios de que algunos elementos del plan preliminar de la Casa Blanca podrían atraer respaldo demócrata. La senadora por Nueva Hampshire, Maggie Hassan —una de los ocho integrantes del caucus demócrata que apoyaron la reapertura del gobierno a inicios de mes— señaló que la propuesta “ofrece un punto de partida para negociaciones de verdad”.
“El hecho de que el presidente Trump esté presentando cualquier oferta para extender los créditos fiscales de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio muestra que hay un entendimiento amplio de que la inacción en este sentido causará un daño serio al pueblo estadounidense”, manifestó la senadora.
En 2017, Trump no consiguió poner fin a Obamacare, un revés especialmente incómodo para los republicanos, que por entonces controlaban todos los resortes del poder en Washington. Desde ese fracaso, el Partido Republicano no ha logrado consensuar un plan de salud unificado. Ahora, con la inminente expiración de los subsidios aprobados durante la pandemia, Trump y su bancada ven una nueva oportunidad para intentar redefinir el rumbo del sistema de atención médica y dejar su propia huella en el debate nacional.
Qué falta por resolverse
Aunque el plan está avanzando, todavía no es definitivo. No se han precisado los límites de ingresos que determinarían la elegibilidad bajo las nuevas condiciones ni el calendario exacto para la presentación formal de la propuesta. Tampoco existe certeza sobre la recepción que tendrá en el Congreso, donde podrían introducirse modificaciones o exigirse recortes adicionales.
Por ahora, millones de afiliados siguen pendientes de la decisión final, conscientes de que el futuro de los subsidios determinará el costo real de sus planes de salud y, en muchos casos, su capacidad de mantener una cobertura médica estable en los próximos años.





