Carnota acusa al sistema de salud cubano tras la muerte de su abuelo y desata un fuerte debate en redes sociales: «Lo perdí por culpa de un sistema de salud que falló»

La muerte del abuelo del influencer cubano Carnota, radicado en Estados Unidos, no solo provocó una ola de mensajes de condolencias en redes sociales, sino que volvió a poner sobre la mesa un tema recurrente entre la diáspora cubana: la precariedad del sistema de salud en la Isla y el alto costo emocional que pagan las familias separadas por la migración.

A través de un mensaje publicado en sus plataformas digitales, el creador de contenido compartió su dolor por la pérdida y expresó la frustración de no haber podido acompañar a su abuelo en sus últimos momentos, una experiencia que, según reflejan cientos de comentarios, se repite con frecuencia entre cubanos que viven fuera del país.

“La única tranquilidad en una partida así, sin poder abrazar ni estar presente, es pensar que el cielo está feliz de verlos reencontrarse», escribió con evidente tristeza.

El duelo a la distancia: una herida compartida por miles de emigrados

En su mensaje, Carnota recordó a su abuelo como una figura esencial en su vida y lamentó profundamente la distancia impuesta por la emigración. La imposibilidad de despedirse en persona, participar en el proceso de duelo o incluso acompañar a la familia se convirtió en uno de los ejes emocionales de su testimonio.

“Soñaba con abrazarte algún día. Aprendí de ti lo que es cuidar de la familia, lo que es ser un hombre trabajador y proveer a los suyos”, añadió junto a una foto de su pariente.

Este tipo de vivencias se ha normalizado entre emigrados cubanos, muchos de los cuales enfrentan limitaciones económicas, problemas migratorios o tiempos de espera prolongados que les impiden viajar a Cuba ante una emergencia familiar.

Críticas al sistema de salud cubano

Más allá del homenaje íntimo, el influencer lanzó una crítica directa al estado del sistema sanitario cubano. Según expresó, la enfermedad que afectó a su abuelo no pudo ser atendida de manera adecuada debido a la falta de higiene, recursos médicos y condiciones mínimas en los centros de salud.

«Duele saber que a los dos los perdí por culpa de un sistema de salud que falló, en el país donde crecí, incapaz de vencer un virus provocado por la suciedad y el abandono”, agregó con firmeza.

Carnota aseguró que no se trata de un caso aislado, sino de una situación que ya había impactado previamente a otros miembros de su familia, lo que, a su juicio, evidencia problemas estructurales dentro del sistema de salud del país. Sus palabras conectaron con un discurso cada vez más frecuente entre ciudadanos que denuncian escasez de medicamentos, hospitales deteriorados y una atención médica marcada por la improvisación.

Reacciones en redes: dolor, empatía y denuncias colectivas

Tras la publicación, decenas de usuarios compartieron mensajes de apoyo, pero también aprovecharon el espacio para relatar experiencias personales similares. Entre los comentarios más recurrentes se leyeron expresiones como: “Lo siento mucho, hermano. Mi mamá murió igual, sin medicinas y sin atención. Es una realidad que muchos no quieren ver”. “Duele más no poder despedirse. La distancia mata por dentro”. “No es solo tu abuelo, es un sistema que lleva años fallando y cobrando vidas”. “Pasé por lo mismo con mi padre. La impotencia es enorme cuando estás lejos”.

Estos testimonios reflejan cómo el duelo individual se transforma en una denuncia colectiva, donde la experiencia personal se entrelaza con una crítica estructural al estado de los servicios públicos en Cuba.

Un patrón que se repite: otras figuras públicas alzan la voz

La denuncia de Carnota no ocurre en un vacío. En los últimos años, otros influencers, artistas y figuras públicas cubanas han expresado públicamente su frustración tras perder familiares en la Isla o enfrentar graves problemas de salud sin atención adecuada.

Casos similares han sido compartidos por músicos, actores y creadores de contenido que, desde el exilio, han denunciado la escasez de medicamentos, la falta de equipos médicos y las condiciones de abandono en hospitales cubanos. En varios de estos testimonios, se repite un mismo patrón: enfermedades tratables que se agravan por falta de recursos básicos y familiares que no logran regresar a tiempo para despedirse.

Influencer “Ari de La Habana” publicó recientemente un video en su cuenta de Instagram en el que relató que su propio abuelo falleció por complicaciones derivadas de un brote de chikungunya, al tiempo que señaló que los hospitales estaban saturados y sin capacidad para atender a la población durante la crisis de enfermedades transmitidas por mosquitos.

Estas voces, amplificadas por las redes sociales, han contribuido a visibilizar una crisis sanitaria que, para muchos cubanos dentro y fuera del país, ya no puede ocultarse.

La crisis sanitaria en cifras: impacto y contexto reciente

La denuncia de Carnota se enmarca en una crisis sanitaria de mayor escala que no es aislada ni anecdótica, sino que puede ser dimensionada a través de cifras y tendencias que muestran el deterioro del sistema de salud cubano:

Epidemias y brotes combinados

En los últimos meses, Cuba ha enfrentado un incremento importante en casos de arbovirosis —especialmente dengue y chikungunya— junto con otros virus respiratorios, colocando al sistema de salud bajo una presión sin precedentes. Según reportes internacionales, estas enfermedades se han extendido por varias provincias del país y han contribuido a una crisis epidemiológica compleja.

Un informe reciente indica que el número de casos diagnosticados relacionados con brotes actuales supera los 47.000, lo que ha generado una situación que las autoridades describen como “fuera de control”.

Hospitales saturados y falta de recursos

Medios internacionales han documentado que los hospitales están sobresaturados y las unidades de emergencia enfrentan una alta demanda de pacientes con enfermedades infecciosas, al mismo tiempo que se reportan faltas significativas de medicinas y diagnósticos tardíos o incorrectos. Frente a estas condiciones, fractura aún más la confianza de la población en el acceso a una atención sanitaria oportuna y adecuada.

Organizaciones internacionales como la Organización Panamericana de la Salud también han señalado daños en cerca de 385 centros de salud por deterioro de infraestructura y fallas operativas en distintas regiones del país, lo que agrava la capacidad de respuesta del sistema.

Shortages de medicamentos y atención

Informes periodísticos y análisis de agencias internacionales destacan que la isla enfrenta escasez de más de 400 medicamentos considerados básicos, situación que afecta desde el tratamiento de dolencias comunes hasta prioridades médicas esenciales.

La falta de insumos farmacéuticos se combina con problemas en la detección temprana de enfermedades, lo que incrementa el riesgo de complicaciones y empeora los pronósticos de enfermedades tratables.

Personal médico en descenso

Aunque históricamente Cuba ha sido reconocida por su amplio personal sanitario, un análisis de tendencias revela que la cantidad de profesionales de la salud ha disminuido de manera notable en los últimos años debido a migración y condiciones laborales adversas. En periodos recientes se han perdido decenas de miles de trabajadores de la salud, incluyendo médicos y enfermeros.

Un testimonio que trasciende lo personal

Aunque el mensaje de Carnota nace del dolor por la pérdida de su abuelo, su alcance va más allá de lo individual. El testimonio conecta con la experiencia colectiva de miles de familias cubanas separadas por la migración y con una crisis del sistema de salud que continúa generando preocupación y denuncias.

En ese sentido, el caso se convierte en un reflejo del costo humano del éxodo cubano y del impacto emocional que tienen las carencias estructurales del país en los momentos más delicados de la vida.